El barril de petróleo estableció hoy un record en Nueva York al acercarse a los 61 dólares, dada la incertidumbre por las posibilidades de que la oferta no cubra la demanda de los grandes consumidores.

Las previsiones para el cierre de sesión colocaban el Petróleo Intermedio de Texas (WTI) para agosto a 60,54 dólares, después de añadir 0,70 dólares, o un 1,2%, al precio anterior.

El valor de este tipo de crudo, de referencia en Estados Unidos, llegó a un máximo de 60,95 dólares en la sesión, algo nunca visto en los veintidós años que se negocia este tipo de contrato a futuro en el mercado neoyorquino de materias primas.

Durante la jornada, además de la fuerte presión alcista, los contratos con entrega prevista para octubre, noviembre y diciembre se negociaron por encima de los 62 dólares el barril.

Por su parte las transacciones de gasolina para entrega en julio terminaron el día a un precio de 1,6750 dólares por galón (3,7 litros), después de añadir dos centavos al valor del viernes.

El gasóleo de calefacción para ese mismo mes terminó la sesión a 1,6761 dólares por galón, después de encarecerse también alrededor de la misma cifra respecto a la sesión anterior.

La elevada demanda de gasolina y otros combustibles para el transporte registrada en Estados Unidos, es uno de los factores que más impulsa a la puja de los precios, por coincidir con un bajo volumen de existencias almacenadas y una escasa capacidad de los países productores para incrementar con rapidez la oferta.

El aumento en el precio también se debió en parte a las preocupaciones de los inversionistas por la reducción al límite de las refinerías, pues luchan por obtener más combustible de calefacción para satisfacer la demanda en el cuarto trimestre.

Acompaña a esta circunstancia la incertidumbre por la elección de un presidente con claro ideario conservador en Irán, miembro fundador de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y el segundo mayor productor, después de Arabia Saudita, entre los once países que la integran.

Ese cartel, que aporta cerca del 40% de la oferta global de crudo, realiza consultas entre sus miembros para un posible incremento de medio millón de barriles en su cuota oficial, después de decidir otro aumento similar a comienzos de mes.

Los actuales precios del oro negro pueden llevar a revisar la perspectiva de crecimiento económico global, si se tiene en cuenta que los costos ajustados a inflación son mayores que a principios de la década de 1980.

Adicionalmente, el volumen de consumo de energía en relación con el Producto Interno Bruto no ha sufrido una caída continuada.

Esto aumenta la probabilidad de efectos negativos en la demanda doméstica, así como una respuesta de las políticas económicas para contener el mayor índice de inflación.

Si los precios del crudo se mantienen en el nivel de los 60 dólares por barril durante el presente año y en el próximo, como se espera, el incremento económico en 2005 y 2006 de los siete países más industrializados y otras naciones se vería afectado.