En vísperas de la elección presidencial iraní, la prensa internacional analiza los desafíos del escrutinio y lo que se debe esperar del mismo. Es principalmente la ocasión para los analistas de presentar su visión de un régimen iraní agotado y con una pérdida considerable del apoyo de su población.
En el Christian Science Monitor y el Gulf News, los investigadores y especialistas en Irán, Haleh Vaziri y Bahman Baktiari, consideran que el país realiza la elección más democrática desde la instauración de la República Islámica. Sin embargo, el próximo presidente, que consideran sea Alí Hashemi Rafsandjani, se enfrentará a grandes dificultades. Una segunda vuelta le dará menor legitimidad que a sus predecesores frente al poder religioso. Las dificultades de Irán provienen principalmente de la naturaleza dual del régimen, al mismo tiempo democrático y teocrático. Mientras Teherán no haya resuelto esta paradoja, el régimen tendrá dificultades.
Así, elecciones en un solo turno serían la señal de una dictadura, mientras que en dos serían la de debilidad. Cualquier argumento es bueno para estigmatizar a Irán.
Por otra parte, el temor a revivir fuertes tensiones ocurridas tras la revolución de 1979 y ocho años de guerra han conducido a Irán a construir un sistema en el que cada facción política está integrada al poder. Esta cohabitación múltiple paraliza numerosas iniciativas y, aunque refleja una distribución democrática del poder, conduce a un bloqueo de la sociedad. Sin embargo, para los neoconservadores que sueñan con una nueva aventura militar, esta evolución del régimen, que ya no tiene nada que ver con lo que era en 1979-1980, debe negarse a toda costa. Hay que continuar presentando un Irán integrista y retrógrado que represente un peligro para la región y para el mundo. Se trata de una condición sine qua non para convencer a la opinión de la necesidad de una guerra.
Los «expertos» neoconservadores se dedican a desacreditar por adelantado al próximo presidente iraní y a oscurecer el paisaje.

En el New York Times, Danielle Pletka, del American Entreprise Institute, afirma que la futura elección de Rafsandjani es una maniobra del poder iraní. Los europeos han comprendido que el poder de Teherán se burlaba de ellos en las negociaciones sobre el tema nuclear. Es necesario renovar los interlocutores para que la farsa pueda continuar. Si verdaderamente se quiere obtener una transformación de Irán, es necesario «apoyar a los demócratas iraníes». ¿Pero quién se oculta tras esta denominación? Señalemos que Richard Perle, investigador como la señora Pletka en el American Entreprise Institute y consejero de Donald Rumsfeld, participó el 24 de enero de 2004 en una gran manifestación de los Muyahidines del Pueblo. Esta organización, en conflicto abierto con Teherán desde la década de 1980, tiene el apoyo de los halcones de Washington y trata de hacer olvidar los crímenes que cometió en Irán, y luego junto a Sadan Husein. Su presidenta, Maryam Radjavi, se presenta en Le Figaro como un recurso frente al gobierno iraní. Afirma que su país se encuentra en manos de un régimen moribundo que amenaza a la región y al mundo mediante su apoyo al terrorismo y el equipamiento con armas nucleares. Condena la política de negociación de la Unión Europea, pero considera que la guerra no es indispensable. Hay que dar los medios a la oposición democrática, es decir a su movimiento, para tomar el poder; por lo tanto llama a los gobiernos occidentales a volver la página en cuanto a los crímenes de su organización y a reconocerla como un interlocutor respetable, al mismo tiempo que reactiva una campaña de atentados con bomba en Irán.
Los analistas israelíes, Nir Boms y Elliot Chodoff, afirman igualmente en el Washington Times que las elecciones no cambiarán nada. El poder no pertenece al presidente de la República de Irán, sino al dirigente del Consejo de los Guardianes de la Revolución, Alí Jamenei. Sin embargo, las presiones internacionales han mostrado su utilidad contra Irán en el caso Hamid Pourmand, de modo que llaman a la comunidad internacional a rechazar todo tipo de discusión con el poder títere y a amenazar a Teherán. Para el especialista de Radio Free Europe, el instrumento de propaganda de la CIA, Abbas William Samii, el bloqueo no viene tanto del Consejo de los Guardianes de la Revolución como del cuerpo armado de los Guardias de la Revolución. En el Daily Star, describe a su manera la tentativa de infiltración a todos los niveles de los miembros de este ejército en el poder político. Recuerda así que cuatro de los ocho candidatos en la primera vuelta formaron parte de este cuerpo, al igual que 90 deputados iraníes. Frente a ellos, Rafsandjani es sin lugar a dudas una mejor solución, pero no hay que olvidar que fue un dirigente represivo. Por lo tanto el autor no ve ninguna solución buena para Irán en el plano interno.
Es cierto que el cuerpo de los Guardias de la Revolución se encuentra sin lugar a dudas en el centro del futuro de Irán, pero no de la forma en que lo presenta Abbas William Samii. Hoy, las élites de Washington están divididas en cuanto a un ataque a Irán. En el centro del debate se encuentra la capacidad de respuesta de la República Islámica. Los Guardias de la Revolución son parte esencial del sistema defensivo iraní. Si los oficiales superiores de este ejército fueran corruptos, como lo fueron los de la Guardia Republicana Iraquí, la invasión a Irán no presentaría dificultades mayores. Recordemos igualmente que hace algunos años, un accidente aéreo no esclarecido provocó la muerte de casi todo el Estado Mayor de los Guardias, lo que condujo a su sustitución por nuevos dirigentes, quizás menos vinculados a la República Islámica que los combatientes históricos de la Revolución de 1979 que acababan de perecer.

Sin embargo, no todos sueñan con la guerra en los Estados Unidos. En la NED/CIA se prefiere evaluar las oportunidades de organizar una revolución coloreada en Teherán. Los codirectores del Project on Iranian Democracy de la Hoover Institution, Abbas Milani y Michael McFaul (de la NED), están satisfechos con las disensiones que la elección presidencial hace aparecer en las élites iraníes. Es demasiado pronto para analizar lo que está ocurriendo en la antigua área soviética, ¿pero por qué no pensar en ello para el futuro?

En Irán, el análisis de las elecciones es evidentemente muy diferente. En el Tehran Times, el editorialista Hassan Hanizadeh firma un texto próximo al comunicado oficial. Mientras que los medios de prensa occidentales predecían una abstención record, éste afirma que la población acompaña estas elecciones con gran entusiasmo dada la incertidumbre en cuanto al resultado, cuyas primeras muestras parecen darle la razón. Por el contrario, expresa su inquietud por los atentados cometidos en el Sur de Irán la víspera de la elección. Al denunciar un golpe bajo estadounidense, afirma que sus conciudadanos no cederán ante estas maniobras.