Las revoluciones nacen cuando convergen diversos factores. Según el profesor Jonathan Adelman, son tres los que deben intervenir en ello:
 Que la intelectualidad comience a denunciar las políticas del régimen. Esto es lo que ocurre en Siria desde hace seis meses.
 Que la economía no funcione bien. Y desde la Syria Accountability Act, la economía siria está en crisis.
 Que las élites se dividan. Y los alauitas empiezan a creer que su apoyo ciego al régimen de Bachar El Assad es contraproducente. Asimismo, las élites económicas sunitas están preocupadas por la política de Damasco.
Según el profesor Jack Goldstone, se requieren dos elementos adicionales: la falta de movilización de los jóvenes y el surgimiento de una autoridad dual. Los jóvenes se quedan en Siria, pero están cada vez más descontentos. No hay todavía una división en el seno del gobierno, debido al miedo que infunden los servicios de información sirios. Por el momento no ha surgido una autoridad rival a la de Bachar El Assad, pero cuando la población comience a manifestarse, ese día marcará el fin del régimen de Damasco.
Los Estados Unidos deben estar dispuestos a dirigir una revolución en Siria dentro de seis meses y a evitar que se parezca a la ocurrida en Irán en 1979.

Fuente
Washington Times (Estados Unidos)
Propiedad del reverendo Sun Myung Moon (Iglesia de la Unificación).

«Time for change in Syria», por Farid N. Ghadry, Washington Times, 1° de junio de 2005.