El “Compromiso de Caracas”, en apoyo a la aprobación de la Carta de los Derechos Sociales de las Américas por parte de la Organización de Estados Americanos, coronó este sábado en Caracas la IV Cumbre de la Deuda Social, convocada por el Parlamento Latinoamericano.

Parlamentarios de la región, funcionarios, académicos y expertos de todo el mundo debatieron durante dos días en 10 foros sobre la deuda social y los desastres socionaturales, el presente y futuro de la civilización occidental, educación para una democracia participativa, la crisis de la economía financiera, el desarrollo endógeno y la sociedad solidaria, las nuevas propuestas de integración y la construcción de un nuevo orden económico, social y ecológico y las metas del milenio.

Al instalar la Cumbre, el presidente venezolano Hugo Chávez planteó que con modelos capitalistas es imposible combatir la pobreza y afirmó que no solo la deuda externa de los países del tercer mundo impide su desarrollo, sino también la falta de unidad de acción que les permita revertirla en beneficio de los grandes mayorías, pauperizadas y excluidas.
El embajador de Venezuela ante la OEA, Jorge Valero, por su parte, abogó por seguir impulsando el proyecto de Carta Social de las Américas como contraparte esencial de la ya vigente Carta Democrática Interamericana, y afirmó que el novedoso documento que patrocina su país “está cambiando el panorama ideológico” del organismo hemisférico.

En cuanto a la deuda externa, los expertos reafirmaron la necesidad que las naciones deudoras se agrupen en un “sindicato” para resolver ese problema, negociando como un solo bloque.

También se renovaron las críticas al concepto de Civilización Occidental por hegemónico, se planteó la urgencia de impulsar nuevas identidades culturales, igualitarias y sin jerarquías, y se destacó el papel de las instituciones educativas en la formación de ciudadanía.

El impulso de mecanismos populares de financiamiento y la nacionalización de la banca fueron algunas alternativas propuestas para que las naciones en desarrollo dejen de ser “rehenes” del actual mercado financiero internacional.

En materia de integración se reclamó que las estrategias integracionistas “dejen de ser clubes de empresarios y convertirse en centros de expresión de las demandas sociales” y avalaron la propuesta de Venezuela de una Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA).

El presidente de la Comisión de Deuda Social del Parlamento Latinoamericano, Filinto Durán, dio lectura a las conclusiones recogidas en el documento, cuyo primer compromiso consiste en profundizar el ejercicio de la democracia participativa.

También se asumió el compromiso de trabajar para construir, con la participación de misiones nacionales e internacionales la Carta Social de las Américas e impulsar su aprobación en la Organización de Estados Americanos.

Asimismo, se aprobó la creación del Foro Parlamentario Latinoamericano en Defensa de las Economías Nacionales y un saludo a la creación de Telesur, el primer proyecto comunicacional antihegemónico y voz para los pueblos latinoamericanos y caribeños.

La Carta Social de las Américas
IV CUMBRE DE LA DEUDA SOCIAL

Por un nuevo orden económico y social para
América Latina y el Caribe

febrero de 2005

COMPROMISO DE CARACAS

  1. Nos comprometemos a profundizar el ejercicio de la democracia participativa, fundada en el respeto a las decisiones de las grandes mayorías populares para, desde el respeto a la soberanía, poner en vigencia los derechos humanos y sociales y crear sociedades, donde se combata la enajenación del trabajo y se instaure la igualdad en el disfrute de los frutos del trabajo y de la riqueza de nuestras naciones. Y desde este nuevo modelo, recrear al mundo a partir del respeto a la vida, a la naturaleza, y la convivencia del hombre en sociedad, sustituyendo las relaciones de explotación, por la vinculación solidaria entre hombres y naciones.
  2. Saludamos y respaldamos la creación de TELESUR, como portavoz de la construcción de una cultura de resistencia al discurso hegemónico del imperio, generadora de un pensamiento latinoamericano emancipador frente a la manipulación mediática y al intento hegemonista del pensamiento único, saldando en esa medida parte de la deuda comunicacional contraída con nuestros pueblos.
  3. Exhortamos a que la integración de la Comunidad Suramericana de Naciones, aprobada en Diciembre de 2004, debe ser real y efectiva. Nos obligamos a emprender acciones para hacer realidad la Integración Latinoamericana y Caribeña.
  4. Sostenemos que el único desarrollo humano y eficaz, es el que se traduce en inclusión social, trabajo y bienestar para todos los habitantes, no solo de un país si no de la región, no se puede concebir el progreso sin el fortalecimiento de la Unidad Latinoamericana que permita complementar nuestras capacidades y favorecer el desarrollo de los pueblos. La vocación coincidente de los Presidentes Latinoamericanos en crear la Comunidad de Naciones Suramericanas, como paso previo y funcional de la misma, nos brinda la oportunidad extraordinaria como Parlamento Latinoamericano y a los pueblos para ir generando los consensos necesarios para que el cambio sea posible.
  5. Nos comprometemos a luchar por construir las bases de sociedades económica, social y políticamente justas. La integración debe eliminar la opresión de pueblos, y desarrollar formas de convivencia y armonía a nivel regional y mundial. La Integración debe abordar el problema de una educación integradora latinoamericanista que al mismo tiempo que sea democrática, abierta y rigurosa desarrolle la conciencia crítica en todos sus niveles.
  6. Nos comprometemos a impulsar la Carta de los Derechos Sociales de América, en una misión nacional e internacional, heredera del Juramento del Monte Sacro. El Juramento del Monte Sacro debe ser el aporte fundacional para reconstruir un mundo que tenga como eje un ser social renovado en sus objetivos de trabajo e igualdad. La Carta de los Derechos Sociales de América es el instrumento idóneo para el logro de estos fines, es el Proyecto que debemos convertir en idea fuerza para que se constituya en guía de la conciencia social de los pueblos de América. A esta propuesta de Venezuela ante la OEA, se suma al propósito de luchar por la vigencia de los derechos humanos y combatir los sueños imperiales fundados en el egoísmo depredador y el desprecio a las aspiraciones de todos de vivir la vida en toda su plenitud.
  7. Crear el Foro Parlamentario y de los Pueblos Latinoamericanos en Defensa de las Economías Nacionales (Antineoliberal) con la finalidad de promover soluciones alternativas al neoliberalismo que sean culturalmente progresistas, socialmente justas, económicamente rentables y ecológicamente sostenibles, construidas democráticamente desde la perspectiva participativa y protagónica del pueblo. Para la concreción de este objeto es prioritario:
     a) Preservar la diversidad, la pluralidad y el desarrollo humano en nuestros países.
     b) Sumar a la defensa de nuestras economías y los consiguientes derechos sociales, la de los recursos naturales no renovables, así como el cabal cumplimiento del Protocolo de Kyoto en función del resguardo de la capa de ozono.
     c) Asumir que para la transformación del modelo imperante de distribución del ingreso inducido por el pensamiento economicista tradicional, es necesario desarrollar una estrategia a largo plazo, centrada en una dimensión productiva y participativa, para erradicar la desigualdad y sus consecuencias: la pobreza y la exclusión social
     d) Defender y fortalecer a los movimientos sociales y políticos que impulsan un nuevo orden económico orientado al desarrollo social y económico igualitario, a través de la participación protagónica del pueblo, de los cuales aparece como ejemplo el proceso de liberación emprendido por la República Bolivariana.
  8. Reafirmamos la defensa inalienable de la autonomía de los pueblos latinaomericanos contra los intentos desestabilizadores del actual gobierno de EEUU, que son una amenaza, no solo para la República Bolivariana sino para los pueblos de América Latina y el mundo que luchan por su soberanía.