Hace largos siete días, el 22 de los corrientes, se produjo un significativo escape de gas en Túpac Amaru, distrito de Echarate en el Valle de La Convención, Cusco. Recién hoy TGP (Transportadora del Gas Peruano) emite un pronunciamiento con las consabidas y mamarrachientas excusas y pseudo-razones para decir que NO hay daño contra el medio ambiente. Una sola pregunta: ¿dónde están quienes deberían defender al pueblo contra esta naturaleza aberrante de atentados contra el medio ambiente y la persona humana?

¿Ha dicho algo por casualidad, siquiera de relansina, o por inercia mediática, el postizo Defensor del Pueblo, Walter Albán? ¿Para guardar silencio cómplice o bobo quiere permanecer en un cargo para el cual no ha sido ratificado meses atrás por el Congreso? ¿Qué clase de adefesio es éste que presenta a una garrapata hablando de las firmas falsas en un caso que aparentemente involucra el mandatario Toledo pero que NO manifiesta nada sobre un tema público que malogra el medio ambiente en Cusco? ¿Y así los cabilderos del Congreso quieren ratificar a este sujeto en la Defensoría?

He sostenido públicamente, con nombre y apellido, que el postizo Albán más que Defensor es un notario. Siempre llega tarde y a dar cuenta de lo que ya ocurrió. Es un constatador palurdo, un ejemplo de cómo no deben ser los funcionarios públicos engolosinados con la sinecura de un magnífico sueldo y de diplomas que le dan sus áulicos. Recuérdese: Albán acumularía trece (13) largos años en la Defensoría con un impresionante recuerdo de mediocridad e ineficacia en una entidad que tiene el sagrado derecho de defender al pueblo contra los abusos. ¡Pero no ha sido así!

Pluspetrol, TGP, Techint (la empresa que con TechPetrol se metió por la ventana a la concesión del gas de Camisea), son las responsables de la construcción y tendido del gasoducto que desemboca en la Costa en Playa Lobería, Pisco. Para sus labores, años atrás, y como lo denuncié por haber estado en la zona, destruyeron las cabeceras de los cerros, contaminaron ríos, malograron campos, y arrasaron con la dignidad de los pobladores y habitantes nativos del Valle de la Convención.

Los resultados de improvisaciones que debían ser investigadas exhaustivamente empiezan a aparecer y Túpac Amaru, Echarate, es el primer caso que ha admitido y que pretende excusar TGP con un comunicado simplón y capcioso. ¡Cómo si todos los peruanos fueran idiotas! ¡Qué desprecio por la inteligencia!

Ahora hay que retar a las organizaciones que dicen cuidar el medio ambiente para que demanden y se pongan en guardia frente a este fenómeno que delata serias fallas en la construcción del gasoducto de Camisea. Es hora, también, de reflexionar seriamente sobre quienes tienen sobre sí, impostada o postiza por ahora, la responsabilidad de defender al pueblo contra estos desmanes de lesa humanidad, y de poner coto a presencias nocivas, inconvenientes, inanes y burdas como la de garrapata Albán en la Defensoría, cargo que le queda muy grande, para su incontenible vanidad y brillante pusilanimidad.

¡Qué vergüenza tener que estar emplazando todo el tiempo a quienes deberían actuar ipso facto y por una mínima sensación de dignidad y amor por el pueblo!

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!