Cuenca fue el nido de la esperanza, de la alegría y de la lucha... Desde el 17 al 22 de julio, se realizó en esta ciudad la II Asamblea Mundial de la Salud de los Pueblos (AMSP).

A este evento llegaron más de mil seiscientos delegados internacionales, representantes de ochenta países del mundo. Filipinos, hindúes, australianos, salvadoreños, canadienses, africanos, iraquíes, palestinos, estadounidenses, ecuatorianos... todas las voces de la tierra se convocaron para gritarle al mundo entero que la Salud es un Derecho Humano Fundamental.

Para ello compartieron experiencias, ensueños, anhelos y frustraciones. En más de un centenar de actos, entre plenarias, talleres, foros y exposiciones, se debatieron temas fundamentales que tienen directa relación con la salud de los pueblos del mundo: globalización, tratados de libre comercio, privatizaciones, degradación ambiental, ocupación militar, cultura e interculturalidad crítica, violencia social, política y de género, comunicación popular y alternativa, entre otros.

Y es que la salud, tal como lo entiende el Movimiento Mundial de la Salud, tiene directa relación con las condiciones económicas, sociales y políticas en que se desarrollan los pueblos del mundo.

Ante esta concepción, existen acuerdos referentes a cuáles son los principales determinantes para que la salud de la mayoría de seres humanos esté notoriamente deteriorada: aplicación de políticas neoliberales, que conllevan a la privatización de los recursos estratégicos; imposiciones de tratados de libre de comercio, que arruinan las economías de los países en vías de desarrollo; invasiones militares y agresiones hacia la soberanía y autonomía de los pueblos; contaminación ambiental y destrucción del ecosistema; atropello ideológico hacia las culturas originarias de los pueblos del mundo; la falta de la aplicación de un Programa de Atención Primaria en Salud; iniquidades de género y discriminación racial; manipulación ideológica de los medios de comunicación, entre los principales.

En definitiva, el vivir en un sistema capitalista, que privilegia el dinero, el negocio, la mercancía y la individualidad antes que valores como el humanismo, la solidaridad, la justicia y la equidad, es el causante de que el mundo esté dividido en dos grupos fundamentales: el primero es minoritario y tiene el poder económico y político; el segundo, que representa a la inmensa mayoría, que vive sumido en la pobreza, explotado y sojuzgado por el primero.

La AMSP espera que su declaratoria de principios y resoluciones, que se derivan de los principales consensos antes expuestos, sean impulsados por los diversos representantes del mundo en sus respectivos países; que sean los pueblos del mundo quienes demanden a sus gobiernos la aplicación urgente de medidas paliativas hacia el voraz modelo neoliberal.

La incidencia política es determinante en este aspecto, por eso, la esperanza de vivir en un planeta equitativo y justo está en la lucha que puedan emprender los pueblos del mundo.

¡No seremos jóvenes a-críticos!

En el marco de al II Asamblea Mundial por la Salud de los Pueblos se reunió el Foro Global de la Juventud, en él se compartieron experiencias de los representantes juveniles de todo el mundo y se rindió homenaje a la lucha de las organizaciones estudiantiles y juveniles de América Latina que enfrentan a gobiernos neoliberales en la mayoría de países.

Derrocar el neoliberalismo implantado por el capitalismo y sus gobiernos para implantar la política democrática, progresista y justa a favor de los pueblos fue una de las principales conclusiones de los debates de los jóvenes.

Francisco Escandón
Presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador

“Nosotros observamos con preocupación que los países imperialistas pretenden que los jóvenes nos convirtamos en personas a-críticas y seres totalmente dóciles que no conozcan su realidad de nuestros países. Para rechazar esta política y establecer alternativas, los jóvenes de América Latina y todo el mundo nos hemos reunido. En estas discusiones hemos analizado la crisis del sistema capitalista que se descarga en la mayoría de la población del mundo, que esta sumida en la pobreza y la insalubridad, el desempleo y la migración forzada de miles de jóvenes que buscan oportunidades deambulando por el mundo.

Una de las consignas que ha trazado el neoliberalismo y la globalización imperialista es la privatización y la mercantilización de la salud, así como limitar los derechos que tienen los países del mundo y sus pueblos a la educación, medio ambiente, la seguridad social, etc,. A la globalización imperialista se oponen los jóvenes a través de la lucha de las organizaciones estudiantes al igual que la de los trabajadores, indígenas y de todos los pueblos del mundo. Lo que se pretende en estas reuniones es solidarizarnos también con la lucha de otros compañeros en todo el mundo, como Cuba, Irak, Afganistán, Palestina y todo el Oriente medio y, de hecho, de todos los de América”.

¡A recuperar nuestras fábricas!

La lucha de los trabajadores argentinos, así como la del resto de trabajadores de América Latina, ha logrado conseguir importantes conquistas. Algunas de las empresas han sido recuperadas por los trabajadores, lo cual ha provocado el incremento de la producción y ha demostrado capacidad y eficiencia de los obreros, repercutiendo esto en una mejor calidad de vida.

Dr. Jorge Khoen
Director del Área de Salud y Trabajo de la Universidad de Rosario (Argentina)

“Hemos venido para exponer la lucha de los trabajadores desocupados, que actualmente se encuentra fortalecida después de varios años de enfrentamiento con los gobiernos neoliberales de turno. Las movilizaciones para conquistar nuestras reivindicaciones se desarrollan desde 1995, cuando en la Patagonia como en el Norte del país el movimiento “Piquetero” reclamó medidas al Estado para salir de la desocupación. Luego de fuertes levantamientos los trabajadores logramos recuperar nuestras empresas y hemos empezado a recuperar nuestra producción.

Hoy, existe una nueva forma de producción, que se desarrolla con unas 300 empresas que producen desde tractores para el agro hasta empresas de servicio y salud. Respecto a empresas medianas, en la fábrica GATIC, que es una subsidiaria de la multinacional “Adidas”, más de 5 000 trabajadores consiguieron implementar una nueva forma de producción en beneficio de los trabajadores.

Pese a estos logros, los trabajadores desocupados atraviesan problemas que van desde la depresión hasta la alta frustración, lo cual ha provocado adicciones por la ilusión de conseguir empleo. Sin embargo, para contrarrestar estos problemas estamos luchando los trabajadores.

Hay fábricas que se encuentran aún en manos de estos empresarios y han provocado que la mayoría de la gente sufra de cáncer, leucemia y muchas mal formaciones. Esto se debe a la contaminación que provocan estas empresas a los habitantes de los alrededores, como por ejemplo: en el barrio San Lorenzo de Córdova, los químicos que utilizan para su producción son Dosulfan, DDT, Malation y Heptacloro, que han provocado varias enfermedades.

Esta lucha de la clase obrera argentina es parte de la que llevan otros compañeros en varias partes del mundo.

El precio de los medicamentos antirretrovirales, sin límite con el TLC

Miles de personas que viven con VHI/SIDA en Latinoamérica y el mundo, no tienen acceso al tratamiento retroviral, pues los costos son excesivamente altos por acción del negocio de las multinacionales farmacéuticas. El costo de la terapia retroviral contra el SIDA tiene un costo de 10 mil dólares por año. Cuando Brasil y África produjeron sus propios medicamentos genéricos, los costos bajaron a 300 dólares por año, y en otros países a 1 000 dólares.

Sin embargo, si se aplica el Tratado de Libre Comercio (TLC) en nuestro continente, los medicamentos de marca, los fabricados por las grandes farmacéuticas transnacionales, tendrían luz verde para elevar aún más sus precios, en detrimento de los genéricos...

Henry Rodríguez,
Médicos sin fronteras

“El TLC, en el tema de las patentes y la propiedad intelectual, tiene el objetivo de bloquear las iniciativas que tiene cada gobierno de fabricar sus propios medicamentos, es decir, los genéricos.

El TLC busca que los medicamentos retrovirales, fabricados por las grandes transnacionales, sean los únicos que circulen en el mundo; de esta manera incrementan sus negocios, pues la concepción del TLC es considerar a los medicamentos como mercancías.

En este aspecto, se pretende que la ley de patentes sea aumentada de 20 a 25 años; es decir, por 25 años no se podrían producir medicamentos genéricos y estaremos obligados a utilizar únicamente los medicamentos de marca.

Sin embargo, Brasil es un ejemplo de soberanía: decidió desconocer la Ley de Patentes y los reclamos de Estados Unidos. Actualmente, aproximadamente 150 mil personas en este país se están tratando con medicamentos genéricos. Esto no sucede en el Ecuador; aquí el acceso a los genéricos es muy restringido: entre Cuenca, Guayaquil y Quito 25 mil personas son tratadas en el Ministerio de Salud Publica y en otras organizaciones, como Médicos Sin Fronteras. Pero esto es un granito de arena; si se siguen aplicando las políticas neoliberales, si se llega a aplicar el TLC, las consecuencias van a ser catastróficas para el mundo entero, y también para las personas que viven con VHI/SIDA”.

Un mayor compromiso de la universidad pública

Maria Isabel Rodríguez

Rectora de la Universidad de El Salvador.

La universidad pública en América Latina tiene el reto de trasformar el modelo económico imperante, debe ponerse del lado de las mayorías populares en la defensa de la salud de nuestros pueblos. Debe ser un motor en la construcción de una conciencia colectiva intra y extra universitaria que afirme un compromiso con la comunidad.

Son varios los problemas que enfrentan las universidades públicas en nuestra región, que han llevado a que la población tenga poca confianza en su papel transformador y catalizador. La gran ofensiva desatada contra nuestros centros superiores ha permitido la penetración ideológica en el personal académico, que ha desviado como sus únicas reivindicaciones el factor salarial, sacrificando las reivindicaciones de carácter académico, sumiéndose en la mediocridad y resistencia al cambio, desperdiciando las oportunidades de servicio y compromiso con la población; a esto se suma el abandono del Estado que disminuye permanente los recursos económicos para su desenvolvimiento.

Sin embargo, el desafío que tienen en la actualidad las universidades públicas implica llevar el conocimiento a la sociedad, para conocer y enfrentar las desigualdades, más allá de las reuniones, congresos y publicaciones, que permita entregarle a la población los instrumentos para su lucha, pero también el compromiso de acompañarla en la misma; es necesario también llegar al autoconvencimiento de la imperiosa necesidad de avanzar en más alto grado en el desarrollo científico y tecnológico, para poner ese conocimiento al servicio de los intereses de muestras poblaciones.

Se impone tener una concepción integral de salud y -aunque esto es muy difícil- es necesario integrar con la salud las demás carreras sociales y económicas. Esta es una responsabilidad universitaria frente a la fragmentación al abordar el tema de la salud. Debemos unirnos a la población en sus reivindicaciones en salud como un derecho humano fundamental.

¿Patentes o pacientes?

Uno de los problemas más grandes a los que se enfrenta la salud mundial son los precios de las medicinas, impuestos por la ambición de trasnacionales farmacéuticas, que amparadas en la ley de propiedad intelectual y patentes comercian con la vida y la salud de miles de seres humanos.

Catorce millones de personas mueren anualmente debido al SIDA, de estos el 90% pertenecen a países subdesarrollados, es decir, ocho mil personas al día. Un medicamento llega a costar hasta 12 veces su precio normal, sin importar si el país es rico o pobre. Mientras tanto, las farmacéuticas aumentan su inversión para encontrar soluciones a la calvicie, obesidad, pastillas para reducir de peso, y efectivas cremas depiladoras.

Gema Domínguez, Coordinadora de “Médicos sin fronteras” de Guayaquil, mencionó: “No se debe presionar a los países con menos recursos a aceptar medidas que claramente solo van a tener beneficios para la industria farmacéutica, no para la población”, por el contrario instó a organizaciones sociales, sociedad civil, organizaciones de pacientes a “Exigir una política de precios más justa, competencia en el precio, y esto supone la introducción de medicamentos genéricos, y un NO rotundo a planes genocidas como el TLC”

En el mundo, de las seis millones de personas infectadas con VIH, solo cuatrocientas mil reciben atención médica; trescientas mil personas requieren medicamentos antidiabéticos, de las cuales sólo el treinta por ciento puede acceder a ellos; enfermedades que creíamos controladas, como la diarrea, el sarampión, la tuberculosis, el dengue siguen matando a miles de personas al año en zonas perimetrales de América y África, por falta de prevención y porque vacunas y medicamentos resultan inaccesibles. Estas profundas contradicciones entre quienes necesitan atención médica y quien puede pagarla hacen que nos preguntemos: ¿debemos seguir permitiendo que la vida y la salud de unas personas enriquezca y sea el negocio de otras?

Pueblos cultura y salud

Bajo presupuesto público destinado para la salud, condiciones que deterioran la calidad de vida, mala alimentación, fumigaciones que ponen en peligro la vida humana y producción agrícola, pobreza, desnutrición: muchas son las causas que ha reunido a 77 países en la II ASAMBLEA MUNDIAL PARA LA SALUD.

En el foro “Puntos de encuentro de la salud, cultura e interculturalidad crítica” se expusieron vivencias locales sobre las condiciones que deterioran la calidad de vida, y problemas a los que se enfrenta la salud mundial.

Peter West, delegado de Australia, condenó el contradictorio sistema, donde los indígenas no pueden acceder a la aseguración social, salud y educación. La profunda desigualdad entre el primer mundo y el pueblo aborigen es abismal, por ejemplo: la vida de la población indígena es de 20 años menos en comparación a la población total, debido a enfermedades crónicas y cáncer. La gran mayoría no puede terminar su educación secundaria y su salario es tres veces menor al salario normal de los australianos.

Vicente Ortiz, vicepresidente nacional de la Federación de Afiliados al Seguro Social Campesino en Ecuador expresó: “El desempleo, la mala alimentación, la migración, tratados y acuerdos internacionales, no solo dificultan la obtención de medicinas, por hacerlas más caras, sino que disminuye la calidad de vida de los habitantes del planeta”.

Mientras tanto para Hugo Icúpere, representante de Guatemala, “salud no es solamente la parte biológica, curativa, salud es tener una casa donde dormir, es tener una alimentación adecuada, tener una vivienda, tener dignidad y, en el caso de nosotros como pueblos indígenas, el respeto a nuestra cultura misma y nuestra práctica de medicina tradicional”.

Un punto en común encontraron los participantes en este evento: la salud, como derecho fundamental de todos los seres humanos, debe ser el norte que guíe nuestro accionar hacia el establecimiento de un sistema más justo, que respete a la tierra como dadora de vida, que establezca un marco de respeto entre las diferentes culturas, que haga de este un mundo más saludable.