La pregunta viene al caso porque precisamente hoy se cumple el primer año de la imposición de las crueles medidas dictadas por el gobierno del Presidente Bush que limitan hasta extremos inhumanos los viajes de los cubanos que viven en Estados Unidos a visitar a sus familiares en la isla.

Es un lamentable y triste aniversario para la familia cubana, aunque por supuesto, esas disposiciones poco o nada afectan a quienes los que las propiciaron y apoyaron, que tienen la suerte de tener a todos sus seres queridos juntos a ellos, sin sufrir la tragedia de la separación y la distancia.

¿Cuál fue el pretexto? Que castigando a los cubanos de acá y a los cubanos de allá, interrumpiendo la reunificación familiar se alcanzaba el objetivo del la Casa Blanca de apretar las «tuercas del Embargo» y así acelerar un cambio de gobierno en Cuba.

¿Razón verdadera? Que dictando esas medidas injustas y crueles impuesta por razones mezquinas electoreras- todo fue con vista a las pasadas elecciones presidenciales-, se complacía a la extrema derecha cubana de Miami que reclamaba acciones punitivas contra Cuba para así satisfacer su odio repulsivo contra el pueblo cubano.

El pretexto en una parte dio resultado. Muchos cubanos del sur de La Florida se fueron con esa «bola mala» y le dieron el voto a los Republicanos en la esperanza absurda de que castigando al resto de sus compatriotas, a medio millón acá y a mas de once millones que viven allá, se produciría en la isla un estado de miseria y desesperación de tan desastrosa envergadura, que las masas enardecidas contra la situación creada, se lanzarían a las calles en pueblos y ciudades de la isla en franca rebelión contra del gobierno cubano, provocando su fatal derrocamiento después de una intervención militar norteamericana.

Digo, dio resultado el plan en cuanto a que efectivamente, muchos cubanos de Miami, seducidos por esos cantos de sirena votaron en las elecciones por la reelección del Presidente Bush. Pero de lo otro, de lo otro nada. Ni hubo rebeliones ni alzamientos ni sublevaciones en masa ni invasión americana. Todo resultó ser una gran estafa.

El resultado real y verdadero de las disposiciones contra los viajes a Cuba ha sido triste. Basta leer lo que se publica en estos días en la prensa.

Una madre cubana se lanza al mar para llegar a riesgo de su propia vida hasta el lecho de su hijo mortalmente enfermo porque no se le concedió por el Departamento de Estado una Visa humanitaria debidamente solicitada por ella en la Sección de Intereses de los Estados Unidos de La Habana.

Otra noticia, no menos conmovedora. Un joven cubano, Carlos Lazo, sargento del ejercito norteamericano, veterano de la guerra de Irak, condecorado por sus actos valientes en el campo de batalla, andaba ayer recorriendo los despachos de Senadores y Congresistas de Washington reclamando su derecho a visitar a sus dos hijos en Cuba a los que no puede ver por culpa de esas medidas crueles dictadas por el gobierno del Presidente Bush a instigación de otros cubanos.

Cubanos extremistas de derecha que piden castigo para el pueblo cubano, y que a pesar de estar a favor de la guerra en Irak no son capaces de ir al frente de batalla como lo hizo con heroísmo y valor el propio sargento Lazo, el que si fue a Irak pero que sin embargo, y valga la terrible paradoja, no puede ver a sus hijos en Cuba porque se lo prohíbe la Casa Blanca. Esos son los resultados.

Ahora bien ¿Y tu familia donde está? La del sargento Lazo está en Cuba sin poder ver a su padre que no puede ir a verlos a allá. Y la madre cubana que se lanzó desesperada al mar, ella está acá, en Miami, junto su hijo moribundo en la cama de un hospital después de haberse jugado la vida porque no le dieron una Visa humanitaria como debió ser.

Dos tragedias, dos familias cubanas que sufren por la misma razón. ¿Dime cubano, y tu familia, tu familia donde está?