La visita del presidente chileno Ricardo Lagos a Venezuela, durante los días 19 y 20, constituyó un nuevo aliento en los vientos de integración que soplan en nuestra región.

Esta es la primera visita que el presidente Lagos realiza a Venezuela y la atmósfera de cordialidad y entendimiento así como las declaraciones de ambos presidentes frente a la prensa, parecen dejar zanjadas definitivamente antiguas fricciones entre ambos estados, provocadas a partir de opiniones emitidas por el presidente Chávez respecto a Bolivia y su salida al mar, que habían despertado susceptibilidad en el gobierno chileno. Más aún, este encuentro estuvo signado por la propuesta mutua de relanzar las relaciones entre ambos estados y llevarlas a una nueva etapa.

Dos actos oficiales integraron la agenda de esta visita

El presidente Chávez recibió a su homólogo chileno en el palacio de Miraflores, dónde ambos en reunión privada firmaron una declaración conjunta, así como participaron de la firma por parte de sus respectivos ministros de varios acuerdos a distintos niveles.

Posteriormente, en los salones de un hotel de Caracas, con la presencia de ambos mandatarios, se instaló una rueda de negocios bilateral a la que acudieron 200 empresarios chilenos que acompañaron a Lagos y un número similar de empresarios venezolanos.

En sus declaraciones, ambos mandatarios coincidieron en diferentes temas y estuvieron de acuerdo en mancomunar esfuerzos en el logro de los objetivos comunes anunciados.

Temas tales como la necesidad de lograr una Organización de Estados Americanos (OEA) capaz de constituirse en un foro relevante para la discusión de los problemas comunes a la región, a fin de que el tratamiento de estos problemas comunes vaya más allá de los contactos bilaterales; el apoyo de Venezuela a la candidatura del canciller chileno Insulza a la secretaría general de esta organización como una forma de acercarse a este objetivo; la necesidad de lograr sociedades más justas e incluyentes en nuestros países, capaces de superar el drama de la pobreza; la decisión de impulsar la integración económica como un paso hacia la integración total, reflejada en la intención de fortalecer y expandir el intercambio comercial; la búsqueda de fortalecer proyectos comunes en otros sectores, tales como el de la energía, el de la cultura y el de la ciencia y tecnología, fueron el centro de trabajo de este encuentro.

Igualmente durante el evento, ambos mandatarios estuvieron pendientes de la situación en el Ecuador, y lamentaron sus características, negándose a opinar al respecto hasta tener una mejor información de lo que estaba sucediendo.

El saldo de esta reunión parece ser un nuevo saldo positivo en los pasos por integrar el subcontinente y representa una afirmación de las intenciones de lograr avances hacia la Comunidad Sudamericana de Naciones.