La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) cargó contra el gobierno argentino con ese estilo que la caracteriza, cuando se entromete en la vida y la política interna de los países que no obedecen, total o parcialmente, las reglas de juego dictadas por los dueños del dinero.

Siempre vale recordar que la SIP se apoya en un principio básico, acorde a sus intereses: “la mejor ley de prensa es aquella que no existe”. Clarito: la ley es la ley del dinero y del discurso que ayuda a multiplicarlo en favor de unos pocos. Eso, que no es menor, es así por parte baja. Luego, una serie de disquisiciones respecto de qué es y qué no la libertad de prensa y expresión, el derecho a la información-comunicación.

La particular visión de la SIP -un nucleamiento de patrones de la comunicación- sobre la democracia, y con ella la democracia informativa, se vio nítida a la hora de treparse al golpe permanente contra el presidente Chávez en Venezuela.

En cuanto a la Argentina y el tema de los medios de comunicación, la UTPBA reitera aquí lo que en su momento le planteó al presidente Kirchner, a través de una carta, dado que nunca respondió al pedido de entrevista que se le hiciera.

Aquella carta, entre otras cosas, mostraba las preocupaciones de la UTPBA por los índices de desocupación en las distintas ramas de la actividad, la concentración de la propiedad en pocas corporaciones económicas y reclamaba el acceso al amplio espectro comunicacional y a distintas formas de gestión social no previstas por la Ley de Radiodifusión de la dictadura (dos años después todavía vigente), así como el reconocimiento de los medios de bajo alcance.

La UTPBA también solicitó en esa carta a Kirchner un espacio de discusión público en Canal 7 para debatir Políticas Públicas de Comunicación (que no se limita a los medios públicos) y sumar así la visión de los trabajadores de la cultura y la comunicación.

A la SIP, a quienes comulgan con su ideología -la que la define acerca de qué es una dictadura, qué una democracia amañada y qué una democracia para todos- la UTPBA levanta una consigna incontrastable: “No hay Democracia Informativa sin Democracia Económica”.

ANC-UTPBA