La llegada de los países de Europa Central a la Unión Europea provocó temores en los países de la Unión de los Quince y sobre todo en Francia por cuestiones económicas pero también políticas.
Hoy se observa que la tan temida invasión de los productos provenientes de los países del Este no se produjo y los países de Europa Occidental registraron un desarrollo de sus excedentes comerciales. El consumo en los países de Europa del Este sirvió pues para alimentar la actividad económica. Se sobreestimó en grado sumo la magnitud de las deslocalizaciones En la actualidad, el problema se ha desplazado. Los países de Europa Central comienzan, a su vez, a verse afectados por los movimientos más al Este o más al Sur. De igual forma, no se produjo una invasión de mano de obra barata. Los trabajadores de los países del Este no tienen deseos de abandonar sus países que recientemente se han liberado del yugo soviético. Además, esos movimientos de población no afectan a Francia, sino a Alemania o Austria. Tampoco hay que esgrimir demasiado la amenaza de una invasión de otro tipo resultante de la puesta en práctica de la circulación de los servicios en el Mercado Único, más conocida en lo adelante con el nombre de «directriz Bolkestein». Basta con tomar las precauciones necesarias para que esa liberación de los servicios siga siendo compatible con las reglas vigentes en los países donde funciona. Se ha criticado mucho el desvío «atlantista» pero en realidad los países de Europa Central son partidarios, al igual que los demás, de que Europa sea capaz de desempeñar el papel de protagonista independiente en la escena internacional. Sencillamente, no quieren que esa política perjudique los vínculos que han establecido con los Estados Unidos.
Todos esos temores tienen poco que ver con el Tratado Constitucional. Por el contrario, pensamos que la aplicación de ese Tratado debería contribuir a disiparlos. El Tratado Constitucional hace énfasis, mucho más que los anteriores, en los principios y valores del modelo social y cultural europeo. Por las mejoras institucionales que aporta debería disipar las inquietudes de que la Unión se limite a una simple zona de libre comercio y darle los fundamentos que le permitan comenzar a garantizar su seguridad en el mundo y convertirse en una verdadera potencia política. Los países de Europa Central, que han sufrido tanto las consecuencias de Yalta y que tantas veces han sido arrasados por conflictos y guerras a lo largo de toda su historia, valoran en su justa medida la contribución de la Unión Europea encaminada a darles una mayor seguridad y reforzar sus sistemas democráticos.
Para ello, es necesario ratificar el Tratado Constitucional.

Fuente
Libération (Francia)
Libération ha seguido un largo camino desde su creación en torno del filósofo Jean-Paul Sartre hasta su adquisición por el financiero Edouard de Rothschild. Difusión: 150,000 ejemplares.

«Alegato por Europa Central», por André Erdos, Pavel Fischer, Maria Krasno-horska, Jan Tombinski, Georges Mink y Jean-Pierre Pagé, Libération, 20 de mayo de 2005.