José Miguel Insulza

El presidente George W. Bush dictó hoy la agenda de Washington al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, durante un encuentro a puertas cerradas en la Casa Blanca.

Un comunicado de la oficina oval señaló que la conversación, de unos 30 minutos, giró entre otros aspectos en torno al papel de la OEA en apoyar y promover la democracia en el continente.

Estados Unidos impulsa la creación en el marco del organismo regional de una comisión permanente para monitorear las democracias en la región, una iniciativa que levantó numerosos cuestionamientos.

Los críticos señalan que esa instancia servirá a los propósitos de Washington de presionar a gobiernos del hemisferio que no son de su agrado.

En la cita también se conversó sobre la Asamblea General de la OEA, que se celebrará del 5 al 7 de junio en Fort Lauderdale, Florida, donde se elegirá al segundo de Insulza entre el ex canciller de Nicaragua Ernesto Leal y el diplomático surinamés Albert Ramdin.

Fuentes gubernamentales adelantaron que en ese encuentro Bush defenderá el tratado de libre comercio entre Estados Unidos y Centroamérica y República Dominicana, iniciativa que encuentra una fuerte oposición en el congreso.

La secretaria de Estado, Condoleezza Rice; el Consejero de Seguridad Nacional, Stephen Hadley, y Thomas Shannon, director para Asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional, estuvieron presente en la entrevista con Insulza.

El ex ministro del Interior de Chile juró el cargo de máximo dirigente de la OEA la pasada semana en una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la organización.

El funcionario, quien ganó el puesto tras cerradas votaciones y el posterior retiro de la candidatura del canciller mexicano, Luis Ernesto Derbez, enfrenta una compleja faena.

Como noveno titular de esta entidad desde su fundación en 1948, Insulza tratará de restaurar una institución cuya imagen y credibilidad están afectadas seriamente por ser considerada un instrumento de la política de Estados Unidos hacia la región.

La secretaría general de la OEA se encontraba vacante desde el 15 de octubre de 2004, cuando el ex presidente costarricense Miguel Angel Rodríguez renunció, tras ser acusado en su país de varios cargos de corrupción.