La modernización del ejército de Estados Unidos resultará tan costosa que muchos de sus promotores en el congreso cuestionan la carestía y complejidad del programa, informa el diario The New York Times.

De acuerdo con el rotativo, la polémica se desató luego de que un oficial de alto rango del Pentágono revelara el fin de semana que sólo la primera fase del plan, denominado Sistemas de Combate del Futuro, costará unos 145.000 millones de dólares.

Con las nuevas tecnologías se pretende equipar a 15 brigadas del Ejército, con unos 3.000 soldados cada una.

El costo de ese programa, muy superior al estimado inicial, no incluye los otros 25.000 millones de dólares que se prevé destinar a la modernización de los sistemas de comunicaciones de las “unidades de combate del futuro”.

Pero ahora, algunos de los defensores de estos presupuestos se preguntan con qué dinero el país va a asumir tal erogación, señala el rotativo.

“Nosotros lo que tenemos delante es un choque de trenes”, dijo el representante republicano Curt Weldon, presidente del Comité de Servicios Armados de la Cámara baja, en alusión a la carestía del proyecto bélico.

En opinión de Weldon, las que quedan por delante “serán decisiones difíciles”, y una de ellas podría ser la reducción del presupuesto para los sistemas de combate.

Este millonario proyecto contempla el diseño y producción de nuevas armas, conectadas a una red de computadoras y robots del Ejército, con la finalidad de hacer a las unidades más ligeras y con mayor maniobrabilidad.

David M. Walker, contralor general del gobierno estadounidense, consideró que el arsenal que el Departamento de Defensa aspira a tener en el futuro es inasequible, y que el Congreso necesita evaluar otras alternativas.

“Hay un abismo entre las aspiraciones del Pentágono con nuevos tipos de armas y lo que podemos darnos el lujo de permitir y mantener”, estimó Walker, quien dirige la Oficina de Contabilidad Gubernamental (GAO), brazo fiscalizador del parlamento.

Según el funcionario, “cada dólar que gastamos en un proyecto como este hoy es un dólar que nosotros no podremos gastar en una necesidad mañana.”

Paul L. Francis, director de Adquisiciones de la GAO, consideró que el Ejército se lanzó a la construcción de las llamadas armas del futuro sin tener en su poder los datos que necesitaba para hacer el proyecto.

“Si todo marcha como hasta ahora, en el 2008 se tendrá el nivel de conocimiento del programa que debió existir antes de que comenzara en 2003”, manifestó Francis, quien aprecia que “las cosas no van como fueron planeadas”.

Argenpress