Lima Airport Partners (LAP), la empresita concesionaria del Aeropuerto Jorge Chávez, pretende cobrar a todo aquel que arribe a nuestro primer términal, esté por unas horas o minutos, en tránsito hacia otro destino, la suma de US$ 14. ¿Dónde está el capital propio que decía tener LAP como para que precise de esta clase de exacciones que perjudican el turismo y un conflicto de indescriptibles dimensiones con las líneas aéreas que preferirán otra plaza, no Lima, para llevar a sus pasajeros?

Gracias a la Addenda 4, firmada por el actual vice-ministro del Interior, Richard Edwin Díaz González, en el 2003, LAP casi se ha exonerado mañosamente de construir la segunda pista del Aeropuerto Jorge Chávez. Es más, hasta podría demandar al Estado por no poner a su disposición, vía la compra a justiprecio de los terrenos aledaños. Siempre bajo la premisa de sacarle dinero al Estado.

Es más, hay un crédito por un total de 125 millones de dólares, adquirido por LAP ante dos entidades financieras, una alemana y otra norteamericana, con el aval del Estado peruano. Como esta empresa, a ojos vista, no tiene dinero ¡nunca lo tuvo!, si colapsa o se rescinde el contrato de concesión, el Estado se queda con los pasivos. ¿Y quiénes forman el Estado?: ¡los 26 millones de peruanos! ¿Perro muerto a la vista?

La presidenta de la Asociación de Empresas de Transporte Aéreo Internacional (AETAI), Patricia Siles, ha dicho de modo público: “Muchas aerolíneas han advertido que dejarían de hacer escala en el Perú debido a este excesivo cobro que plantea LAP y que perjudicaría al país”.

Siles informó que en ningún país latinoamericano se cobra esa tasa de tránsito. Dijo también que, refiriéndose a Alemania y Holanda: “En ambos países el monto es mucho menor y se cobra porque los pasajeros ingresan al aeropuerto, pasan a Migraciones, recogen maletas, van a otro terminal; es casi una tarifa de embarque, pero LAP quiere cobrar por pasar de una manga a otra”.

¿Qué ocurrió aquí? ¿La Addenda 4, ese contrabando que jamás fue publicado en El Peruano, es ya un monumento a la infamia contra el Estado peruano porque fleta imposturas y cobranzas de todo calibre y despropósito? ¿Qué dice el Congreso? ¿No es éste un tema que debía ser denunciado, de inmediato, siquiera para que la gente comprenda que a veces pueden ocuparse de algún tema importante?

¡Todos los funcionarios, absolutamente todos, los que estén metidos en “negociaciones” o tratos en representación del Estado, tienen que ser investigados y escrutados al milímetro! Si delinquieron, hay que meterlos a la cárcel. Esos que andan en amores con el tema del TLC, tienen que ser los primeros porque han habido proclividades más que misteriosas a un tratado que no siempre favorece al Perú sino a minoría de minorías.

¿Otra nueva estafa de LAP contra el Perú?

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!