En el primer terminal aéreo del Perú, Jorge Chávez, impera un despelote de marca mayor dirigido por la concesionaria, la empresa Lima Airport Partners, LAP, que con un capital mínimo de US$ 3 mil dólares y por 30 años, se hizo de un negociado en carrera de un solo caballo. Los socios iniciales de LAP fueron Bechtel, Cosapi, Frankfurter Fraport. Hoy ya no están Bechtel ni Cosapi. Pero entró Alterra, creación recientísima de Bechtel. Y Cosapi, como consuelo luego de haber recibido un fuerte dinero por sus acciones, se contentó con hacer las obras del nuevo espigón internacional. ¡Pedro Pablo Kuczynski se las sabe todas!

Alterra tiene un presidente de directorio costarricense, Al Romeu, quien también es ciudadano estadounidense. Este señor, trajo al Perú la promoción de Café Britt que se expende en Lima como el café de bandera. A pesar que Starbucks, entidad autoridada en temas cafetaleros, ha dictaminado que el café peruano es de primerísima calidad. Por coincidencia fortuita, Alterra tiene la concesión del Aeropuerto Santa María de San José de Costa Rica, donde también Al Romeu es el hombre fuerte.

Café Britt y Aldeasa son las que gobiernan a través de terceros y cuartos por lo menos 20 tiendas en el nuevo espigón internacional. Pero, ¡eso sí! no se olvidaron de no incluir a una firma peruana que da trabajo a por lo menos 300 artesanos de este país: Cexport Exclusive. Y con la complicidad objetiva de LAP, han colocado a Cexport en el primer piso, al lado de una escalera y de unas tomas de mangueras contra fuegos, donde no pasa absolutamente nadie, para aburrir a este negocio nacional.

¿Qué pasa en el Jorge Chávez?

Cexport paga religiosamente desde hace muchos años el alquiler que en los tiempos presentes no baja de los US$ 1,125 dólares. Pero, LAP, la viene hostilizando con triquiñuelas, jugadas sucias, denuncias penales falsas que luego tienen que archivarse, con el único y avieso propósito de cansarlos para que dejen el Jorge Chávez. Esta mañana, jueves 3, la visita ocular ordenada judicialmente, deberá comprobar cómo se está hostilizando a Cexport y ¡lo que es peor! el lugar que le han asignado, será demolido en siete (7) días. ¿Cómo pueden las autoridades permitir esta aberración contra peruanos en nuestro primer aeropuerto?

No todo es oro

LAP “inaugura” con presencia del mandatario Toledo y los aquiescentes de Ositran y del Ministerio de Transportes, amén que todos los tributarios de la globalización, sus nuevas instalaciones el viernes pasado. Pero las mangas recién comenzaron a funcionar (una de ellas) hace dos días. ¿Le vendieron gato por liebre al presidente de la república? En el nuevo terminal aéreo internacional NO hay ni 50 millones de dólares invertidos.

Mentiras viejas

Cuando se concesionó el Jorge Chávez, los panegiristas hablaron de inversiones por el orden de US$ 1,200 millones de dólares, como fuera la expresión de Javier Silva Ruete entonces. ¿Cómo se explica entonces que la empresita LAP recién consiguiera, gracias a la Addenda 4, firmada en el 2003, 125 millones de dólares de bancos norteamericanos y alemanes? ¿Y que encima, pusiera como aval de esa enorme suma al Estado peruano? Es razonable pensar que una empresa que se hace de una concesión muy atractiva con un capital ridículo de US$ 3 mil dólares, ¡nunca tuvo dinero y tampoco lo tiene hoy!

La concesión del Jorge Chávez fue un negociado de Alberto Pandolfi y su séquito que incluía a una compañía cervecera y a exdirectivos de Corpac. Además, se ha pretendido que los terrenos aledaños al Aeropuerto Jorge Chávez se vendan por un precio sobrevaluado para entonces limarse las uñas con gusto y en esto estuvo metido un estudio de abogángsteres en cuyas instalaciones trabajan dos hijos de un conocido y mediocre expresidente transitorio.

¿Quién paga el pato?

La concesión del Jorge Chávez fue firmada por el Estado con un consorcio que incluía a Bechtel, Fraport y Cosapi. Hoy ya no están más Bechtel y Cosapi. Están Alterra y Fraport, ¿qué ocurre si estas empresas no pagan el préstamo de 125 millones de dólares? ¿quién paga el pato?: el Estado peruano. ¿Y quiénes son el Estado peruano?: los 26 millones de peruanos que no ven, no deciden, pero todo lo sufragan y costean.

Alterra es una creación ad hoc de Bechtel. Apenas tiene un lustro en el negocio aeroportuario, sin embargo, días atrás su presidente ejecutivo, Al Romeu, vino al Perú, dio un discurso y habló de las maravillas de la concesión, espacio al cual su firma llegó de carambola, con la no bulla ni protesta de ninguna autoridad del Estado peruano que para estos casos son ciegos totales.

¿Qué pasa en el Jorge Chávez?

LAP fue dirigida por largo tiempo por el controvertido ibérico José Antonio Casanova San Simón a quien nada menos que el juez español Baltazar Garzón acusó de delincuente común por la comisión de actos ilícitos fuera del Perú. Sin embargo, hasta mayo del 2003 este individuo contrató con el Estado e hizo lo que le dio la gana. Y aún persiste en volver al Perú y se pasea como Pedro por su casa, sin que le echen el guante por varias denuncias que su poderoso dinero se ha encargado de silenciar.

Neumática de silencio

¿Por causa de qué la prensa peruana, tan mediocre, pasiva y acrítica, sólo pone de relieve los supuestos logros de la inversión y no cuestiona cambios fundamentales que pueden lesionar la relación jurídica, con sus terribles consecuencias, al Estado peruano? Nadie pide que se crea cuanto se dice en las líneas precedentes, pero sí es un buen punto de partida para cuestionar cuánto hay de curioso o extraño en la información.

Si una empresa peruana, que da trabajo a cientos de peruanos, como es Cexport Exclusiva, es hostilizada, ubicándola en un primer piso del espigón internacional, donde no transita nadie, debajo de una escalera y al lado de una manguera contra incendios y, encima de ello, pronto va a ser demolido ese sector, ¿cómo puede la prensa dejar de objetivamente apuntar estos hechos y dar cuenta de ellos?

No sólo hay una agresión contra un negocio privado. Hay también un vejamen contra los peruanos en el Perú. LAP promueve a Aldeas y a Café Britt (una española y la otra costarricense) en el nuevo espigón internacional, pero destroza a Cexport Exclusive. ¿Es que ya no hay siquiera la mínima dignidad en los hombres de prensa?

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!