Andrés Izarra


Mr. Jackson Diehl
The Washington Post
Washington DC
USA

Mister Diehl:

Es imposible creer que un periodista de un diario tan importante como el Washington Post esté tan mal informado como aparece en su artículo "Chavezs Censorship: Where Disrespect Can Land You in Jail", de marzo
28.

Usted puede creer, si lo desea, que Venezuela era "la democracia más
próspera y estable de Latinoamérica"
(con 80% de la población en extrema
pobreza, motines civiles y levantamientos militares), pero no puede
escribir, sin mentir, que en Venezuela se persigue a periodistas o se
censura la prensa, porque no existe ni un solo caso que respalde lo que
dice.

Usted dice la verdad cuando afirma "Algunos periódicos y canales de
televisión tomaron partido abiertamente por los intentos para derrocar
al Presidente por la vía del golpe, huelga general y un referéndum
nacional"
. Antes de ser Ministro de Información y Comunicación, trabajé como director de noticieros para RCTV, una importante estación de televisión privada en Venezuela. Inmediatamente después del golpe de Abril de 2002 contra el Presidente Hugo Chávez, cuando cientos de miles de venezolanos salieron a las calles exigiendo el regreso de su Presidente electo, RCTV y otros canales privados decidieron no informar sobre ese levantamiento civil, prefiriendo transmitir dibujos animados y viejas películas. Como yo no podía participar en esta censura, opté por
renunciar.

Como reportó el periodista Duncan Campbell, para The Guardian, "loscinco principales canales de TV dieron espacios publicitarios a quienes convocaron las manifestaciones que propiciaron el golpe".

Aún más, los principales dueños de los medios de comunicación en Venezuela, le aseguraron al dictador Carmona: "No podemos garantizarle la lealtad del ejército, pero podemos prometerle el apoyo de los medios" (Ver "Golpe y
Contra-Golpe", The Economist Global Agenda, 16 abril 2002).

Los medios privados promovieron todas las campañas para desacreditar al
Presidente Chávez y a sus políticas. Por ejemplo, durante el sabotaje
petrolero de Navidad 2002-2003, difundieron en dos meses más de 13.000
cuñas para "animar una huelga general económicamente devastadora y socialmente desestabilizadora dirigida a derrocar a Chávez, en la cual promovieron enérgicamente a los líderes de oposición, mientras difamaban al Presidente e ignoraban los eventos que lo favorecían" (Ver "COHA
Memorandum de Investigación. Los Medios Venezolanos: Más que Palabras en Juego" Council on Hemispheric Affaire, Memorandum a la Prensa 03.18, Abril 30, 2003). Sin embargo, a pesar de todo esto, esos medios abiertamente conspirativos, no fueron perseguidos, ni entonces, ni
después, ni lo son ahora.

Usted miente a sus lectores, Mister Diehl, cuando dice "A partir de este mes, los periodistas y otros activistas independientes que sean acusados por el gobierno de cometer el tipo de delitos denunciados por Izarra pueden ir a prisión, sin juicio previo, y ser sentenciados hasta a 30
años",
porque confunde a propósito la Ley que protege a los niños de la obscenidad en los medios radioeléctricos, con las leyes sobre seguridad nacional o seguridad y respeto al Presidente, que son más estrictas en
los EEUU.

El Código de los EEUU, Título 18, sección 871 "Amenazas contra el Presidente y sucesores a la Presidencia", prohíbe cualquier ofensa o amenaza al Presidente de los EEUU. Los ejemplos incluyen el 2 de Julio de 1996, cuando 2 personas fueron arrestadas por los servicios secretos por haber gritado injurias el Presidente Clinton ("You suck and those boys died...") en ocasión de un ataque a una instalación militar en Arabia Saudita, donde murieron 19 soldados estadounidenses; o un reverendo que fue detenido por decir que "Dios te responderá" al Presidente Clinton, sobre su decisión de no prohibir una forma del aborto.

El Código de los EEUU, Título 18, Sección 1752(a)(1)(ii), declara que es un crimen entrar intencionalmente en una zona prohibida durante una visita presidencial, y ha sido utilizado para arrestar más de 1.800 manifestantes durante la Convención Republicana en Agosto de 2004, a pesar del hecho de que los manifestantes estaban a varias cuadras de
distancia de donde estaba el Presidente Bush; también ha sido utilizado para arrestar a un señor por cargar una pancarta en contra de la guerra, el 24 de Octubre del 2002, durante una visita de Bush a Ohio; también fue arrestada la madre de un soldado muerto por llevar una franela
anti-guerra en Nueva Jersey durante una conferencia de la Primera Dama, Laura Bush; y una pareja en West Virginia fue detenida por llevar franelas anti-Bush durante una manifestación.

Usted sabe, Mister Diehl, que la Ley Patriota junto con una Orden Ejecutiva, le otorga al Presidente Bush el poder para determinar cuándo una persona representa una amenaza a los EEUU. Si la persona es estadounidense, puede ser detenido por tiempo indefinido, sin derechos, declarado enemigo de la patria y pueden incluso quitarle su ciudadanía.

Si la persona no es estadounidense, puede ser detenida sin derecho alguno y llevado a un tribunal militar secreto sin que nadie, ni sus familiares, se enteren. Si un extranjero en los EEUU dice que "Bush es el diablo", puede ir preso y terminar en Guantánamo.

Su interés en hacer creer que en Venezuela los periodistas están amenazados como agentes extranjeros, es comprensible por la cantidad de agentes que actúan como periodistas, en Venezuela y Estados Unidos, para difundir matrices de opinión diseñadas en el Departamento de Estado:

Documentos desclasificados del Departamento de Estado (por la ONG National Security Archives) sobre la Oficina de Diplomacia Pública de los EEUU, manejada por Otto Reich en los años 70, demuestran que el Washington Post fue uno de los periódicos usados por el GobiernoEstadounidense para divulgar su propaganda negra contra el gobierno
sandinista. Marcela Sánchez, columnista del Washington Post, hizo público que en los meses antes del referéndum presidencial de Agosto de 2004, en el cual el Presidente Chávez fue ratificado, Noriega y otros del Departamento de Estado visitaron a su junta editorial para influenciar sus reportajes sobre el tema.

¿O ya olvidó usted, Mister Diehl, que la periodista Magie Gallagher, que colaboraba con el Washington Post, fue denunciada por aceptar dinero para apoyar una propuesta de Enmienda Constitucional del Presidente Bush?

No logro imaginar de dónde saca usted, Mister Diehl, los términos "sin juicio previo" y "sumariamente", que repite para dar la falsa impresión de una Venezuela dictatorial que sólo existe en su imaginación y en esa colcha de retazos que es su artículo. Seguramente le sonará "ridículo"
pero, en este tiempo y por primera vez en la historia, la prensa en Venezuela es más libre que en los Estados Unidos.

¿Es eso lo que le irrita, Mister Diehl?

No es culpa del Presidente Chávez que la Administración Bush no pueda controlar el mundo globalizado con los mismos métodos y los mismos hombres que en los años 70. No es mi culpa si el Washington Post de Katharine Graham, que fue un ejemplo para el mundo con el Caso Watergate, actúa hoy como si lo hubiera comprado la familia Nixon.

En vez de su retrato incompleto, caricaturesco y malicioso de los medios y las leyes de Venezuela, me gustaría esperar, de un respetable "periódico independiente", un análisis equilibrado de nuestro paisaje informativo. Pero creo más probable que descubramos, en futuro no muy
lejano, que también usted, Mister Diehl, recibe dinero del Departamento de Estado.

Andrés Izarra
Ministro de Comunicación e Información