La cantidad de cabilderos aumentó al doble en Estados Unidos a raíz de la llegada de George W. Bush a la Casa Blanca, indica el Washington Post. La cifra de estos individuos, que merodean constantemente alrededor del Congreso, parece elevarse actualmente a 34 750. Sus honorarios también se han multiplicado por dos, situándose entre 25 000 y 40 000 dólares mensuales. Este considerable aumento de dicha actividad no tiene más explicación que la generalización de la corrupción en el Capitolio. Es un negocio tan interesante que más de la mitad de los ex parlamentarios se han reciclado dedicándose actualmente al cabildeo.