El «Iskander-E», creado por el Buró de Construcciones de Kolomensk de Construcción de Maquinaria, Rusia.

El secreto de la venta de cohetes

El miércoles dos medios de prensa - el periódico israelita Haaretz y el periódico ruso el Kommersant - intercambiaron publicaciones que asombraron al mundo con la noticia de que Rusia e Israel se encontraban a dos pasos de la crisis más seria en sus relaciones bilaterales.

El diálogo lo comenzó el diario israelí Haaretz con una nota breve, en la que se comentaba sobre un problema surgido en las relaciones entre Moscú y Tel Aviv, el cual puso estas relaciones en una fase de crisis. Más adelante el autor de la nota recordaba a los lectores que a propósito del misterioso problema indicado, el primer ministro de Israel Ariel Sharon, diez días atrás realizaba una reunión especial, donde estaban presentes el ministro de relaciones exteriores Silvan Shalon, el ministro de defensa Sаul Mofaz y los jefes de los servicios de inteligencia israelitas.

La reunión, al parecer, terminó encargando a Shalon pensar nuevamente en la esencia del problema y ofrecer más tarde a las personas interesadas las posibles vías para su solución. La dirección del órgano de política exterior también reflexionó, y al principio de esta semana dentro de los muros del Ministerio de Asuntos Exteriores israelita se efectuó una nueva reunión, en la que estuvieron presentes representantes del gobierno y de las estructuras de poder, pero, como afirma Haaretz, en esta ocasión no se tomó ninguna decisión concreta por parte de los reunidos.

Al final, en la nota se decía, que el deterioro de las relaciones Moscú - Tel Aviv no estaba relacionado con el conocido lapsus linguae del presidente ruso Vladimir Putin, que se quejó durante la última gran conferencia de prensa en el Kremlin, de que alrededor del candidato a la presidencia de Ucrania, el señor Yuschenko, hay no pocas personas que «orientan sus ambiciones políticas a través de consignas anti-rusas»... (...) También se decía que la misteriosa crisis estalló en víspera del viaje, fijado para el 24 de enero 2005 a Moscú del presidente sirio Bashar Assad, para el cual esta sería su primera visita a Rusia. Y además se recordaba, que el 24 de febrero 2005, el presidente ruso tendrá en perspectiva un encuentro con George Bush durante su estancia en Eslovaquia.

Los puntos sobre las ies en esta extraña historia, donde hay tanta niebla y ningún hecho concreto, lo puso la edición matutina «b». En la nota, bajo el nombre «la amenaza en medio del cielo claro», se afirmaba que la verdadera causa de la misteriosa crisis se debía a la decisión de la dirección rusa de vender a Siria un lote del novedoso complejo coheteril «Iskander-E».

Los autores de la nota en el Kommersant revisaron más cuidadosamente que los periodistas israelitas, todas las causas posibles de tal enfriamiento de las relaciones bilaterales (...) la decisión reciente de Mijaíl Khodorkovski de renunciar a sus acciones en Yukos a favor del ciudadano de Israel Leonid Nevzlin, e inclusive fue recordado el posible escándalo de espionaje, semejante a la historia de hace cuatro meses con el periodista ruso Konstantin Kapitonov.

Pero al fin y al cabo, después de examinar y rechazar estas posibilidades, los autores se detuvieron en otra: la crisis provocada por la intención de Rusia de vender un lote del novedoso armamento a «los enemigos de Israel».

Notemos que esto lo afirmaban los periodistas del Kommersant sin seguridad, sobre la base de deducciones lógicas propias (más abajo seguía la explicación convincente de las causas que los indujeron a ellos a llegar a tal conclusión).

Es curioso que ambas notas - la del Haaretz y la del Kommersant - aparecieron en los sitios de Internet de ambos periódicos, prácticamente de forma simultánea, en la noche del 11 al 12 de enero 2005, y además el Kommersant se refiere a la publicación de sus colegas israelitas.

Pero lo más interesante, es que la versión de los periodistas rusos gustó tanto a sus colegas de Haaretz que algunas horas después, el día 12 de enero, en el periódico israelita apareció una nueva nota sobre ese mismo tema, donde se contaba detalladamente la historia sobre los cohetes con una referencia... al Kommersant. Se creó una impresión tal que, o el periódico israelita disponiendo de todos los hechos necesarios no pudo por si mismo deducir hasta el punto, hasta el cual llegaron los periodistas rusos en contados minutos, o simplemente Haaretz lo sabía todo, pero por algún u otro motivo, no quiso dar a conocer, por si mismo, la historia de los cohetes esperando que alguien lo hiciera por él.

La cabeza de autoguidaje producida en el Centro de Investigaciones de la Automática y la Hidráulica (CIAH) para el cohete Iskander.

En este último caso se puede decir con seguridad que el gobierno de Israel ha aprovechado dos populares medios de información masiva en Israel y Rusia para hacer fracasar la transacción de cohetes a realizar entre Moscú y Damasco.

El cohete con destino estratégico

En general, los israelitas tienen razones por qué inquietarse. Si las noticias sobre la transacción entre Rusia y Siria son ciertas, esto significa que el país con el cual Tel Aviv no ha firmado hasta ahora el tratado de paz y de hecho con el cual se encuentra en estado de guerra, recibirá un arma de nueva generación, la cual, de acuerdo con el criterio de los expertos, por sus posibilidades destructivas y en las condiciones estratégicas del Medio Oriente es comparable con armas estratégicas de carga nuclear.

El «Iskander-E» - es una modificación para la exportación del complejo de cohetes táctico- operativo «Iskander -М», el cual concluyó las pruebas de campo hace poco tiempo, en agosto de 2004. Las diferencias fundamentales entre la variante de exportación y la variante «doméstica», según el Kommersant, consisten en que el complejo de lanzamiento «Iskander -E», a diferencia del «Iskander -М» , posee un solo cohete, en vez de dos y además en la precisión del tiro - si el «Iskander -М» es capaz de destruir los objetivos con una exactitud de 2 metros, en su modificación para la exportación su exactitud está cerca de los 20 metros.

Pero aun en su aspecto simplificado el Iskander-E representa un arma terrible, que difiere de los análogos occidentales por una serie de características. En realidad, el Iskander (por la clasificación de la OTAN - SS-X-26) nadie posee algo similar tecnológicamente. Como el más cercano a este se puede citar el cohete táctico estadounidense ATACMS, pero a pesar de todo queda considerablemente por debajo del Iskander tanto por la distancia de vuelo como por la masa de la carga útil.

Esto está relacionado conque los cohetes tácticos con base en tierra y en especial los cohetes de mediano y corto alcance (RCMD), en el año 1987, por acuerdo de los entonces líderes de los EEUU y de la URSS Ronald Reagan y Mijail Gorbachov, han caído en el acuerdo de reducción, como tipos especiales de armamentos.

En particular, Rusia, por ejemplo, prescindió del perspectivo complejo «Ok» (OTR-23). Después de esto, los americanos han desarrollado las armas aéreas de alta precisión y los mísiles cruceros Tomahawk con base en el mar (que se emplearon de forma exitosa en las campañas de Yugoslavia e Irak), los especialistas rusos fueron obligados a volver a los cohetes tácticos con base en tierra en la década de los 90, en condiciones completamente nuevas, apartándose de las ideas aplicadas por sus antecesores en los «Оk».

Los cohetes táctico-operativos, a diferencia de los estratégicos, no son diseñados para la guerra a escala nuclear total, sino para dar solución a los problemas universales - ellos son capaces de portar tanto ojivas nucleares, como convencionales, y en su diseño se apuesta no tanto en la potencia de su carga, como en la exactitud del impacto.

Además, de acuerdo con Nikolai Gushin, el jefe y diseñador general del Buró de Construcciones (BC) de la fabrica de Construcción de Maquinaria de Kolomnsk (donde fueron construidos los actuales Iskander), Rusia hace mucho que renunció al empleo de cabezas de combate nucleares en los cohetes tácticos, por cuanto es más preciso (con un error de hasta 2 metros) el impacto de una carga de media tonelada «convencional», la cual garantiza poner fuera de combate cualquier objetivo fortificado del adversario, y además no dejará contaminación radioactiva en el área.

El Iskander-E está diseñado de forma tal que no cae ni bajo la acción de los acuerdos sobre la reducción (RCMD), ni de los acuerdos sobre el régimen de control de las tecnologías de cohetes (RCTC). Este acuerdo establece los limites máximos de la distancia de tiro (300 kilómetros) y la masa de la carga útil (500 kilogramos). Para los cohetes, que pueden venderse al extranjero por los países productores. En el Iskander-E estos parámetros son respectivamente de 280 kilómetros y 480 kilogramos.

Además el Iskander-E es un cohete con combustible sólido, que dificulta agudamente su modernización con el fin de aumentar su alcance de disparo (a diferencia de, por ejemplo, los cohetes que han caducado de la producción soviética de la familia Scud, muy difundido en los países que hoy no son productores independientes de cohetes).

De esta forma, el complejo táctico del cohete Iskander-E desde el principio fue creado teniendo en cuenta su posible exportación como un arma muy efectiva y de alta precisión, que no cae bajo ninguno de los acuerdos internacionales vigentes para la restricción de la difusión de los armamentos.

Entre los rasgos adicionales originales de este complejo es necesario nombrar los siguientes. En primer lugar, aunque el cohete Iskander está dentro de la clasificación de balístico, solamente se puede clasificar así de forma relativa, por cuanto en toda la extensión de su vuelo, que mayormente ocurre a alturas de 50 kilómetros, el cohete puede seguir la trayectoria no balística, siendo dirigido con la ayuda de timones aerodinámicos y gasodinámicos.

Especialmente de difícil pronóstico para su detección, son sus acciones sobre los segmentos más peligrosos del vuelo - justamente después del lanzamiento y justo durante el acercamiento al objetivo. Durante estas etapas del vuelo el Iskander es capaz de hacer maniobras intensivas, de tal manera que las sobrecargas comienzan a oscilar dentro de los límites de 20 hasta 30 unidades (lo que obliga al cohete interceptor a soportar sobrecargas 2-3 veces mayores).

En segundo lugar, además de la alta movilidad y de la impredecible trayectoria de vuelo, los diseñadores del Iskander han concedido una importante atención a otros aspectos de la invulnerabilidad del cohete. En particular, su cuerpo es fabricado por la tecnología Stealth y tiene una pequeña superficie de reflexión. Un efecto complementario de «invisibilidad» se logra gracias a un conjunto de particularidades en la construcción del cohete, cuyo cuerpo es tratado con recubrimientos especiales y está diseñado para separarse de las partes que intervienen en el despegue justo después del lanzamiento.

En tercer lugar, mención especial merece el sistema de dirección (SD) del cohete, el cual fue elaborado en el Centro de Investigaciones de la Automática y la Hidráulica (CIAH), en el que se elaboran las tecnologías de punta más avanzadas de los sistemas de conducción y dirección para los cohetes tácticos y operativos tácticos de construcción nacional.

La cuestión está, que para la solución de las tareas tácticas, a las cuales tienen que enfrentarse los cohetes de esta clase, la exactitud de los habituales sistemas de dirección inerciales era ya insuficiente - ellos garantizaban el impacto aproximado en la región dada de los cohetes con carga nuclear, cuya potencia supera con creces todos los errores en la precisión del tiro. Para el Iskander, además del sistema de dirección inercial, es necesario también el sistema llamado de conducción por correlación de extremo, capaz de precisar los parámetros del objetivo durante el vuelo.

De las dos soluciones posibles de este problema -de radar y óptica- los especialistas del CIAH se han decidido por la última (a propósito, los sistemas de dirección de tal tipo, son utilizados en los «modernos Tomahawks» americanos). Esto significa que para el tiro exitoso el sistema Iskander-E debe tener la fotografía de exploración del supuesto objetivo.

La imagen es introducida en el ordenador de a bordo del cohete. Seguidamente ocurre el lanzamiento, el sistema de dirección inercial conduce el cohete hacia la región aproximada en la que se encuentra el objetivo, donde el sistema óptico instalado en el cohete es capaz de «seleccionar» el objetivo, cuya imagen será comparada con el patrón. En dependencia de los resultados de la comparación el cohete es capaz de hacer las maniobras necesarias, que lo dirigirán directamente al objetivo.

Es de hacer notar que la cabeza de autoguiado elaborada en el CIAH, sirve no sólo para el Iskander en la actualidad mejorado, sino que en pasado sirvió también para los cohetes de otros tipos, por ejemplo, los antiguos cohetes balísticos intercontinentales, también llamados alados.

Iskander en vuelo

Estos últimos poseían una serie de deficiencias (por cuanto, el cohete discierne no tanto el objetivo mismo, sino la localidad alrededor de este, es complicado el tiro contra objetivos móviles; para el tiro exacto es necesaria la fotografía de exploración del objetivo; a las acciones del sistema de dirección le pueden molestar la niebla, la baja nubosidad o la nube de aerosoles generada por el adversario), pero ello era compensado por las siguientes ventajas: el sistema de dirección óptico- inercial es universal, es insensible a los medios de neutralización por el radar del adversario, es capaz de trabajar incluso en noches sin luna y, lo más importante, es completamente independiente de los sistemas de conducción por satélite, que convierte a esta compleja combinación de tecnologías de lanzamiento de cohetes como el Iskander-E, en un sistema prácticamente autónomo.

Precisamente la autonomía del complejo para recibir la designación del objetivo es, en cuarto lugar, subrayada especialmente por los fabricantes del Iskander. De acuerdo con Nikolai Gushchin, la designación del objetivo puede ser recibida tanto desde el satélite, como del sistema especial de exploración de las tropas, del soldado que realiza la corrección del fuego de artillería, o también de una fotografía de la localidad, la cual desde el emplazamiento de combate puede ser introducida directamente a través de un escáner en la máquina calculadora a bordo del Iskander.

En quinto lugar, queda por añadir, que la cabeza de combate del Iskander puede ser de cassette (con 54 elementos de combate), de perforación, de fragmentación-incendiaria y en perspectiva de otros tipos. Esto permite a este complejo destruir objetivos de tamaño pequeño y de área, incluyendo el sistema de defensas de fuego del adversario, el sistema de Defensa Antiaérea y Anticoheteril, la aviación en los aeródromos, los puestos de mando, etc.

De las alturas de El Golan hasta Eilat

De esta forma, los complejos de cohetes Iskander-E, si son adquiridos por la República Siria, son capaces de cambiar la correlación de fuerzas significativamente en el Medio Oriente. En la actualidad, para mantener una paridad en la correlación de fuerzas con Israel, las Fuerzas Armadas de Siria poseen una reserva significativa de armas químicas, las cuales se sobreentiende, es incomodo e irracional emplear contra objetivos tácticos... (...) ...sentimiento de seguridad y dignidad propia menospreciado por Israel, en el año 1967, cuando durante la Guerra de los Seis Días, Jerusalén usurpó a Siria las Alturas del Golan (y actualmente amenazados por el imperialismo estadounidense)

En sentido general, el armamento del ejército y la técnica militar de los sirios están rezagados con respecto a los de Israelitas en algunas generaciones, lo que el Sajal y el Моssad aprovechan activamente para realizar operaciones locales y precisas en el territorio vecino, cuando la dirección de Israel toma las decisiones de castigar a los terroristas que han rebasado todas las medidas, como ocurrió en octubre del 2003, o más recientemente, en septiembre del 2004.

De todos los países árabes, Siria posee el arsenal más potente de cohetes balísticos, que son considerados por ella en calidad de respuesta eficaz y barata al arma nuclear de Israel (sobre la cual, en verdad, oficialmente nada se sabe, pero cuya existencia ninguno de los enemigos de Israel duda). Realmente, en calidad de medios para el empleo del arma química, los Scud de distintas modificaciones, de fabricación soviética y norcoreana son completamente suficientes.

Cerca de 200 cohetes Scud-B (R-17 por la clasificación soviética, SS-1C -por la de la OTAN), con alcance cercano a los 300 kilómetros, pueden emplearse como arma táctica para la destrucción de objetivos puntuales (aunque la exactitud de su impacto es muy pequeña), mientras que los cohetes norcoreanos Scud-C y Scud-D, más «adelantados», capaces de cubrir desde 500 hasta 700 kilómetros, por lo cual en las escalas del Medio Oriente reciben el estatuto de arma estratégica, están calculados para causar al adversario un daño catastrófico en unas pocas andanadas.

Un Scud D

Ante tal peligro Israel compra y elabora activamente los medios de defensa antimisil. Así, en la primavera del año 2000 sobre la frontera con el Líbano fueron desplegadas algunas baterías del sistema antimisil Arrow-2, por un costo de 1300 millones de dólares, en septiembre del mismo año un cañón experimental israelita guiado por láser, demostró la capacidad de derribar proyectiles reactivos del tipo Katiusha.

Pero estos medios de defensa, hasta el momento, solo pueden repeler a los poco efectivos cohetes balísticos tipo Scud-B y además, solo si estos no son lanzados de forma masiva. Una andanada simultánea de todas las rampas de lanzamiento Scud-C y Scud-D por parte de Siria, sin duda, no seria soportada por la defensa antimisil israelita. Por suerte, no hay indicios sobre una guerra de destrucción a escala total entre los dos países.

He aquí que en la relación táctica Damasco no tiene nada que contraponer a Israel. Siria coloca viejos complejos soviéticos, «Punto» (SS-21 Scarab) y Luna-M (FROG-7), con una distancia máxima de vuelo de los cohetes de 70 y 65 kilómetros respectivamente, estos cohetes son antecesores al «Оk», destruido por el acuerdo sobre mísiles de mediano y corto alcance del año 1987. Estos cohetes han caducado moralmente y físicamente, puesto que fueron hechos en los años 70-80 y no presentan un peligro especial para los medios israelitas de defensa antimisil.

El antiguo mísil Frog-7

Así pues, la aparición en manos de los sirios de algunos cohetes Iskander-E (y por datos del diario Kommersant, se habla de la venta a Damasco de 18 complejos coheteriles) cambiaría de forma importante el equilibrio táctico de fuerzas en el norte de Israel a favor de Siria. Si tenemos en cuenta la gran exactitud y la alta potencia del sistema Iskander, y que en general se habla de distancias pequeñas, entonces podemos hablar también de una ventaja no solo táctica sino estratégica.

Si las rampas de lanzamiento del Iskander son situadas en la región de las alturas del Golan, entonces su radio acción abarca a casi todo Israel, con excepción de la parte sur del desierto de Negev y la ciudad de Eilat cercana al Mar Rojo. Bajo la amenaza de un golpe coheteril se encontrarían no sólo todas las grandes ciudades y los objetivos militares de Israel, sino también el centro atómico de Dimon .

Relaciones Moscú - Tel Aviv

Teniendo en cuenta el carácter especial de las relaciones de Israel con casi todos sus vecinos árabes, no queda duda que los cohetes Iskander-E, en manos de Siria, tarde o temprano serán instalados. Todo esto no deja de ser comprendido por Tel Aviv, entonces, a la dirección israelita no le queda mas que, con todos los esfuerzos posibles, deshacer el acuerdo que se perfila entre Damasco y Moscú, o con un golpe avisado destruir las instalaciones del Iskander, tan pronto como ellas se encuentren en el territorio Sirio.

A propósito, Israel ha conseguido deshacer a tiempo, con ayuda de una intervención diplomática de los EEUU, el acuerdo sobre la entrega a Siria de cohetes chinos M-9 de combustible sólido (alcance de 600 kilómetros, carga útil - 500 kilogramos). Por lo visto, esta vez la amenaza ha sido tan grande que Tel Aviv ha recurrido a los medios de difusión masiva propios y rusos para evitar la instalación de los Iskander en su frontera norte.

En efecto, después de la operación llevada a cabo por los medios de comunicación, al publicarse el incidente en ambos periódicos el miércoles, los representantes oficiales de las partes interesadas ya no podían seguir callados. En menos de un día, el escándalo diplomático - militar, que todavía en la mañana del 12 de enero sólo existía en papel periódico y en las redes electrónicas, estalla ya con toda potencia.

Al principio hubo un intercambio de opiniones entre los ministerios de relaciones exteriores de Rusia e Israel con respecto a lo ocurrido. Como está establecido para los diplomáticos, ellos dieron a conocer que no conviene hablar de una crisis en las relaciones entre Rusia e Israel. «No notamos señales de deterioro de nuestras relaciones con Tel Aviv», ha señalado el representante oficial el Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa Alexander Yakovenko en respuesta a las preguntas de los periodistas.

«La propia definición de lo ocurrido en las relaciones entre Israel y Rusia como "crisis"», es, en realidad, equivocada”, se afirmaba en Tel Aviv. Aunque la parte Israelita reconoció la existencia de algunas «profundas diferencias», también admitió que ambos países se esfuerzan por superar estas diferencias y que en general entre ellos se está efectuando un dialogo.

Yakovenko, a su vez, también señaló que si tiene lugar cualquier enfriamiento en las relaciones bilaterales entonces Rusia no será el iniciador de tal giro de los acontecimientos, ni tiene intenciones de hacerlo.

Seguidamente ocurría un encuentro directo entre los representantes de ambos departamentos de política exterior - el substituto del jefe del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia Alexander Saltanov se reunió con el jefe del Ministerio de Asuntos Exteriores israelita Silvan Shalom y el viceprimer ministro de Israel Simón Perez (a propósito, contrario a la afirmación del Kommersant se ha aclarado que Saltanov llegó a Israel el martes). En estas negociaciones, por datos de la prensa israelita, el diálogo ha sido sobre los cohetes que Rusia se dispone a vender a Siria.

Realmente, resultó que los diplomáticos israelitas tenían en cuenta no tanto a los Iskander, sino también a los mísiles de medio y corto alcance «Aguja», que según Tel Aviv, Moscú también se dispone a entregar a Damasco.
Los interlocutores de Saltanov afirmaron que Bashar Assad abastecerá inevitablemente de «Agujas» a los miembros de Hezbolah, y estos, a su vez, intentarán entregar los mísiles de corto y medio alcance ruso a las milicias palestinas de la costa Occidental del río Jordán o del sector Gaza, las cuales seguramente intentarán realizar actos terroristas contra aviones de pasajeros que llegan a aeropuerto Ben-Gurion.

Se desconoce que respondió a sus interlocutores Saltanov, pero el servicio de prensa de Rosoboroneksport afirmó el miércoles que desconoce de alguna transacción con los sirios respecto a los «Agujas», aunque los israelitas insistían que según su información esta transacción tuvo lugar varios días atrás.

Mientras tanto en el escándalo han intervenido los propios americanos, a los que Sharon, a juzgar por la primera nota en el periódico Haaretz, pidió imperiosamente quedarse al margen. Como el tema ruso para Washington en estos días es muy actual, ayer tenía lugar el encuentro del secretario de Estado de los EEUU Collin Powell con el ministro de relaciones exteriores Sergey Lavrov y también la visita a la capital americana del jefe del departamento ruso de defensa Sergei Ivanov.

Este ultimo, refiriéndose a la versión del Kommersant sobre las entregas de los Iskander a Siria, nombró el hecho como un «juego de imaginación», añadió que ningunas negociaciones de este tipo se han realizado entre Moscú y Damasco (señalemos que Ivanov, en general, no dijo nada sobre las «Agujas»).
Pero Ivanov recordó que los Iskander cumplen completamente con todos los acuerdos internacionales que regulan el suministro de armas, y por eso Rusia es libre de venderlos a quien desee.

Por lo visto, temiendo que esto no sea así, el representante oficial de la casa Blanca Richard Baucher un poco antes del encuentro entre Powell y Lavrov ha declarado que en caso de la celebración del trato de los Iskander entre Moscú y Damasco, Washington examinaría el problema acerca de la posibilidad de imposición de sanciones contra Rusia.

Baucher añadió que la administración del presidente americano se opone decididamente a cualesquiera entrega del arma a Siria y que esto es bien conocido por Moscú. Al mismo tiempo Baucher ha amenazado con sanciones a Siria. A propósito, los EEUU ya han introducido sanciones contra el complejo productivo de Tula por la venta a Damasco de proyectiles reactivos antitanques.

De esta forma, se puede decir que Israel, ha hecho todo posible para que el encuentro que tendrá lugar en el Kremlin entre Vladimir Putin y Bashar Assad no implique consecuencias demasiado significativas para el Medio Oriente. A juzgar por la forma en que las fuentes oficiales rusas, insistentemente, se han puesto a desmentir la deducción lógica de los corresponsales del Kommersant, las palabras de Baucher dieron en el blanco.

Lo más probable, es que si la transacción se preparó, fue en un gran misterio. La verdad, de hecho, es que la transacción no se ha efectuado. El asedio a los Iskander rusos es necesario cueste lo que cueste, y para Rusia, a corto plazo, el contrato con Damasco es ventajoso puesto que le permitirá comprar los complejos Iskander-M para las propias necesidades del ejército ruso.

Además el refuerzo de las posiciones rusas ante sus adversarios de Washington, como parece, está en el orden del día de la política del Kremlin. A juzgar por los últimos acontecimientos (según los aliados belicistas e imperialistas de Bush), Rusia comienza cada vez más a introducirse hacia las posiciones contrarias al «mundo occidental».
De hecho, nosotros todavía hacemos los cohetes.

Israel ha puesto en conocimiento de la administración de Washington de la reciente crisis que ha comenzado en sus relaciones con Rusia. Ante esto Israel no se dirigió a los EEUU con la petición de intervenir en la solución del problema, que ha provocado esta crisis, aunque en el pasado ya a los americanos les ha tocado ocuparse de éstas.

Durante las consultas realizadas entre los representantes de los escalones superiores del poder político en Jerusalén, se decidió intentar resolver el problema surgido mediante negociaciones directas con Moscú y no pedir ayuda a los Estados Unidos en este momento.


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Informe de Prensa Internacional

Algo sobre sistemas coheteriles de mediano y cercano alcance

Por el tratado del 08.12.1987 en la reducción fueron comprendidos los cohetes soviéticos y americanos de mediano (de 1000 hasta 5000 Km) y cercano (de 500 hasta 1000 Km) alcance con base en tierra, los balístico y alados, capaces de llevar municiones nucleares, así como las convencionales. Por la parte soviética bajo el cuchillo han estado los cohetes de mediano alcance - balístico RSD-10 (SS-20 por la indexación occidental), R-12 (SS-4), R-14 (SS-5) y el alado RK-55 (SSC-H-4), también los de corto alcance - OTR-22 (SS-12) y OTR-23 (SS-23).

Los americanos han perdido los cohetes balísticos de alcance medio Pershing-2, los mísiles crucero de alcance medio BGM-109G Tomahawk y también los cohetes de cercano alcance Pershing-1A y Pershing-1V.

En total de ambas partes fueron destruidos 899 cohetes desplegados y 700 no desplegados de alcance medio, 698 rampas de lanzamiento desplegadas y 198 no desplegadas, más 1096 cohetes de alcance cercano (de ellos 387 desplegados) y 238 de sus rampas de lanzamiento.

Armamentos complejos tales como el Iskander-E, según mi parecer, tienen un lugar especial en el mercado mundial de armamentos. Es que incluso una cantidad pequeña de tales instalaciones cambia radicalmente la correlación de fuerzas en los conflictos regionales. Imagínese, inclusive un adversario que lo supera en 10 veces por fuerza y armamento no se arriesgaría a comenzar una agresión semejante a la de la OTAN en Yugoslavia, si sus ciudades, sus bases aéreas y su ejército se encontraran bajo la mira de cohetes, que en los próximos 10-15 años no podrán ser destruidos sobre las posiciones, ni podrán ser interceptados en el vuelo. Precisamente por esto, consideramos, que los EEUU tratan de revisar el acuerdo internacional para la restricción de la difusión de las tecnologías coheteriles. De hecho, en caso de la aparición en el mercado mundial del Iskander-E, su mejor cohete táctico, el ATACMS, se convierte en un competidor muy débil respecto a nuestro complejo.

En cuanto a la cooperación militar-técnica con los estados del Medio Oriente, Rusia sigue con exactitud las reglas generales adoptadas y los correspondientes acuerdos internacionales dirigidos a la prevención de la acumulación desestabilizadora de armamentos.

Quisiera también señalar, por cuanto el tema trata sobre la región del Medio Oriente, que en nuestra política de exportación concedemos una atención especial a evitar que tipos sensibles de armas caigan en manos de los terroristas internacionales, y esto es conocido por la dirección israelita.

Así que no hay bases para hablar de un empeoramiento de las relaciones con Israel. A propósito, a juzgar por la publicación de hoy del servicio de prensa del primer ministro de Israel, la dirección de este país tiene el mismo punto de vista.


LAS LECCIONES DEL ESCÁNDALO EN TORNO A LA «VENTA DE MISILES A SIRIA» MERECEN LA ATENCIÓN

La historia de la venta de misiles rusos Iskander a Siria, la cual podría apuntar de esta manera al centro nuclear de Israel situado en el desierto de Nehev, ha resultado ficticia. No ha habido negociaciones algunas entre Moscú y Damasco ni, por tanto, contactos entre aquélla y Washington sobre el tema en cuestión, según la declaración inequívoca hecha el otro día por el ministro de Defensa ruso Sergey Ivanov, durante su visita a EE.UU.

Y en opinión de Mijaíl Margelov, influyente diputado y responsable de asuntos internacionales en el Senado ruso, el asunto no es más que "una fábula".

Posteriormente a las afirmaciones de Sergey Ivanov, el portavoz del Departamento de Estado norteamericano Richard Baucher intervino con una declaración sorprendente diciendo que EE.UU. "se opone a la venta de... materiales bélicos mortíferos a Siria, la cual es un Estado patrocinador del terrorismo" y que, en teoría, podría introducir sanciones contra Rusia "en consonancia con las leyes de EE.UU..., en caso de que haya tales suministros".

¿A qué se debe esa reacción obviamente nerviosa del Departamento de Estado?

Lo de Siria, desde luego, es un caso especial que nació dentro de la trastienda política, caótica y siempre efervescente, de Israel. Se lanzó una advertencia porque Israel representa un caso especial en la política exterior e interna de EE.UU., y semejante enfoque provoca una serie de objeciones.

Cualquier Estado podría ser declarado, de forma unilateral, como patrocinador del terrorismo u otros males. Sabemos lo que cuestan semejantes declaraciones gracias a la experiencia de Irak, donde Estados Unidos ha renunciado oficialmente a la búsqueda de armas de exterminio masivo que habían sido usadas como pretexto para la actual ocupación torpe de este país.

La venta de armas, como cualquier otro negocio, es una práctica de competencia con elementos de política militar a escala internacional. Y Rusia, lógicamente, vende su armamento en aquellos mercados donde no hayan cuajado, por razones del precio o de la política internacional, los productos análogos de la competencia: Francia, Suecia, Israel, EE.UU., etc.

Sería demasiado simple si una nación determinada se hiciese con el monopolio para decidir a quién es posible vender equipos "mortíferos" y a quién no se puede vender nada, ni siquiera los sistemas de defensa antiaérea en los que Rusia tiene una ventaja tecnológica incuestionable.

Habría un solo proveedor de armas a escala global en este caso: Estados Unidos. Claro que Moscú no piensa atender cada advertencia comercial-tecnológica que venga de EE.UU. o de cualquier otro país.

Un buen ejemplo es Irán, al que Israel y EE.UU. tampoco quieren y con el cual, no obstante, Moscú pretende mantener la cooperación en el sector de la energía atómica o el suministro de armas convencionales, como los vehículos de combate para la infantería. Ahora bien, existe otro problema "común".

¿Qué hacemos con la alianza tan necesaria en la lucha contra el terrorismo? Sabido es que Moscú no confecciona listas de Estados marginales o países patrocinadores del terrorismo. Pero en cambio, Rusia asume una actitud muy seria ante el problema del terrorismo como tal, la situación configurada en el Medio Oriente o la relación entre diversas civilizaciones con el mundo musulmán en su conjunto. Dichas cuestiones realmente plantean la necesidad de construir una relación de aliados entre todas las naciones que determinan en gran medida los acontecimientos del mundo contemporáneo.

Por Dmitriy Kosyrev, comentarista en temas políticos de Ria Novosti.


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