Con motivo del referendo, el electorado de izquierda ha lanzado en las urnas gritos de miedo, de angustia y de cólera ante la locura que reina en el mundo y la incapacidad de quienes nos dirigen desde hace dos décadas. Hay dirigentes que se han aprovechado de la situación y al final hemos tenido un desastre general y una epidemia de populismo que lo ha arrastrado todo a su paso: la construcción europea, la ampliación, las élites, la regulación del liberalismo, el reformismo, el internacionalismo, e incluso la generosidad.
Todos los referendos, uno dentro del otro, Europa los ha perdido. La xenofobia de un Le Pen, a quien curiosamente la gente de izquierda ha seguido los pasos, hizo fracasar el referendo sobre la ampliación. La Francia de abajo ha querido sancionar a los que abogan por un sistema de decisión que autorice el surgimiento de una Europa política con el referendo sobre las élites. La Francia de arriba y la Francia de abajo, el tan conocido dúo de todos los períodos populistas. Nos sumimos en un delirio total cuando toda la clase política aceptó desplegar en toda su extensión, como argumentos, los volantes de ATTAC que pretendían romper con el capitalismo, rebautizado hoy como liberalismo. Se dijo «no» en el referendo sobre el liberalismo. La mentira sobre la renegociación le dio a Francia la impresión de existir. En realidad, o Francia vota de nuevo o se acaba la Europa política, porque el riesgo de renuncia a la ambición política europea está en pleno apogeo. También se dijo «no» en el referendo sobre lo social, mientras la Constitución Europea debía fortalecer esto en Europa.
Para lograr esta obra maestra de masoquismo, además de los soberanistas de siempre, era necesaria una clase política criada por avestruces, llevada a la mentira desde hace muchos años, incompetentes notorios en el poder, entre ellos un presidente en ejercicio, y cínicos de acero forjado como lo es un ex primer ministro socialista. Los franceses saben por experiencia que las cosas van mal en nuestro país. Desafortunadamente, esta mañana van peor.

Fuente
Libération (Francia)
Libération ha seguido un largo camino desde su creación en torno del filósofo Jean-Paul Sartre hasta su adquisición por el financiero Edouard de Rothschild. Difusión: 150,000 ejemplares.

«Chef-d’oeuvre masochiste», por Serge July, Libération, 30 de mayo de 2005.