La destitución de George W. Bush y Dick Cheneydebería ser el tema fundamental del discurso político dominante. El informe de un encuentro sostenido entre George W. Bush y Tony Blair en el verano de 2002 demuestra que el gobierno de Bush falseó los informes de los servicios de inteligencia para justificar la invasión de Irak. Bill Clinton se vio sometido a un proceso de destitución por perjurio con relación a sus relaciones sexuales. Una guerra de ocupación es un hecho mucho más grave.
Cuando se desencadena la guerra, los informes del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) o los antiguos informes de los servicios de inteligencia ya demostraban que Irak no poseía armas de destrucción masiva. Incluso así lo declaró Colin Powell en febrero de 2001. George Tenet suplicó al gobierno de Bush que no utilizara los informes de la CIA para justificar una guerra. La Defense Intelligence Agency (DIA) también dijo a Bush que no existían pruebas de la presencia de armas de destrucción masiva en Irak. Todos los servicios de inteligencia estaban de acuerdo, pero esto no impidió al Presidente afirmar en septiembre de 2002 que Irak podía lanzar armar químicas o biológicas en 45 minutos.
Por ello debemos iniciar un proceso de destitución.

Fuente
The Boston Globe (Estados Unidos)

«The ’I’ word», por Ralph Nader y Kevin Zeese, Boston Globe, 31 de mayo de 2005.