Un patio trasero contestón

Que José Miguel Insulza sea el próximo secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) bien puede interpretarse como otra derrota para Estados Unidos -después de la necedad de insistir con Flores- y una humillación para México, porque la decisión de "bajar" la candidatura de Ernesto Debrez la tomó en Santiago doña Condoleezza, en cuanto se supo por quién votaría Panamá. La decisión se produjo varias horas antes de la reunión prevista (y al final no realizada) entre Insulza y Debrez, en el Hotel Hyatt de la capital chilena. 

El voto de Panamá por Insulza llegó poco después del de Paraguay, quien había votado cinco veces consecutivas por el mexicano. Estados Unidos preveía cuestionar -junto con sus aliados de siempre- en la OEA el voto de Ecuador. Sin Ecuador ni Panamá, el partido estaba empatado en 17. Ante la derrota en la votación, Condoleezza decidió bajar a Derbez y evitar la humillación de una derrota con controversia (por Ecuador). La canciller colombiana llevó la voz cantante: "la OEA se fortaleció en el consenso".

La breve visita de Rice y la crisis en el ejército develada por el retiro de cuatro generales por oponerse a un plan para crear comandos conjuntos en Colombia, calentaron el ambiente político en Colombia. El espaldarazo a la política del presidente Álvaro Uribe, demuestra que Bogotá es hoy el principal aliado de Washington en la región.

La visitante no desaprovechó la oportunidad para arremeter contra el gobierno venezolano y apuntó "es bien sabido que tenemos inquietudes sobre las actividades del gobierno venezolano en esta región, que pueden ser actividades desestabilizadoras, y las actividades venezolanas internamente, que incitan dudas sobre su democracia". Ante su sorpresa, la canciller colombiana, Carolina Barco, aseguró que Venezuela es una nación soberana que puede tomar sus propias decisiones para su legítima defensa y necesidades internas.

Barco agregó que la compra de armas que adelanta Venezuela es, como lo ha expresado el Presidente Hugo Chávez, para reponer las que tiene, fortalecer la situación en la frontera y luchar contra la droga. Y señaló que para Colombia es muy importante poder seguir avanzando con Venezuela en una cooperación y en una lucha contra las drogas.

A Rice no le fue bien en el resto de su gira. Es más, en Santiago ni siquiera logró disparar su artillería preparada contra Chávez-Venezuela, mientras Lagos tuvo una actitud muy independiente: "Uno, en Venezuela existe un gobierno que fue legítimamente elegido; dos, la oposición tiene que estar a la altura para cumplir su rol adecuadamente; y tres, hay un conjunto de elementos que me fueron planteados por la oposición que ameritan una conversación en profundidad y así se lo planteé al Presidente Chávez. Con Brasil y otros países estamos trabajando por tener una política adecuada hacia Venezuela para no exacerbar los ánimos, pero también creo que a veces es bueno bajar un poquito el nivel de la retórica que hay respecto a Venezuela".

Ernesto Carmona nos recuerda que en la retórica contra Venezuela participa activamente en Chile el diario La Tercera, socio del duopolio que con El Mercurio controla la prensa escrita chilena. El dueño de La Tercera, Alvaro Saieh, también tiene presencia en Venezuela a través de su banco CorpBanca, acusado de usura y estafa por el Ministerio Público, en relación con el otorgamiento de créditos indexados. Precisamente fue uno de esos "periodistas" de La Tercera quien llegó al canciller venezolano con la pregunta que le habían pautado sus jefes: "¿No cree usted que el apoyo de Venezuela ha perjudicado la candidatura de Insulza?". "La verdad es que eso debiera preguntárselo al doctor. Insulza, porque fue Chile quien nos pidió el apoyo", fue la caballerosa réplica de Alí Rodríguez Araque.

Contrabloqueo

En La Habana, Chávez señaló que la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) representa una propuesta integradora y liberadora para cortar las cadenas del subdesarrollo, de la dependencia y del coloniaje, la cual comienza con relaciones bilaterales entre nuestros pueblos. Chávez destacó varios componentes del Alba: el ideológico, alimentado de las raíces de los pueblos; el político, representado en una democracia revolucionaria, protagónica, participativa; el económico, tangible en relaciones y alianzas estratégicas con naciones hermanas; y el social, expresado en los planes masivos de alfabetización y las misiones educativas y de salud puestas en marcha en el territorio venezolano.

El Presidente firmó "apenas" 49 acuerdos en La Habana, que "representan el fortalecimiento del ALBA como un mecanismo de integración para la vida, no para el coloniaje y la muerte".

Indicó, asimismo, que esta propuesta va de la mano con el socialismo del siglo XXI, adecuado a las realidades de los países de América. "No se trata de un invento de individuos o de pensadores, sino de todo un pueblo que se levanta para ser libre".

Petróleos de Venezuela abrió oficina en La Habana desde donde irradiará hacia América Central y el Caribe y estudiará reabrir una refinería en la isla. Empresas venezolanos vendieron mercancías por 412 millones de dólares, con créditos de los que se encargará el banco Industrial de Venezuela, el primer banco extranjero que abre oficinas en Cuba. "Por lo visto, a Washington le va a hacer falta pensar en algo más imaginativo que el bloqueo como política frente a Cuba", señaló el conservador diario colombiano El Tiempo.

Lo que pasó el 1 de mayo en Caracas tiene varias lecturas: una, el triste final de la burocracia sindical; dos, el resurgimiento de un nuevo gremialismo, aún incipiente; tres, la reafirmación de Chávez en el sentido de recorrer el camino del socialismo, senda en la que viene insistiendo desde su participación en el Foro Social Mundial de Porto Alegre.

“No es invencible el gigante imperialista, nos hemos topado con él y sabemos cómo derrotarlo. Moralmente están aniquilados y esa es la primera y más grande victoria de un pueblo, la victoria moral”, dijo desde las esquina de Carmelitas. Más allá de estas palabras, muchos siguen preocupados con las eventuales reacciones del imperio, tras sus recientes traspiés en su patio trasero.

Chávez fue claro al insistir en la construcción de una nueva economía basada en el socialismo, “la cual no puede estar impulsada por el ánimo mercantilista”, sino que está obligada a ser eficiente no solo en lo productivo sino en la forma de gestionar, de crear, de relacionarse con los trabajadores, Y brindó como ejemplos tangibles de este nuevo concepto económico que se enmarca en el camino al socialismo, a las cooperativas y las fábricas papelera y de válvulas que pasaron a manos de los trabajadores.
Reiteró que dentro del capitalismo no se pueden lograr las metas trazadas en la Constitución Bolivariana: “marchemos por la vía del socialismo, un socialismo para el siglo XXI, que tenemos que construir”.

Y sin referirse a nadie dejó en claro que “no pretendemos seguir con la perversión de copiar el modelo de desarrollo de los países del norte, industrializados, capitalistas. Hacia allá no vamos, sino hacia una sociedad digna, que nos incluya a todos, sin miseria ni excluidos y donde todos vivamos dignamente”.

Pero también debió hablar de las peleas domésticas dentro del bolivarianismo, obvió referirse a liderazgos impuestos que cada vez reciben mayor rechazo del pueblo, y dejó la sensación de que hay problemas de comprensión en la dirigencia: No todos los altos funcionarios parecen comprender las palabras de Chávez (quizá algunos de ellos ni siquiera lo escuchan), la línea presidencial.

Cuando hablamos de línea no solo estamos hablando de política, sino esencialmente de ética, de moral. No se trata de cambiar para seguir siendo o haciendo lo mismo. El cambio debe ser cultural y los principales actores de ese cambio debieran ser los dirigentes, muchos de ellos olvidados de la necesidad de crear, de inventar esta revolución, y mucho más propensos a “comprar” proyectos e ideas al mejor estilo del ta’ barato.

Lo revolucionario es combatir la corrupción, la ineficiencia, la ineficacia y la incompetencia; no callarse con la excusa de que se la está defendiendo.
A veces se hace difícil hablar, escribir, sobre lo que sucede. Es difícil explicar una revolución sin revolución, militares hombro con hombro con el pueblo, grandes mayorías incorporadas a la agenda política y social, la decisión del gobierno de avanzar en el empoderamiento de los pobres. Muchos prefieren ver en el realismo mágico de este trópico la explicación de este inédito proceso de cambios estructurales en paz y democracia.

Y, a veces, uno echa mano de ese argumento, también, para explicar medidas y leyes neoliberales o desarrollistas, sancionadas durante este mismo gobierno.Y en este realismo mágico a pocos va a sorprender si el Estado le regala 800 o mil millones de bolívares al Ateneo de Caracas para que organice un elitesco Festival Internacional de Teatro, desde donde pueda atacar, impunemente, al mismo proceso.
Para crear el hombre nuevo, el ciudadano nuevo, se deben impulsar cambios culturales. La vía al socialismo es el camino del hombre nuevo, digno, solidario, ético, moral.n