El mundo se sorprendió por la bravura de los iraquíes que votaron para asegurar a su país un futuro mejor. La fuerza del llamado norteamericano a favor de la democracia era evidente aquel día y ese llamado inspiró al resto del mundo árabe, en primer lugar, al Líbano.

Desgraciadamente, el gobierno iraquí demora en formarse y el pueblo iraquí se siente traicionado: ¿por qué han arriesgado su vida al ir a votar? Una parte del problema proviene de la influencia de Irán. Este país fue quien llevó a Ibrahim Al- Jaafari a ser el candidato de los chiítas para el cargo de primer ministro. Se trata de un islamista poco competente y eso hace que los kurdos se muestren desconfiados en las negociaciones para formar un gobierno. Hubiera sido mejor que el candidato fuera Adel Abdel Mehdi o Ahmed Chalabi.

Estados Unidos no estaba preparado para esos resultados. Deseaba mantener a Iyad Allaui en su cargo, pero este último aparecía como corrupto a los ojos de los iraquíes y su lista sólo recibió el 14 % de los votos. También se le reprocha haber sido incapaz de solucionar los problemas de seguridad. Ello se debe ampliamente a la infiltración de los baasistas en su gobierno.
Esta penetración baasista en su entorno ya hizo fracasar las dos tentativas de golpe de Estado contra Sadam Husein que organizó en los años 90. Chalabi había prevenido a la CIA del fracaso anunciado, pero esta última continuó, después no le perdonó el fracaso del derrocamiento de Sadam Husein. La administración Bush no debería confiar a la CIA y al Departamento de Estado, quienes se oponían a la guerra, la reconstrucción de Irak.

Fuente
Daily Star (Líbano)

Daily Star Referencia: «The gap between the freedom objective and its implementation», por Laurie Mylroie, Daily Star, 4 de abril de 2005.