En represalia por la muerte de dos de sus soldados durante la voladura de un puente por la Resistencia, el general Lammerding ordena la destrucción del poblado de Oradour-sur-Glane. Ciento veinte jóvenes SS que se han destacado ya en la represión en el Frente del Este, matan metódicamente a 642 habitantes quemándolos en diferentes graneros y en una iglesia.
Durante el proceso, que se realizará en 1953, el general está ausente; sus días transcurren apaciblemente en Dusseldorf. Entre los 21 acusados ausentes, 14 son franceses, que en su mayoría declaran haber sido enrolados por la fuerza en las SS.
El secreto se mantiene sobre todo en cuanto a la identidad del miliciano que guió a las SS: Jean Filliol. Éste había sido el asesino en el complot de la Cagoule en los años 30. Después de la guerra, se refugió en la España de Franco donde, según la investigación de Michel Bar-Zohar, habría trabajado para una filial de la conocida empresa y marca L’Óréal.