Frente a la monstruosa irregularidad del vídeo ofensivo para con el Perú impetrada por Lan en sus vuelos regulares, el ministro del TLC y Asuntos Foráneos, oficialmente de Comercio, Alfredo Ferrero pidió no “politizar” el tema. No exigió a excusas a LAN, “advirtió” que no se podía perjudicar al turismo porque esta aerolínea tenía el 80% del mercado. ¿Es éste, el “negociador” del TLC con Estados Unidos por el que berrea con intensidad recurrente y hasta sospechosa? ¿Cómo puede el país soportar a peruanos bamba que sólo tienen nuestra nacionalidad porque poseen DNI aunque el cerebro lo tengan enajenado hacia los intereses de las transnacionales que les pagan hoy, en el futuro, o en el ayer reciente, muy bien, para que callen, no oigan y se hagan los bobos cuando no conviene “hacer ruido político?

Bamba es un peruanismo del habla popular que designa una falsificación. Hay relojes bamba, marcas bamba, políticos bamba, diplomáticos bamba, periodistas bamba -y hasta coimeros profesionales-. ¿Por causa de qué no podrían existir -como existen con pesar y asco para la república- peruanos bamba como el antecitado? La peruanidad no es un sancochado de textos globalizadores que se repiten hasta la saciedad frente a los medios cómplices o partícipes del gran convite fletado por los poderes reales que gobiernan al Perú. ¡De ninguna manera!

El país ha visto cómo embajadores que ayer ocuparon puestos de responsabilidad hoy se lavan virtualmente las manos y reputan sus gestiones como impecables. Uno de ellos, de conducta inmoral para con sus colegas aunque hoy diga lo contrario porque los años en Perú todo lo perdonan, perdió los papeles reales y de conducta en Chile cuando los días tensos del enfrentamiento con Ecuador. ¿Ya no se acuerda Eduardo Ponce que la cancillería chilena devolvió lo que él había extraviado irresponsablemente y con una nota rica en sorna al Perú? ¿Con qué autoridad puede hoy presentarse, como lo hace el jefe de la mafia Alfonso Rivero Monsalve, en la televisión y en los medios que no saben o prefieren ignorar sus pasados necios, discutibles, mediocres y atrabiliarios?

Pero el bamba Alfredo Ferrero no es más que una muestra de cómo el país está manejado por impostores que se dicen peruanos con reales intereses comerciales y geopolíticos que caminan por cualquier acera menos la nacional. El ministro colombiano, Botero, afirmó que esta ronda del TLC no va a ninguna parte y a continuación, el jefe del “equipo negociador”, Pablo de la Flor, pretendió mitigar lo expresado por aquel. Este otro bamba ¿también es traductor fallido?

Un representante de Lan, cuyo apellido es irrelevante, se presentó en la televisión y pretendió embutir la bestialidad que su empresa, la que le paga para que diga barbaridades, compró el vídeo pero que no lo habían visto. ¡No hay un solo movimiento en cualquier firma moderna -y LAN lo es en grado sumo- que sea puesto en funcionamiento sin el aval draconiano de las gerencias centrales! ¡Ese vídeo fue exhibido a propósito y hasta que alguien se diera cuenta! Hay quienes saben que los peruanos somos partidarios del después y no del ahora y ya mismo que yugule abusos a los que otros están por decenios acostumbrados, siempre sabedores que tendrán cómplices de su farra antipatriota.

Cuando los días que en Chile se pulverizaba a Aerocontinente, mayo-junio del 2002, el Perú oficial no hacía nada por esa empresa de peruanos. En cambio, visitaba Lima la canciller chilena de entonces, Soledad Alvear y a Niño Diego García Sayán, otro farsante de la izquierda caviar, no se le ocurrió mejor idea que condecorarla. Pregunté desde las páginas combativas de Dignidad, ¿por causa de qué la premiaban, por cerrar Aerocontinente? Niño Diego nunca contestó porque perro que ladra no muerde.

¡Es hora de demostrar dignidad y hombría y femeneidad peruanas! No se trata de revanchismos pero sí de una actitud insobornable que está por encima de sinverguencerías y mariconadas como las que cometen múltiples funcionarios públicos entre los que destacan, con páginas de oprobio, los antecitados.

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!