Este mes, China y la Unión Europea festejan 30 años de relaciones oficiales, relaciones que han evolucionado con el tiempo por lo que es hora de preguntarnos cuál será su futuro. China registra actualmente un excepcional crecimiento económico pero ello también da lugar a turbulencias internas. Tiene que administrar esta nueva riqueza y mantener su crecimiento al mismo tiempo que reduce la pobreza y las desigualdades, y respeta el medio ambiente, pero no lo logrará sola.
El desarrollo sostenible constituye un desafío para China y Europa. La pregunta determinante para el futuro de nuestros hijos y nietos es saber si los ecosistemas naturales del mundo sobrevivirán a las presiones impuestas por la civilización moderna. Un reciente informe de la ONU señalaba que ya habíamos entrado en la zona de peligro. El acelerado crecimiento chino tiene gran impacto sobre el consumo energético mundial. China se transforma con celeridad en uno de los mayores importadores mundiales de petróleo y gas. El informe World Energy Outlook 2004 del Organismo Internacional de la Energía prevé que de aquí a 2030 la demanda de energía mundial aumentará en cerca de un 60% y China y la India representan prácticamente las dos terceras partes de ese incremento. Serán necesarias inversiones masivas para satisfacer las necesidades mundiales de energía. Además, esto elevará de manera significativa las emisiones de CO2. Si no existe cooperación, la elevación del consumo energético chino contribuirá a desarrollar el calentamiento climático.
China debe vender a un público mundial las políticas que aplica. La mayoría de los europeos considera que China desea moldear, y no desafiar, un orden mundial equilibrado, una Organización de las Naciones Unidas fuerte y un sistema multilateral eficaz. Pero en una aldea global, las percepciones erróneas pueden aparecer con demasiada facilidad y provocar considerables daños. La comunidad internacional cuenta con Pekín para contribuir a la solución de la crisis de Corea del Norte. China puede asimismo desempeñar un papel constructivo en otras regiones del mundo. Al haber suscrito un acuerdo energético de diez años con Irán, China se encuentra en una posición ideal para apoyar los esfuerzos de la Unión Europea en lo que se refiere a la prevención de la proliferación nuclear. Europa y el mundo son testigos igualmente de la gestión china de los problemas nacionales en la esfera de los derechos humanos. China debe abordar de manera imperativa el tema de la libertad de creencia.
Es hora de sustituir el antiguo acuerdo de cooperación entre la Unión y China que data de 1985. Nuestra relación ha evolucionado, para pasar de vínculos sobre todo económicos a una relación que incluye la lucha contra el terrorismo, el pirateo y el crimen organizado así como una amplia gama de problemas. Las normas políticas de la UE son elevadas, pero los frutos de la cooperación son dulces. Si nos enfrentamos a nuestros problemas comunes de forma mancomunada, China y Europa contribuirán en gran medida a hacer del siglo XXI un siglo de esperanza.

Fuente
Jordan Times (Jordania)
Daily Times (Pakistán)
The Independent (Bangladesh)

«The union and the dragon», por Bernard Bot, Jordan Times, 2 de junio de 2005.
«The Union and the Dragon», The Independent, 3 de junio de 2005.
«The Union and the dragon», Daily Times, 11 de junio de 2005.