Familiares de detenidos desaparecidos impugnaron un “informe” del ex general Manuel Contreras, alias “El Mamo”, sobre el destino final de 590 víctimas de la dictadura y las circunstancias de su detención. La Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), que fundó y dirigió por largos años el mismo “Mamo”, aparece responsable de sólo 80 víctimas.

El “informe Contreras” -emitido el viernes 13 de mayo- causó perturbación y dolor entre los familiares de sus víctimas porque contiene numerosas situaciones falsas, deliberadamente trucadas para obtener beneficios procesales en los tribunales de justicia y crearse una nueva “imagen pública”, esta vez como una suerte de “líder” de miles de esbirros que trabajaron bajo sus órdenes, para quienes reclama “inocencia” bajo el argumento de la “obediencia debida” ante sus jefes, entre quienes incluye al mismísimo Pinochet.

El “marco teórico” del “informe” de “El Mamo” negó la tortura y las desapariciones, afirmando que quienes combaten a los “terroristas marxistas” no violan los derechos humanos. Sostuvo, además, que hoy los jueces actúan “por venganza” y son “prevaricadores que abiertamente no aplican la ley y no investigan”. “El “Mamo” Contreras es el único que tiene la razón. Todo el resto, en Chile y el mundo, son mentirosos y farsantes, incluidos jueces y ministros de las cortes. Esa es la principal conclusión a la que se puede llegar si se estudia en detalle el último “informe” del ex jefe de la DINA”, afirmaron hoy en La Nación Domingo Jorge Escalante y Luis Narváez, en una nota que impugna “las verdades” del ex general (http://www.lanacion.cl).

Hay 80 de “Los 119”

“Allí el único dato verdadero es el nombre de las víctimas”, dijo a ARGENPRESS.info María Isabel Ortega, dirigenta de la Agrupación de Familiares de “Los 119”, constituida por madres, esposas, hermanos y hermanas de la misma cantidad de víctimas que una operación de prensa e “inteligencia” presentó en 1975 como “asesinados por sus propios compañeros del MIR en Argentina”.

El “informe” del artífice de la Operación Cóndor y autor de miles de crímenes de la dictadura de 17 años descargó esta vez todas las responsabilidades en la CIA y en su jefe directo, Augusto Pinochet, a quien acusó -30 años después- de haber ordenado los asesinatos de Carlos Prats, en Buenos Aires, 1974, y de Orlando Letelier, en Washington, 1976.

La nómina de Contreras contiene 590 víctimas en 20 páginas de 6 columnas, indicativas de qué organismo practicó la detención, “muerte en combate/otros antecedentes”, fecha de la captura, “destino inicial” y “destino final”.

Numerosas víctimas fueron lanzadas vivas al mar, en tanto otras se desenterraron muchos años después del asesinato para arrojarlas al Pacífico. En el listado figuran 180 detenidos desaparecidos, 151 de ellos lanzados al mar.
La conmoción de los familiares de “Los 119” se debe a que unas 80 víctimas de ese grupo aparecen en el listado de Contreras, justo cuando su Agrupación

se preparan a conmemorar los 30 años del montaje periodístico y de “inteligencia” conocido como “Operación Colombo”, en el que participaron cónsules y agregados de prensa en Argentina y Brasil y numerosos periodistas que entonces se desempeñaban en los medios de comunicación chilenos. El sábado este grupo acompañó al cementerio los restos de Doris Meniconi, madre del “119” Isidro Miguel Pizarro Meniconi, que falleció sin haber logrado justicia. Muchos padres y madres de “Los 119” han fallecido en estos 30 años de lucha por esclarecer la verdad del destino final de sus hijos e hijas. Después de tanto dolor, otros han dejado de asistir a reuniones de su Agrupación por enfermedad o envejecimiento.

“El “informe Contreras” está inscrito en la nueva estrategia iniciada por la defensa de Miguel Krasnof Marchenko, que alega la tesis de la “obediencia” en un sistema militar que les enseñó y obligó a matar opositores”, dijo Ortega durante una reunión de familiares de “Los 119” celebrada el sábado en Santiago. Entre los cientos de mentiras de Contreras, los familiares comentaron el caso de Mónica Llanca Iturra, una de “Los 119” que aparece detenida por la Fuerza Aérea (FACH), recluida en la Academia de Guerra de la aviación y finalmente lanzada al mar frente al puerto de San Antonio, cuando en verdad fue apresada por la DINA, que la hizo desaparecer.

Manuel Maturana, esposo de Llanca, sufrió una conmoción al enterarse que su cónyuge fue lanzada al mar y desmintió que haya sido detenida por la FACH, sino por la DINA de Contreras. Una sorpresa similar vivió Ester, hermana del profesor de música Arturo Barria Araneda, al enterarse de la suerte final de su ser querido, quien originalmente fue detenido por el Ejército.

También aparece en la lisa de Contreras el “119” Sergio Ruiz Lazo -llamado “El Tiburón” por sus amigos-, “desenterrado” en 1979, cuando la verdad es que desapareció 10 años después, hacia 1989. María Isabel Ortega describió para Argenpress el caso de su propio cónyuge, Washington Cid Urrutia, a quien Contreras hizo aparecer como muerto en una “emboscada a una patrulla” en San Miguel, una comujna de Santiago, cuando la verdad es que fue detenido junto con ella, su esposa, entonces embarazada, y el estudiante de periodismo José Hernán Carrasco Vásquez, 28 años, asesinado por la DINA el 1º de diciembre de 1975 en Chada, Paine, cerca de Santiago.

Washington Cid no murió en la “emboscada a una patrulla” inventada por Contreras, sino que fue detenido y hecho desaparecer por la DINA. María Isabel cita, además de su vivencia propia, a un testigo presencial de la detención, que fue su padre Ricardo Ortega Rojas, quien aún vive.
¿Quiénes son “Los 119”?

En medio del dolor adicional que Manuel Contreras les ha creado desde su prisión, la Agrupación de Familiares de “Los 119” se apresta a conmemorar en julio el 30º aniversario de la Operación Colombo de la DINA, en colaboración con los servicios de inteligencia afiliados a la Operación Cóndor en

Argentina y Brasil. Esta historia comenzó con la aparición de una “información” en la revista Lea de Buenos Aires que en julio de 1975 dio a conocer una nómina de 60 chilenos asesinados en las pampas argentinas por sus propios compañeros del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), complementada con otro informe de la revista Novo O”Día, de Curitiba, Brasil, que dio a conocer otra lista con 59 miristas distintos también “asesinados por sus camaradas” en Argentina.

Ambas publicaciones sacaron un solo número, nada más que la edición destinada a “lavar” a estos primeros 119 detenidos desaparecidos, que en 17 años de dictadura ascenderían a tres mil. Más tarde se supo que las publicaciones formaron parte de
una acción de inteligencia y periodismo denominada “Operación Colombo” en la jerga interna de la DINA.

Las gestiones para la aparición de Lea por una sola vez las realizó en Buenos Aires el periodista Jaime Valdés, fallecido, entonces agregado de prensa de la Embajada de Chile, en tanto que Novo O”Día estuvo a cargo de Gerardo Roa Araneda, un agente DINA infiltrado en LAN y en la Chancillería. Las dos revistas fueron financiadas con fondos públicos chilenos.

El 23 de julio de 1975, el matutino La Tercera publicó en la tapa la impactante “noticia” de Lea, con el título “El MIR ha asesinado a 60 de sus hombres”, cuando la subdirección del diario estaba a cargo de Hugo Olave Vallejos, Premio Nacional de Periodismo 2003 y consejero nacional del Colegio de Periodista renunciado en 2004. Al día siguiente, 24 de julio, el vespertino La Segunda, de la cadena El Mercurio, dio a conocer en la tapa la otra parte de esta nómina de 119 víctimas, recogiendo la “noticia” del desconocido Novo O”Día con el título principal -”Exterminados como ratones”- más el detalle en la contratapa con otro cintillo llamativo: “Exterminan como ratas a miristas”.

La responsabilidad profesional de este trabajo “periodístico” se atribuye a Mercedes Garrido, entonces subdirectora del vespertino y que hoy todavía forma parte del personal de El Mercurio.