Dilucidemos algunos aspectos con respecto al famoso Tratado de Libre
Comercio que, además no es vano decir, muy pronto será aprobado sin
la voluntad de la mayoría de la población.

Diremos, primero, que estamos frente al consumidor más grande del planeta.
Nuestras exportaciones y gran parte de nuestra economía dependen de las
relaciones que tengamos con este consumidor llamado Estados Unidos y que
además es el gran gendarme no sólo de la democracia a su estilo sino el gran
padre de la economía del ¿mundo globalizado? y patriarca de las armas y
guerras de hoy. Precisamente con este país es con quien estamos entablando
las ¿negociaciones? donde los lobbies están a la orden del día. El gran
timón argumental con que el ministro Ferrero mueve estas dichosas
negociaciones es que nuestros productos y la economía dependen del mercado
norteamericano siendo el TLC la gran oportunidad para poder lograr el
desarrollo tan ansiado, eliminando algunas restricciones donde por fin la
mano invisible del mercado nos invite a ser partícipes del progreso del
mundo.

Si es así en realidad ¿por qué entonces hay marchas en contra del TLC?, ¿por
qué la gente protesta y no quiere un tratado de libre comercio? Me imagino
que uno de los argumentos del gobierno entreguista de Toledo es llenar con
miles de adjetivos a los protestantes para poder desacreditar su voz. En
Arequipa, que tiene un pasado de rebeldía, la población ha salido
masivamente a protestar y así por todo el resto del país. Sin embargo en
Lima la gente a pesar de su desacuerdo no ha salido a protestar como se
esperaba. Esto no es sorpresa porque los maleficios que traerá el TLC
repercutirán directamente sobre los algodoneros y demás productores
agrícolas gracias a los subsidios que el gobierno norteamericano les da a
sus agricultores. Este tema está siendo minimizado por Ferrero y su pandilla
que con una campaña mediática ha tratado de posicionar la palabra desarrollo
y éxito es igual a TLC sobre las mentes de los peruanos que muy poco
informados están pero no dejan de estar renuentes a la imposición de este
tratado.

David Waisman, que ha mantenido una posición distante con respecto a la
oficialidad del gobierno ha dicho que Ferrero y compañía han ido
arrodillados a las ¿negociaciones? y tiene razón respecto a esto. Los
Estados Unidos están presionando para la firma de este acuerdo que como no
lo han podido hacer como ALCA hoy pretenden hacerlo como TLC. ¿A quien
engañan los políticos del gobierno que se juntan a negociar cuando en
realidad son los portavoces de las multinacionales que abogan a través de
ellos?