A partir de los años 90, el gobierno de los Estados Unidos ha fortalecido sus estrategias político-militares en varios países de América Latina, calificados por la CIA como una amenaza para la democracia norteamericana. Para contrarrestar las plataformas de lucha de los movimientos sociales contra el imperialismo, han utilizado varios mecanismos de intromisión en la política de estos países. Una de ellas, como lo ha denunciado este quincenario, es el financiamiento de ONGs como Participación Ciudadana y Fundación Esquel, a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que es una agencia del Departamento de Estado de los Estados Unidos, creada con la supuesta intención de brindar ayuda humanitaria en el mundo, pero que en realidad busca imponer agendas yanquis en la política interna de los países.

Desde inicios de este año se han venido presentando informaciones que delatan la presencia institucional de organismos de seguridad de los Estados Unidos en el Ecuador. El más importante es el Comando Sur del Ejército de ese país, cuyas oficinas están en la calle La Colina, al norte de Quito, y que actúa como el eje fundamental de una serie de acciones en el país, entre las cuales está aquella de canalizar los recursos de la USAID para proyectos de “fortalecimiento del sistema democrático”, proyectos ejecutados por ONGs que hablan en nombre de la “sociedad civil” y en defensa de la “institucionalidad democrática”.

Uno de estos proyectos es el programa de “Descentralización y Gobernabilidad Local Democrática en Ecuador”, que desde noviembre del 2001 ejecuta la USAID a través del proyecto denominado “ARD-3D” en 25 gobiernos locales del país, entre los que se encuentran San Lorenzo, Mira y Esmeraldas, cantones que limitan con las zonas de conflicto de Colombia. Técnicos de este proyecto han presionado para llegar a prontos acuerdos con las autoridades de estos municipios, lo cual ha generado inquietud en algunos sectores de la zona: ¿Se trata realmente de una buena intención de ayuda, o es una estrategia más para involucrar al Ecuador en el Plan Patriota e intentar acabar con las FARC, que han sido calificados por el gobierno de Bush como terroristas? Hay que recordar que para cumplir con los objetivos de confrontación a la guerrilla colombiana, la misión militar de los Estados Unidos lleva adelante varias acciones, entre ellas la construcción de una pista en San Lorenzo y Esmeraldas que, según el Jefe de esa misión en Quito, Kevin Saderup, en una entrevista para diario El Comercio, es solamente “para mejorar la capacidad de la Armada y tener pistas para helicópteros en San Lorenzo”.

El proyecto de USAID fracasó en el Municipio de Mira

Con tres votos a favor y cuatro en contra, los concejales del Municipio de Mira negaron el “Convenio de Donación No Reembolsable” para ejecutar el proyecto denominado “Descentralización, Democracia y Desarrollo”, propuesto por la USAID a través de ARD-3D. La negativa se dio una vez que las autoridades, luego del estudio realizado al convenio, verificaron las claras intenciones de esta agencia de interferir políticamente en este cantón a través de tres puntos: Fortalecimiento Institucional, Participación Ciudadana y Descentralización.

El primer punto tenía la intención de fortalecer la capacidad administrativa del municipio; el segundo desarrollar mecanismos de participación ciudadana y procesos de toma de decisión, y el tercero apoyar la transferencia de competencias a los organismos de cooperación y al Gobierno del Ecuador.

Según Jhon Pule, uno de los concejales de Mira que votó en contra de la firma del convenio, “el alcalde trató de aprobarlo de manera inmediata. La propuesta se planteó en una de las sesiones del Cabildo de manera sorpresiva, sin que los concejales hayan tenido tiempo de analizar los términos del convenio. La protesta de algunos concejales hizo que el proyecto sea negado”. La inquietud de la mayoría de las autoridades surgió una vez que en el convenio no se especifica la ejecución de obras de infraestructura, sino el impulso de procesos de integración del Municipio con la población a través de los tres puntos antes mencionados.

La pregunta que plantearon los concejales y que nadie respondió era: ¿por qué el convenio plantea que el Municipio entregue una contraparte de 74 000 dólares, mientras que la USAID apenas aportaría con 26 330, en un proceso que bien podía ser llevado adelante por la misma institución municipal, con sus propias agendas y objetivos? Es tanto el descaro que, con la mayoría de este dinero del municipio de Mira, se pretendía contratar a costosos asesores; representantes de los intereses norteamericanos y con claras intenciones de lograr una base social que respalde políticas yanquis en la región, como el Plan Patriota. En el proyecto nunca se menciona la vinculación, de manera directa, de organizaciones sociales representativas del cantón, sino, con toda seguridad, de agentes del Comando Sur incrustados en estas supuestas agencias de ayuda social.

La muestra de estas intenciones está en una de las partes del convenio: “conforme con la legislación del Gobierno de los Estados Unidos, se prohibe realizar transacciones o proveer recursos o apoyo a individuos u organizaciones asociadas con el terrorismo”. Además, en los antecedentes del documento planteado se sostiene expresamente que este programa es “pieza central de la estrategia de Democracia de la Misión (de la USAID) en Ecuador. Esta estrategia apoya los objetivos de la política internacional de los Estados Unidos de América respecto al fortalecimiento del sistema democrático ecuatoriano, previniendo conflictos ocasionados por el tráfico de drogas a través de la frontera norte, apoyando el proceso de paz en la frontera Sur...” ¿Hacen falta más pruebas para desconfiar en la ‘bondad’ de este tipo de proyectos?

Y así como en este Municipio, se advierte que también se trabaja en el resto de gobiernos locales, entre los que está San Lorenzo, cantón fronterizo en la provincia de Esmeraldas. Está claro el propósito de la USAID: cuidarse las espaldas de la influencia que las fuerzas guerrilleras de Colombia puedan ejercer en las poblaciones de frontera. Más que prevenir posibles daños por las actividades de narcotráfico provenientes de Colombia, lo que se proponen es construir una base social en esos sitios neurálgicos para los propósitos del Plan Patriota.