El consorcio gasístico ruso Gazprom y la empresa ucraniana Naftogaz Ukrainy consiguieron el pasado fin de semana un acuerdo sobre el asunto de 7,800 millones de metros cúbicos del gas natural ruso que debía ser exportado a Europa pero «se perdió» en el territorio de Ucrania.

La «desaparición» del gas ruso desde los depósitos subterráneos en Ucrania es un tema que se viene discutiendo desde hace mucho tiempo. Básicamente, el problema radica en que el transporte de esta materia prima de Rusia a Europa, a través del territorio ucraniano, es más que una cuestión del simple tránsito: se trata de un engranaje colosal de tuberías y otras infraestructuras creadas en el marco del sistema energético único de la URSS, de manera que hasta hace poco nadie se ocupaba de controlar el consumo del gas ruso en Ucrania.

La constante presencia de grandes cantidades de este producto, difícilmente controlable en el territorio de Ucrania, dio origen a toda clase de abusos. La deuda de Kiev en esta materia iba en aumento de forma permanente. Como resultado, Gazprom planteó la necesidad de introducir una nueva tecnología del transporte y el control del gas ruso en este país. Después de que se hicieron los cálculos, resultó que en Ucrania debían estar almacenados 7,800 millones de metros cúbicos pendientes del pago. Y aunque la parte ucraniana lo confirmó, se tardó mucho tiempo en solucionar el problema.

Finalmente, se vislumbró una fórmula del arreglo. Gazprom y Naftogaz Ukrainy firmaron un acuerdo, mediante el cual el consorcio ruso se compromete a cederle a Ucrania 2,550 millones de metros cúbicos como pago parcial por el tránsito del gas.

Los restantes 5,250 millones de metros cúbicos, almacenados en los depósitos subterráneos de Ucrania, pasarán a ser la deuda de Naftogaz ante Rosukrenergo, empresa intermediaria domiciliada en Suiza y participada por Gazprombank y la austriaca Raiffeisen Investment. Rosukrenergo deberá pagarle a Gazprom US$800 millones, mientras que Ucrania tendrá que realizar los suministros del gas a esta empresa mixta en el período de 2005-2006.

Los expertos califican dicho acuerdo como positivo para Rusia. Primero, porque Gazprom ha vendido esos 5,250 millones a precios europeos, de más de US$150 por 1,000 metros cúbicos. Segundo, porque en la transacción interviene un intermediario con participación del capital austriaco, de manera que se está introduciendo en la práctica un esquema de protección de los intereses rusos en Ucrania a través de una entidad que tiene prestigio internacional.

De hecho, el compromiso logrado significa que Ucrania no sólo reconoce el hecho de haberse apropiado ilícitamente del gas ruso sino que también se muestra dispuesta a indemnizarle a Rusia la pérdida.

Por vez primera, la deuda ha sido definida en los términos técnicos y hay un mecanismo acordado para liquidarla, lo cual infunde la esperanza de que las relaciones ruso-ucranianas en el sector del gas se van encauzando hacia una vía civilizada. Gazprom ha difundido un comunicado de prensa señalando que «los documentos se han firmado sobre unas condiciones de mercado mutuamente ventajosas y constituyen la base para el desarrollo de la cooperación en el futuro».

Al propio tiempo, subsisten varios detalles por aclarar. De la nota de prensa se desprende que el tránsito del gas ruso a través del territorio de Ucrania va a incrementar este año en 8,000 millones de metros cúbicos por encima de la cifra prevista originalmente. Mijaíl Deliaguin, quien es director del Instituto ruso para los problemas de la globalización, llama la atención al hecho de que es la misma cantidad que la del gas perdido. No estaría mal recibir alguna explicación a este respecto, afirma él.

Tampoco está claro cómo el Gobierno ucraniano podrá superar el déficit de su balanza del gas en caso de que Gazprom cumpla la promesa de pasar a los precios europeos en materia de los suministros y el tránsito. Por tanto, el importante acuerdo logrado hasta la fecha tiene probablemente un carácter provisional.

Fuente
RIA Novosti (Rusia)

Ria Novosti 19 julio 2005