Dos fotos del mismo hombre: el magnate Roberto Hernández
Fotos de Inti Vargas y Christian Palma.

Cortesía agencia fotográfica Cuarto Oscuro, México.

El ex bolsista y ex banquero Roberto Hernández -de quien se ha escrito mucho acerca de sus vínculos con el narcotráfico mexicano-, aspira ahora a erigir la tercera cadena de televisión mexicana -con Vicente Fox cual uno de sus socios—, está inmiscuido «hasta los codos» en el complot en contra de Andrés Manuel López Obrador.

A él, entre otros, se refirió el tabasqueño cuando en su intervención en la Cámara de Diputados dijo que «utilizan al ciudadano Presidente, a quien encumbraron para seguirse devorando al país y a quien lanzan en mi contra para impedir que avance el movimiento de transformación nacional...».

Y es que Roberto Hernández, se pasó las últimas semanas en el este de los Estados Unidos, principalmente en Nueva York y en Washington, explicando a los decision makers que concurren al mercado de Wall Street que «el costo económico» del desafuero de López Obrador sería infinitamente menor a tenerlo como presidente de México los seis años posteriores a^l 2006.

Roberto Hernández, sí. El que hace 20 años, dicen, no tenía para pagar los saldos de sus tarjetas de crédito y que, merced a la reprivatización bancaria salinista se hizo de Banamex, el segundo banco en importancia del país que luego vendería a Citibank sin pagar ni un centavo de impuestos por dicha transacción.

Roberto Hernández, sí. El del château en Francia y los 43 kilómetros de costa quintanarroense. El de los grandes beneficios del Fobaproa y los enormes favores fiscales. El ex compañero de Fox en la Universidad Iberoamericana y su muy probable socio en el negocio de las ondas hertzianas que, para constituirse, obligadamente requeriría que Televisa y TV Azteca perdieran, cada una, la concesión de uno de los canales que hoy usufructúan.

El mismo Roberto Hernández al que en reiteradas ocasiones se ha referido López Obrador, señalándolo como uno de aquellos en contra de los que iría, para que rindiera cuentas, caso dado que fuese presidente de la
República a partir de diciembre del año próximo.

En Washington y en Nueva York, los últimos días, para tranquilizar a los
inversionistas. ¿De verdad el «costo económico» de desaforar a AMLO (Andrés Manuel López Obrador) resulta más barato que el que, según Hernández, habría que pagar si el
ex jefe de gobierno fuera Presidente de la República?

Roberto Hernández es asiduo visitante de Los Pinos. Ahí dicen que «compró barato a Fox -cuando en 1997 nadie daba un cacahuate por su candidatura presidencial-», y ahora cosecha en abundancia su magra inversión.

No es Hernández, en la casa presidencial, el único que teme a López Obrador y a la eventualidad de que este sea sucesor de Fox. Marta Sahagún, la actual esposa del guanajuatense, también ha acicateado a éste para que, sin parar en mientes, impida que el ya desaforado jefe de gobierno aparezca en las boletas electorales.

Cuenta un personaje muy cercano a la zamorana Sahagún que, luego de la renuncia de Alfonso Durazo a la secretaría particular y a la vocería de la Presidencia -cuando en una larga carta el sonorense evidenció la participación del titular del Ejecutivo y de su esposa en «el complot» en contra de López Obrador—, y justo después de que a la ex esposa de Manuel Bribiesca fuese blanco de una andanada en la que se le exigía que clarificara sus aspiraciones presidenciales, hubo una fuerte discusión entre la (mal) llamada pareja presidencial.

Encendidos los ánimos de la señora, agrega el confidente, ésta condicionó entre gritos la declinación a sus aspiraciones.

Luis Niño de Rivera Lajous, Héctor Rangel Domene, Carlos Gómez y Gómez y Roberto Hernández durante la conferencia en la que se anunció que el segundo ocupará el cargo de presidente de la Asociación de Banqueros de México (ABM). Rangel Domene, quien pertenece al consejo de administración de Bancomer, sustituye en el cargo a Carlos Gómez y Gómez.
Foto Inti Vargas.

«No seré yo (candidata presidencial), pero tampoco será él», dicen que dijo a Vicente Fox, refiriéndose por supuesto a Andrés Manuel López Obrador.

Sahagún debe estar feliz: hoy su marido sí le cumplió.

UN DÍA SÍ y otro también, en Los Pinos mandan a levantar encuestas.

Una de las más recientes, realizadas el fin de semana anterior, fue encargada a la empresas Gauss y Arcop.

Los resultados del muestreo practicado en el Estado de México son ejemplificativos.

Como precandidato a la Presidencia, López Obrador alcanzaba hace siete días un 58 por ciento de popularidad. Treinta puntos atrás de él, el panista -el «tapado» de los esposos Fox-Sahagún— Santiago Creel con 28 por ciento. Y en último lugar el priísta Roberto Madrazo, con tan sólo 21 puntos porcentuales.

De carácter nacional, el muestreo daba una «ventaja consistente» a López Obrador en 22 de las 32 entidades de la República. En las del norte, AMLO no pinta.

«Ventaja consistente», empero, de más de 5 por ciento en todo el país, en un estudio que tenía 2.5 puntos porcentuales como margen de error.

Obviamente, con el tablero de control lanzando luces de colores rojos, naranja, azules, verdes, amarillos, todas al mismo tiempo -muestra del descontrol—, en Los Pinos se decidió que el desafuero del tabasqueño tenía que darse a toda costa.

De que lloren en Los Pinos a que lloren en el Ayuntamiento capitalino, pues que lloren en el Ayuntamiento capitalino, debieron haber pensado.

Otro Roberto, Madrazo éste, debió conocer los resultados de esas encuestas. Ahí en Insurgentes Norte y Violeta -antes, cuando el PRI no era light, hacía esquina con Héroes Ferrocarrileros—, debieron sufrir un preinfarto al conocer que en Tabasco, tierra de origen del dirigente priísta y del ex jefe de gobierno, López Obrador duplica la ventaja sobre el hijo de Carlos A. Madrazo, quien como su paisano El Peje también fuera desaforado por una Cámara de Diputados plegada a las órdenes del Ejecutivo.

Dos a uno. Nada qué hacer en la tierra que Roberto Madrazo tiene encargada a Manuel Andrade en lo que llega a gobernarla su hijo Federico.

Por eso el precio tan alto que pagaron los diputados del PRI en la escenificación del juicio de procedencia. Por eso hasta Emilio Chuayffet subió a la tribuna a cuchichear al oído de Manlio Fabio Beltrones, cuando el perredista Pablo Gómez los exhibió como aliados de los intereses de Marta Sahagún y Vicente Fox Quesada.

Fueron los priístas, en efecto, quienes pagaron el precio más alto del desafuero del jefe del gobierno capitalino.

Vistos los resultados de las encuestas, Madrazo dio el último empujón. Sólo una condición puso en sus negociaciones: que el «autónomo» Poder Judicial, no los vaya a dejar «colgados de la brocha».

Que el juez vaya hasta las últimas consecuencias. Que la inhabilitación, para que no aparezca en las boletas electorales de julio del 2006, sea total.

Y sí, van contra López Obrador hasta hacerlo pinole. De aquí a que termine este malhadado sexenio - «un grupo compacto de intereses creados, le dijo al ciudadano Presidente, palabras más, palabras menos: ‘Nos has
quedado mal. No has podido llevar a cabo las privatizaciones ni la reforma fiscal. Pero eso ya no es lo que nos importa; ahora lo único que te pedimos es que por ningún motivo permitas que ese populista de Andrés
Manuel, llegue a la Presidencia...». Del discurso de AMLO en la Cámara Baja—, López Obrador se la va a pasar de juzgado en juzgado.

Y ni modo, tendrá que escuchar el consejo que hace poco le hiciera Roberto Madrazo: Contratar un buen abogado.

Y es que en el Poder Judicial hay 16 juicios por desacato, similares al de El Encino, contra López Obrador, Aunque ocho de ellos ya prescribieron tendrá que hacer frente a los ocho restantes.

En breve, muy en breve, además, todos vamos a presenciar el estreno de Gustavo Ponce, el ex secretario de Finanzas de AMLO hoy preso en La Palma, como testigo protegido, declarando -evidenciando- en torno a los manejos de los dineros públicos. El ya desaforado jefe de gobierno, por supuesto, no saldrá bien librado.

Y como cereza en el pastel de lodo lanzado a la cara del más popular de los precandidatos presidenciales, volverán a relucir los expedientes judiciales que hay en su contra a consecuencias de las varias "tomas" de pozos petroleros, durante el salinato.

No se la va a acabar, como dicen los muchachos.
Ahí escuchan a quien es Presidente de la República.

Que no es conveniente que López Obrador mantenga todos los espacios que tan hábilmente ocupó durante su mandato al frente del gobierno del Distrito Federal. Que no hay necesidad de hacerle tanta publicidad. Que,
después de su segura inhabilitación, ¿para qué darle foro?

Cumplen también los concesionarios. Ya lo verá usted.

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