Si el Congreso del Ecuador continúa en el tira y afloja por el tema de la Corte Suprema de Justicia, es muy probable que el Ejecutivo logre asestar un duro golpe a los trabajadores y a la soberanía del país, pasando, por el Ministerio de la Ley, su proyecto económico urgente bautizado por el presidente Gutiérrez como la “Ley Topo”.
Un proyecto que incluye la reforma de 18 leyes -lo cual va contra los procedimientos que establece la Constitución- y que tiene el propósito de congraciarse con el Fondo Monetario Internacional, cumpliendo sus condicionamientos para el acceso a créditos y, al mismo tiempo, para un respaldo político de la Casa Blanca.
Los problemas realmente trascendentes del país que se ocultan con el tema de la Corte y sus marchas y contramarchas que van perdiendo fuerza poco a poco, son aquellos que tienen que ver con la embestida neoliberal a través de reformas como éstas, y a través de políticas como el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, que sigue su paso silencioso, sin que la oposición oligárquica encabezada por el PSC y la ID, ni los denominados ‘representantes de la sociedad civil’, ni los medios de comunicación alineados con éstos, se preocupen siquiera de incluirlo en sus debates y sus plataformas de protesta.
La soberanía del país se violenta constantemente con el ingreso de aparatos de seguridad de los Estados Unidos y de Colombia en nuestro territorio, para perseguir y capturar a presuntos guerrilleros que atraviesan nuestra frontera para atender sus problemas de salud; capturas que, según la normativa internacional de los derechos humanos en condiciones de guerra, no es justo ni legal. Lo cierto es que el Ecuador está involucrado activamente en este plan, y es una realidad que no se puede ocultar. Tanto que las mismas fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), han hecho ya pronunciamientos públicos quejándose del irrespeto del acuerdo al que habían llegado con el actual gobierno en sus inicios, para que se abstenga de participar en el conflicto interno de Colombia, de la forma en que hoy lo está haciendo, porque eso significa trasladar el conflicto al interior de nuestras fronteras.
Pero, por suerte para los pueblos, los principales referentes de la movilización en el Ecuador, la CONAIE y el Frente Popular, no van a la cola de la convocatoria oligárquica, sino que buscan fortalecer sus propios contenidos. En este sentido, la protesta popular más trascendente desde finales del año anterior e inicios de éste, es el paro estudiantil realizado el 10 de marzo, convocado por la Federación de Estudiantes Secundarios del Ecuador (FESE), que obtuvo un gran triunfo y que se realizó en todas las provincias del país, algo que se vuelve trascendente a la hora de valorar las últimas movilizaciones por el tema de la Corte, que tuvieron un carácter eminentemente local y que hasta hoy no han logrado resultados positivos.
La consecución del carné estudiantil tiene trascendencia para las familias pobres del país, puesto que se relaciona con lo que los padres de familia pueden ahorrar en cuanto a transporte público para sus hijos, e incluso en otros servicios que también les permitiría este carné.
La lucha de los estudiantes secundarios y su organización, la FESE, muestra cuál es el rumbo que debe seguir la lucha popular en el país.
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