Mario Benedetti

El día en que Tabaré Vázquez asume el gobierno de Uruguay, como primer presidente de izquierda de este país, ofrecemos a los uruguayos algunas frases del último libro -“Defensa propia”- de su más importante poeta y uno de los más destacados de América Latina, Mario Benedetti.

 Las hormigas trabajan sin parar porque no tienen sindicato.
 El cangrejo anda de espaldas sólo para ser la excepción de que se enorgullece.
 Mi enemigo me reconoció inmediatamente. Vino corriendo y me dio un fuerte y cordial abrazo. “Que bueno encontrarte”, me dijo en un murmullo, “ya me estaba quedando sin odios”.
 La noche de los ciegos es la única de verdad. La de los videntes es una grosera imitación.
 Mis alergias son pocas, pero respetables. Soy alérgico a nueces, al polvo, a las deslealtades, a la hipocresía y al presidente Bush.
 Hoy amanecimos lavados por la lluvia y nos asombró vernos tan limpios, sin odios, sin rencores, sin caca de pajaritos, sin nostalgias muertas de hambre, sin basura. Ojalá mañana llueva torrencialmente.
 La mentira más sincera es la que usamos al elogiarnos.
 Ninguna guerra comienza antes que la religión la bendiga.
 Juntando mentira tras mentira se puede llegar a una verdad un poco frágil, pero, sobre todo, a juntar dinero.
 El exilio es el aprendizaje de la vergüenza. El desexilio, una provincia de la melancolía.
 La felicidad no se consolida si no pasa por la tristeza.
 El cero a la derecha junta millones. El cero a la izquierda funda utopías.
 En las mentiras piadosas suele haber más mentira que piedad.
 No hay Mar que por bien no venga.
 El caracol anda siempre con su patria a cuestas.
 Los bancos cierran los domingos, para contar sus moneditas.

Y una de las poesías del libro: SUR

Allá abajo en el sur están mi casa
las huellas de lo bueno
mis dulces enemigos
está la madrugada en que nací
la tristeza única
que me acaricia como la alegría
está la chispa del primer amor
los árboles de siempre
con su verde agasajo
el poquito de sol en los canteros
los zaguanes con su pareja tibia
y en las noches de corazón abierto
la vía láctea ese techo de luces
que sólo allá nos cubre
hay calles con sus rieles
sin tranvías

nostalgia de los míos que no están
los desaparecieron
sin piedad y con saña
y allí quedaron yertos y sin tumbas
o sólo con las tumbas del olvido

allá abajo en el sur está mi casa
dejándome en insomnios su historieta
sus rosas hablan pétalo por pétalo
y en los muros asoman las verdades

el tiempo ocurre quiere
la paz sin desperdicio
quiere que reencontremos el abrazo.

allá abajo en el sur está mi casa
con su puerta a la espera
de mi llave