Es preocupante la acometida que vive el centro de la ciudad de Bogotá, tal como lo denuncia la Asamblea de Afectados. La especulación inmobiliaria quiere acabar con el sector histórico y cultural del Distrito Capital y entre los afectados se cuenta el teatro colombiano. Por su parte, la Alcaldía Local de Santafé pretende acabar con la sala de Teatrova, al cobrar multas por una construcción que no se ha hecho, pues la Asociación Cultural Teatrova lo que hizo fue adaptar para el teatro, lo que adquirieron en 1992, una casona del siglo XIX en el barrio de las Nieves. Sin haber realizado el sueño de construir un teatro en la casona y, para lo cual existe un anteproyecto, ahora la Alcaldía Local les impone una multa de 21.000.000 de pesos por parte de la oficina de obras por "construir sin licencia" y otra de 9.000.000 "por funcionar sin licencia de construcción". Hasta donde yo sé -y lo sabe el barrio de las Nieves y la gente que gusta del teatro artístico-, Teatrova lo que construye son obras de teatro, la mayoría con muñecos y con ellos divierte a los niños grandes y pequeños.

Con un estilo muy original y bajo la dirección de Carlos Parada (más conocido en el mundo del teatro como Charliboy), la Casa Teatrova es un punto de encuentro para la gente de teatro y otras expresiones culturales. Es una sala concertada con el Ministerio de Cultura y el Instituto Distrital de Cultura y Turismo. Resulta, que a causa de la demanda de un vecino que construyó un edificio y un parqueadero público con servicio de lavado, seguramente con licencia, el grupo Teatrova corre el riesgo de que los dejen sin licencia para actuar en su propia sede, que se la han ganado con el sudor de "las tablas", es decir: sus obras de teatro.

Esta muestra teatral en homenaje a los 25 años del grupo Teatrova, se inauguró con la obra de creación colectiva El Paso, del Teatro La Candelaria (uno de los grupos pioneros del movimiento teatral colombiano), dirigida por el maestro Santiago García; luego se presentó Emily Dickinson, cuya autora y directora es Patricia Ariza; después actuó El Tecal, con la obra El Gabinete del Doctor Jack, escrita y dirigida por Críspulo Torres, luego se presentó Teatrova, con la obra Aluci-nación, escrita y dirigida por Carlos Parada. Participaron además en esta muestra en homenaje a Teatrova, los grupos: el Umbral Teatro, con la obra Gallina y el otro, de Carolina Vivas que también la dirige; siguió Ditirambo teatro con La Gallera de todos los santos, escrita y dirigida por Rodrigo Rodríguez; Primo Rojas presentó El Baile de las Marcianas; al día siguiente Teatro Rapsoda con Guadalupe años sin cuenta, creación colectiva del Teatro La Candelaria, dirigida por Patricia Ariza, una de sus autoras colectivas; para terminar con una maratón de títeres con Teatridanza y Teatrova.

No sé si quienes se inventaron de la noche a la mañana un mini parqueadero (se pregunta uno ¿cómo consiguieron la licencia para construir al lado de la Casa Teatrova y utilizando sus paredes maestras?), les guste el teatro; lo cierto es que a pesar de estarle haciendo mal al teatro con las denuncias, hasta van a resultar beneficiados con la programación teatral de Teatrova, y otros grupos de Colombia y el mundo que presentan sus espectáculos en este tipo de salas alternativas o de teatro artístico, porque cuantos lleguen en carro particular tendrán donde guardarlo, sin embargo, esto no lo valoran los dueños del edificio y el parqueadero. En cuanto a la Alcaldía de la localidad de Santafé, en lugar de andar poniendo multas, podrían aprovechar una de las pocas salas del barrio las Nieves, para ofrecer a los habitantes del centro, diversas actividades artísticas y culturales. Tal parece que la amenaza que se cierne sobre los habitantes del centro (gracias a la ampliación del Transmilenio y la especulación inmobiliaria) con el visto bueno de quienes siguen con la idea de globalizar hasta la identidad cultural, es un hecho irreversible si los habitantes de la ciudad no se movilizan contra los supuestos planes de "modernización" del Plan Centro de Bogotá.

Una situación similar se ha presentado en otras ciudades latinoamericanas y europeas, la última fue la especulación inmobiliaria del Forum de las Culturas 2004, que consiguió desplazar a los habitantes de Pueblo Nuevo y el Besos, en Barcelona, para que en esos antiguos barrios de la Ciudad Condal, se levantaran altos y modernos edificios, centros comerciales y otra serie de construcciones como las instalaciones del Forum, lo cual no sólo obró en detrimentos de los habitantes del sector, sino que además convirtió a Barcelona en una de las ciudades más costosas del mundo para vivir. Como dicen por ahí: "soldado avisado no ....".