Veinte personas perdieron la vida en Islamabad el 27 de mayo como resultado de un atentado perpetrado durante una manifestación religiosa que reunió a miles de personas. No se puede controlar a todo el mundo. El trabajo realizado por nuestros servicios desde el 11 de septiembre de 2001 es digno de destacar ya que numerosos miembros de Al Qaeda lograron infiltrarse en Pakistán. Sin nuestros esfuerzos la situación sería peor que en Afganistán.
Hemos llevado a cabo un gran número de operaciones secretas. Las malas noticias son públicas, las buenas no. Quebrantamos a Al Qaeda. Su red ya no está en condiciones de operar, neutralizamos a varios cuadros de alto nivel. Lo que hacemos no es por Estados Unidos sino por la seguridad de nuestro país y por el Islam. Los musulmanes, como todo el mundo, se preocupan por el terrorismo. Cuando miembros de Al Qaeda se dirigen a Pakistán algunos permanecen en el interior pero otros se dirigen a las ciudades pues piensan que son más seguras. Khaled Sheikh Mohammed fue detenido en Rawalpindi, donde se había establecido. Arrestamos a otros en Peshawar, Karachi, Lahore y otras ciudades. Esta es una guerra en la que no conocemos al adversario.
Vigilamos a los talibanes identificados por el gobierno afgano y de los cuales tenemos listas. Son personas que cooperaron con Al Qaeda. Tenemos 3,2 millones de refugiados afganos en Pakistán. No podemos detenerlos a todos, es preciso proceder a una selección... Es difícil saber si la población paquistaní apoya las operaciones antiterroristas. De algo sí estoy convencido y es de que aspira a inversiones extranjeras, a una economía floreciente, trabajo e infraestructuras. Si no priman el derecho y el orden no habrá inversiones. En ese sentido, estimo que la política adoptada luego del 11 de septiembre de 2001 por el general Pervez Musharraf será recompensada.

Fuente
Die Welt (Alemania)

«Kein Krieg, in dem man den Gegner kennt» , por Aftab Khan Sherpao, Die Welt, 7 de junio de 2005. Texto adaptado a partir de una entrevista.