El inefable Pablo de la Flor, jefe del “equipo negociador” peruano del TLC con Gringolandia acaba de afirmar que “la visita del presidente colombiano Alvaro Uribe a su similar George Bush para expresarle, entre otras cosas su descontento con las respuestas de EEUU beneficiará a todo el bloque andino. Las autoridades peruanas muestran el mismo grado de preocupación por defender sus intereses. El encuentro que se producirá entre ambos presidentes es producto de la estrecha relación que tiene Estados Unidos con Colombia por el tema de la guerrilla y el narcotráfico, algo que sin duda está aprovechando”.

Por su lado, el colombiano y colega de La Tarde, Pereira-Colombia, Aurelio Suárez escribió días atrás: “¿Requerirá Bush mayor esfuerzo para lograr su cometido con quien anda en pos de una reelección? ¿Será difícil conseguir que Colombia acepte cualquier “premio al buen esfuerzo”, el de consolación, el que se concede en las escuelas y colegios al alumno sonso que se porta bien y sin lucidez, a cambio de un TLC hecho según la Ley Comercial gringa, el que aprueban las mayorías republicanas y uno que otro demócrata tránsfuga en Washington? La respuesta parece estar en la sentencia que el ex asesor presidencial y representante de grupos y firmas multinacionales, Rudolf Hommes Rodríguez, expone sin rubor en reciente columna periodística: “haber alineado a Colombia con los Estados Unidos no ha sido una política servil, aunque hemos sido condicionados para verla así, sino una forma astuta de abrirle un espacio a Colombia dentro del club de países grandes de América”. Con esa óptica cualquier TLC podrá salir de Crawford; por fin se despejarán, para muchos, la duda sobre si era posible “negociar bien”, encontrarán la solución al acertijo en la inusitada Ronda de Texas, donde, entre otras, no habrá “cuarto de al lado”.

¿A quién le creemos, al cipayo sin vergüenza ni recato, vocero auto-nombrado de mil y un torcidas interpretaciones, pseudo jefe “negociador” Pablo de la Flor que habla sobre la visita del presidente colombiano? ¿O hacemos lo razonable, que es darle crédito a un hombre de prensa del país del norte? Hay ciertos funcionarios públicos a los que convendría ponerles un bozal y escrutarlos al detalle para que luego no aparezcan como los gerentes o capataces vigilantes de cómo se lleva a cabo el TLC que mal negociaron sumisamente.

A nadie escapa que si Uribe está en Estados Unidos, en Crawford más precisamente, es porque tiene -de alguna manera acaso decorosa- que agradecer en Gringolandia al gringo Bush el apoyo que diera al candidato colombiano a la presidencia del BID, amén que hay 5 ó 6 mil millones de dólares ya invertidos en el país de García Márquez por parte de la potencia norteamericana. ¿Cómo puede de la Flor, disfrazar semejante evidencia de innegable proximidad en fechas recientes? La estulticia no es patrimonio de todos. Si hay quienes gozan de esa virtud, sería mucho más prudente que la escondan para sus fueros o exhibiciones públicas, pero, pretender que todos se traguen sapos de este calibre ¡está fuera de todo esquema! ¡Y encima con un asunto ajeno al Perú!

Para de la Flor que el CAFTA haya sido aprobado por apenas dos votos tránsfugas, no constituye sino expresión democrática de un amplio y virtuosísimo respaldo para las “negociaciones” que él dice conducir con Estados Unidos. ¡No hay caso, hay gente huérfana de cualquier asomo -siquiera por casualidad- de patriotismo! ¡Y no hablemos de dignidad porque la consigna es ¡Sí o sí!

Si de cipayos hablamos......... .

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!