Hace 90 años, el 24 de abril de 1915, comenzaba el genocidio de los armenios en la Turquía otomana. Por motivos políticos, un Estado decidió exterminar a todo un pueblo. Los turcos trataron de liberarse del asunto armenio, aprovechando la debacle de la Primera Guerra Mundial. Un millón y medio de armenios murieron y cientos de miles debieron huir de sus asentamientos. Es un deber moral no olvidar a nuestros ancestros asesinados. Ese genocidio no siempre se condenó por el país donde se concibió y ejecutó.
En el plano jurídico, exigimos que se registre la muerte de las víctimas y que se nombre a los culpables. En la actualidad, en Turquía, siempre se puede ser objeto de un proceso judicial si se asocia la palabra genocidio a la exterminación de los armenios.
Queremos destacar el alcance universal de ese crimen de lesa humanidad. Las instituciones internacionales, entre ellas el Parlamento Europeo, han solicitado a Turquía que se enfrente a su pasado, ya que esas manchas negras seguirán virulentas en tanto los turcos no las expíen. Se trata de un problema de política interna turca; el comportamiento frente a ese genocidio es revelador del sistema de valores de una sociedad. Algunos intelectuales turcos comienzan a exigir a su pueblo que acepte sus responsabilidades, y saludo su coraje. El proceso de adhesión de Turquía a la UE puede hacer que evolucionen las relaciones entre nuestros dos países. Por el momento, la UE se apresta a integrar a un país que cierra el paso de la frontera armenia desde hace más de un siglo y que plantea condiciones inaceptables para su apertura. Europa debe convencer a Turquía de que es indispensable que reconozca el primer genocidio del siglo XX y que su comportamiento hasta ahora contradice los valores de Europa.

Fuente
Die Welt (Alemania)

«Die Türkei muß Genozid anerkennen», por Vartan Oskanian, Die Welt, 20 de abril de 2005. Texto adaptado de una entrevista.