Si algo reflejaron estas recientes elecciones municipales es que los bolivianos no votan más por el neoliberalismo. Los partidos tradicionales, neoliberales, los que fueron los verdugos del pueblo, los que vendieron los recursos naturales, los que ejecutaron los despidos de millares de trabajadores, los que asesinaron a quienes se atrevieron a reclamar sus derechos, ellos, recibieron el castigo del pueblo en estos comicios con una votación mínima.

Promiscua trayectoria

El Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) es el campeón del cuoteo. El MIR ha participado con cuotas de poder en toda la historia de esta reciente democracia. Ha olvidado su ideología de origen, castrista y guerrillerista, y se ha hecho socio hasta del sangriento dictador de la década de los 70, Hugo Banzer Suárez.

En 1982-85 co-gobernó con el MNR de Izquierda y la Unión Democrática y Popular; en 1985-89 apuntaló al gobierno del emenerrista Víctor Paz Estenssoro; en 1989 se alió con Banzer (su dictadura persiguió a los miristas durante 1971 a 1978) para llegar a la presidencia hasta 1993; en 1997-2002 gobernó con el banzerismo; finalmente formó parte del gobierno de Sánchez de Lozada que duró un poco más de un año, porque en octubre de 2003 fue expulsado por una revuelta popular.

Ya no prebendas

Por su supuesta posición izquierdista y su, supuesta también, alianza con los sectores populares, al MIR le tocaba en elecciones anteriores, una gran parte de la torta electoral.

En los comicios generales de 2002, de los casi tres millones de votos computados en todo el país, el MIR fue favorecido con un 16.32%, es decir 453.375 votos.

En las elecciones municipales de 1999, en el municipio de La Paz, el MIR postuló a Jorge Torres Obleas y obtuvo una votación de 46,139 votos, con un porcentaje de 16.15%, posicionándose en el tercer lugar después de Juan del Granado del Movimiento Sin Miedo (MSM) y de Ronald McLean de Acción Democrática Nacionalista (ADN).

En estas elecciones municipales en La Paz, el MIR jugó su mejor ficha: nada más y nada menos que el hijo de Jaime Paz Zamora -el jefe-: Jaime Paz Pereira. Jaimiño, como se hizo llamar en toda la campaña, renunció a su curul parlamentario para postularse a la alcaldía paceña.

Con su consentimiento o no, Jaimiño inició su campaña con más que un tropiezo, una caída: un canal de televisión lo expuso ’en cueros’, como vino al mundo. Después, para enmendar el error, gigantes carteles mostraban al hijo de Paz Zamora junto a su familia o solo, con un gesto de galán de telenovela.

Spots televisivos, cuñas radiales, gigantografías, autoadhesivos, afiches, chamarras, gorras, poleras, un despilfarro de recursos impresionante. Recursos propios y recursos que recibió de la Corte Nacional Electoral. El único partido que rechazó ese dinero fue el Movimiento Al Socialismo.

Paz Pereira gastó, mejor dicho perdió, alrededor de 300 mil dólares en su campaña electoral, en la misma lógica de la política tradicional. El MIR pensó, con seguridad, que iba a recuperar mucho más de lo que invirtió.

Sin embargo, en estas elecciones municipales sólo alcanzó a un poco más del 6% de los votos paceños. Muy pocos votos recibió el MIR en La Paz, menos de la mitad que obtuvo en 1999. Por lo tanto, al MIR, los votos ni siquiera le alcanzaron para tener un concejal. ’Ahora tendré que buscar trabajo’, dijo Jaimiño a un medio de comunicación después de su derrota.

”Créditos” del MNR

El Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) es el partido con más tradición en Bolivia, el que ha implementado más reformas durante su existencia. La reforma agraria, la nacionalización de las minas, el voto universal son cambios llevados a cabo por este partido en la década de los 50.

Sin embargo, parece ser que todo lo que hizo con la mano el MNR en los 50, lo borró con el codo en las tres gestiones gubernamentales que le tocaron comandar desde 1985, cuando entregó al país a las garras del neoliberalismo.

A partir de ahí, Víctor Paz Estenssoro, su líder histórico, y Gonzalo Sánchez de Lozada, quien lo reemplazó, fueron quienes escribieron las páginas más tristes de la historia contemporánea boliviana.

El gobierno de Paz Estenssoro emitió el Decreto Supremo 21060 en agosto de 1985, que determinó que rija el libre mercado en nuestro país, redujo los gastos del Estado principalmente en salud y educación y despidió a miles de trabajadores, especialmente mineros, al establecer la casi eliminación de la Corporación Minera Boliviana (COMIBOL).

En 1994, el gobierno de Sánchez de Lozada promulgó la Ley de Capitalización. Las empresas estatales de telecomunicaciones, de ferrocarriles, de petróleo y derivados, de aeronavegación pasaron a manos privadas extranjeras. Las empresas de servicios básicos, electricidad y agua, también transitaron a propiedad privada. Con ello, encarecieron los servicios y el Tesoro General de la Nación dejó de percibir millones de dólares que antes recibía de estos sectores.

Masacres como la de las minas de Amayapampa y Capasirca, por defender a empresarios privados, como la de febrero de 2003, por dictar un impuestazo al pueblo, o como la de octubre también de 2003, cuando el pueblo alteño sufrió la arremetida del ejército por defender el gas de los bolivianos, se encuentran entre los “logros” del MNR.

El pueblo abre los ojos

Con promesas como la de crear 500 mil empleos, el MNR consiguió tener el 18.2% de los votos en 1997 y el 22.46% en 2002.

En Santa Cruz, ciudad que fue su bastión durante muchos años, en 1999 su candidato, Percy Fernández, antiguo emenerrista, obtuvo 101.474 votos (34.02%). Ahora, la candidata por este partido sólo llegó al 7%. Hasta Fernández optó por abandonar al MNR y candidatear con una agrupación ciudadana, de otro modo no hubiera obtenido el segundo lugar.

El pueblo cruceño (natural de Santa Cruz) tampoco pasó por alto todo lo que el neoliberalismo causó en la mayoría de los bolivianos. Un pueblo por tradición emenerrista no votó más por la mentira y el abuso de esta tienda política.

NFR y UCS

La Nueva Fuerza Republicana (NFR) y la Unidad Cívica Solidaridad (UCS) nacieron en el caldo de cultivo del neoliberalismo. Y por ser engendros de este, fueron hechos a su imagen y semejanza: corrupción, cuoteo, prebenda y crueldad con el pueblo fueron sus características.

La votación más alta que alcanzó NFR fue en 1999 en Cochabamba. Después de una gestión municipal anterior exitosa, el dirigente de este partido Manfred Reyes Villa, fue reelecto alcalde con el 51.66% de los votos.

En las elecciones municipales de 2004, la NFR alcanzó sólo a obtener menos del 10%. Allí, hubo un virtual empate en el primer lugar entre el alcalde saliente Gonzalo Terceros -quien dejó a la NFR para presentarse también a la cabeza de una organización ciudadana-, y el candidato del MAS, Gonzalo Lema. Finalmente se definió por el primero.

La UCS formó parte también de los distintos gobiernos que le tocaron en su corta historia. Su fundador, Max Fernández, un empresario cervecero, ganó votos mediante la prebenda. Después de su muerte, el voto póstumo llevó a su hijo, Jhonny, a la cabeza de la alcaldía de Santa Cruz con una gran ventaja sobre sus contrincantes, alrededor del 35%.

Las municipales de 1999 le dieron el primer lugar, con el 34.02%, en las de 2004 obtuvo nada más que el 2%.

Ya basta

Todos estos partidos formaron parte de los gobiernos que asestaron los golpes más inhumanos al pueblo boliviano. Todavía no hay resultados oficiales completos de estas elecciones municipales, sin embargo, los datos que publica la Corte Nacional Electoral ya dan la pauta para poder concluir dos cosas: los partidos con tradición corrupta y antipopular terminaron sus días y que la única fuerza política con presencia nacional es el Movimiento Al Socialismo.

Por: MAS-IPSP