Dos hechos recientes han puesto en la coyuntura el complejo tema de las relaciones con Chile. El video lesivo al Perú propalado por Lan-Chile, y la difusión de la conducta artera que tuvo el vecino de vender armas al Ecuador en pleno conflicto, siendo país garante.

El primer hecho, guarda relación con una campaña sistemática para agredir la autoestima nacional, como el ultraje a monumentos históricos y el auspicio a programas televisivos que desde los noventa muestran las miserias humanas de población marginal desesperada (que deberían haber sido sacados del aire hace mucho), el maltrato a compatriotas que trabajan en lo que pueden en Chile, expulsados por el modelo neoliberal excluyente de los noventa. En otro nivel, se ubican políticas de piratería con productos nuestros exportados o reivindicados como chilenos (como el pisco, chirimoya, lúcuma, orégano, aceitunas y la mismísima papa).

El segundo hecho, es el corolario de la ejecución de la alianza estratégica que existe entre Chile y Ecuador que incluye equipamiento y entrenamiento militar, hace décadas. No es un refrito como dicen los antipatriotas, ya que el hecho recién es conocido por la opinión pública, lo que ha causado justificada indignación nacional. Es la comprobación de la verdadera entraña del vecino que se quita la careta. “Se portaron bien en la mesa de negociaciones” han salido a decir algunos, mientras se soslaya el hecho que con armas chilenas se masacraba a nuestros compatriotas, mal equipados por el régimen corrupto.

Ambos hechos, fueron puestos en conocimiento del país por fuentes no gubernamentales. César Hildebrandt, y el congresista Pacheco alertaron al país. Frente a ello, trataron de minimizar los hechos los chilenófilos dentro y fuera del gobierno, pero la población no se dejó manipular.

Nuevas rayas al tigre

Las provocaciones no han cesado y son sistemáticas. Desplazamiento de caseta militar chilena a territorio peruano, asesinato de un compatriota en nuestro suelo fronterizo, captura de pescadores en nuestro mar, carrera armamentista con el mayor gasto per cápita en la región. Ha sido la contraparte de la chilenización económica del Perú, producida en el contexto de la política neoliberal extremista de los noventa. Control del cabotaje, servicios en los puertos, los cielos peruanos, comercio, industria, minería, servicios financieros.

Para consolidar el dominio quieren un TLC que incluya servicios, protección adicional de inversiones, y que permita acceso a energía (gas) y agua que necesitan con urgencia. La “complementariedad” que venden, es en realidad el intento de forjar una división del trabajo en la que nosotros exportamos materias primas y recursos naturales, para que ellos le den valor agregado. Buscar crear un típico intercambio norte-sur que ya tenemos con el mundo en su conjunto. No, solo por estrategia sino porque se sienten desarrollados y con méritos para pertenecer a la OECD.

La “integración” buscada es la de la consolidación de las asimetrías, y la subordinación del país. Somos competidores en el Pacífico sur, y están dispuestos a ganar con todas las armas que cuentan. Por la razón o la fuerza, como dice su escudo.

Hemos argumentado en otros artículos sobre como una integración equilibradas sería posible si se resuelve la delimitación marítima pendiente, articulando el sur peruano, norte chileno y occidente boliviano . Pero, esa no es la idea que tienen ni para Bolivia, ni mucho menos para el Perú. Los dos hechos que comentamos arriba son dos rayas más al tigre.

Psico-social

La población no se tragó la píldora dorada que los chilenófilos querían vender desde los medios de comunicación masiva, y mostró su justa indignación, lo que obligó al gobierno a tomar actitudes más firmes. El silencio de los ministros responsables, el de Transportes, y de Comercio y Turismo, obligó a la intervención de la Cancillería y el Premierato. La Cancillería actuó bien rechazando las impertinentes declaraciones del Canciller chileno sobre el conflicto que era de competencia estrictamente interna, y debía sancionar el asunto en una relación empresa-ministerio de Transportes.

Asimismo, enviando una nota de protesta por el tema de la venta de armas. La actitud patriota era y debe ser cerrar filas en torno a nuestra Cancillería. Pero, se desató mas bien un psico-social, una campaña de desinformación, de satanización a la población y quienes convocaban y lideraban las protestas en diversos puntos del país, tildando a políticos, parlamentarios, intelectuales y sectores del gobierno y contestatarios en general, de chauvinistas, humalistas, estar anclados en el pasado, revanchistas, envidiosos, cínicos, politiqueros en año electoral.

Los chilenos en cambio habían cometido un lamentable error, ya se habían disculpado, era cuestión de algunos funcionarios, era un refrito, necesitamos sus inversiones, dan empleo a los peruanos, quieren mirar el futuro.

Revisemos algunas falacias de esta intensa y costosa campaña

Falacia 1: la venta de armas fue del militarismo chileno, a espaldas del gobierno democrático

Hay quienes han querido argumentar que las guerras las hacen los gobiernos militares, y no las democracias. Además, en esta era de la globalización no hay fronteras y el capital no tiene patria. Esas fueron las concepciones que permitieron que estuviéramos prácticamente desarmados en la guerra del Cenepa, y solo gracias al heroísmo de nuestros soldados no perdimos más de lo que nos han obligado a conceder. Esa política suicida de desarme unilateral ha continuado, y debe ser revertida de inmediato.

En el caso chileno, el argumento tiene una variante. Son socialistas y amantes de la integración y la paz. Debemos recordar que el “socialista” Insulza fue el canciller de la venta de armas, y que la “socialista” Bachelet la ministra de Defensa que ha impulsado el armamentismo reciente, y posible futura presidente.

En la política exterior no hay diferencias entre los chilenos, y menos en el tema de la defensa nacional. Sus posiciones están plasmadas en los dos libros blancos de la defensa nacional que llevan publicados, en cuya elaboración han participado activamente numerosos “socialistas”.

Falacia 2: Todos los garantes nos traicionaron y hay que protestar contra todos, Chile no fue el único

Con ninguno de los otros países tenemos problemas de limites pendientes, con Chile sí (marítimos). Este país como documenta Yépes, entró como garante del Protocolo de Río de Janeiro al final del proceso, con intereses no precisamente integradores. Con Argentina y Brasil no hemos tenido guerras ni hay problemas pendientes, y que se sepa Brasil no vendió armas. Argentina enjuició y encarceló a los que lo hicieron, demostrando quienes fueron los responsables. En cambio, la alianza estratégica y militar de Chile con Ecuador es una política de estado, permanente.

Falacia 3: Lo de Lan fue una torpeza, error de algunos funcionarios

Es imposible que en una empresa jerárquica como la chilena se hayan tomado esas decisiones ignorando el contenido del vídeo, y que se haya contratado de manera discrecional por algún miembro del equipo gerencial. Esa sandez irritó aún más a la población. Sobre todo, siendo presentada por el desubicado testaferro de Lan-Chile que dio la cara en los medios, y desafiante gritaba que la empresa no aceptaría ninguna sanción, que ya habían pedido disculpas y eso era más que suficiente. Como señalamos antes, es una raya más al tigre de una campaña sistemática antiperuana. Como ha mostrado César Hildebrandt en su programa, la revista institucional de Lan-Chile trucaba una foto con un metro ruinoso y asqueroso, que Lima no tiene. La intencionalidad está más que probada, no sólo en estas últimas acciones.

Falacia 4: No hay que poner en riesgo ni las inversiones chilenas ni un TLC con Chile, ya que los necesitamos.

Ellos son los que necesitan los recursos naturales, las riquezas energéticas, el agua, las condiciones monopólicas y de dominio para su repatriación de capitales y posicionamiento geopolítico y geoestratégico. Nuestro país es rico no sólo en recursos naturales, sino en biodiversidad que Chile no posee y se encuentran en un relativo estancamiento de su dinamismo exportador. A pesar de las asimetrías y desventajas en que nos han colocado nuestros últimos gobernantes y los vendepatria de siempre, hemos logrado revertir el desequilibrio de balanza comercial luego de varios años y quieren impedir que eso se consolide, o que se impulsen cambios en la regulación o las condiciones que enfrentan sus capitales. Un TLC no beneficia en nada al país. Los acuerdos vigentes son más que suficientes, y habría que revisarlos donde afectan la seguridad nacional, para dar los correctivos que correspondan. Un TLC haría que esto sea más complicado.

Falacia 5: Los peruanos somos como muestra el vídeo, no seamos hipócritas

En cualquier país del mundo se pueden mostrar imágenes degradantes, con mala fe, inclusive en los desarrollados. Solo basta ir a los lugares adecuados para hacerlo. Hildebrandt dio una muestra de las miserias de Chile, y podría ser peor el cuadro si se tiene más tiempo y recursos.

El peruano tiene una cultura milenaria que los vecinos sureños envidian, hemos levantado ciudades en arenales y han vencido las circunstancias más difíciles, empresarios emergentes en las Pymes, Gamarra, cono-norte, han surgido a pesar del Estado, las adversidades y el neoliberalismo. Con políticas adecuadas, el Perú tendrá un futuro promisor. Los migrantes calificados, profesionales, científicos, mano de obra especializada son ponderados en otros países, ya que el nuestro les dio la espalda y muchos están listos no necesariamente para volver, pero sí para colaborar con el desarrollo de la patria, si se establecieran los canales. Ejemplo de ello lo constituye la formación de la Red Científica Peruana, cuyos integrantes han mostrado tal disposición.

Falacia 6: La protestas son chauvinistas y el gobierno está poniendo una cortina de humo

Estas críticas mal intencionadas, han tenido un propósito doble: desmovilizar a la población desprestigiando sus liderazgos, y debilitar la posición negociadora de Cancillería.

El pueblo se ha indignado con justa razón y constata que no es un país amigo el vecino, y la protesta fue en aumento ante la inacción inicial de las autoridades. Este sentimiento nacional hay que saludarlo y desarrollarlo, esa energía debe ser canalizada para impulsar un proyecto nacional de largo plazo. La dignidad, el coraje, el espíritu de lucha están incólumes, y ese es un mensaje no solo interno. Actuar contra ese sentimiento nacional sería suicida, y ya habrá tiempo para arreglar cuentas a los que por convicción o vendidos al oro chileno, están actuando contra el interés nacional.

Falacia 7: No se puede poner restricciones a los capitales vecinos, no debe haber inversión estatal productiva

Todos los países tienen excepciones en bienes y servicios y sectores en función no solo de sensibilidades en algunos sectores productivos, sino también por razones de defensa y seguridad nacional. Se debe modificar las normas si hubiera alguna que lo impida. Se debe evitar que se complete el control chileno sobre la economía nacional, y revertir el que ya existe en algunos sectores que vulneran la seguridad nacional. El Parlamento y los abogados seguramente encontrarán la fórmula legal adecuada. Lo han hecho en otras circunstancias, y en este caso se trata de una causa nacional.

Propuestas

Renuncia inmediata o censura del Parlamento a los ministros y funcionarios chilenófilos: Transportes, Economía, Comercio, para empezar. Cerrar filas en torno a la Cancillería y su conducción de la política de negociación internacional.

Eliminación de la licencia a Lan-Chile, por las nuevas autoridades nombradas. Declaración de emergencia de la aviación comercial nacional, y permitir el ingreso de líneas internacionales en el corto plazo para transporte domestico. Reconstruir una línea de bandera nacional que asuma las tareas a la brevedad, sea reflotando AeroPerú, Aerocontinente o repotenciando TANS.

Reconstruir la Marina Mercante y el sistema de cabotaje nacional

Impedir el ingreso de nuevo capital sureño en sectores que vulneren la seguridad nacional

Suspensión inmediata de conversaciones sobre el TLC, y descarte de cualquier suscripción futura hasta que no se resuelvan previamente los asuntos pendientes.

Ampliación presupuestaria de emergencia para el sector Defensa y la implementación y ampliación del Fondo de Defensa Nacional que PPK ha puesto en la congeladora. El Sistema de Defensa Nacional debe ser convocado de inmediato para implementar acciones.

Nombrar Procurador del Estado no solo para impulsar sanciones a Lan-Chile, sino para contrarrestar los actos de piratería internacional de nuestros productos que el país del sur realiza.