No sería raro que de ahora en adelante los traductores tengan más trabajo en el gabinete de ministros. PPK, el ciudadano estadounidense, embajador de las transnacionales que también preside el equipo ministerial del Perú, se expide mejor en inglés que en castellano. No por gusto es un gringo que ejerce y practicará su juramento de lealtad al imperio del norte. Antes hemos tenido a un japonés como presidente de la república, al nipón cobarde Kenya Fujimori. No es de extrañar, pues, que hoy ocurra a un nivel inmediato inferior, algo muy parecido.

La homogeneidad no puede ser más talentosa. Hay un ministro del Tratado de Libre Comercio y Asuntos Foráneos, oficialmente de Comercio Exterior, Alfredo Ferrero que ha hecho pública y desvergonzadamente todos los esfuerzos como para ser considerado un ejemplar regalador de lo que no es suyo y es un corifeo sin atenuantes de cuanto favorezca o propicie a Estados Unidos. No olvidemos que su pasado fujimorista es su presente pragmático, comercial y político. ¡Honor al mérito!

Cierto burócrata de carrera tendrá que explicar algún día, cómo así, quiso coludirse con un militar, en la cobranza que pagaba bocas cerradas sobre acontecimientos ocurridos en Ecuador cuando este país estuvo en guerra contra el nuestro y de cómo mucha información clasificada se “filtró” a la prensa generando escándalos que a duras penas pudo capear el ex ministro Rodríguez Cuadros, en perspectiva de franca e indisimulada fuga a Ginebra para una conferencia de desarme a la que lleva dos intérpretes hábiles en inglés y francés.

Otro responsable y excelentísimo en decir sí a la empresita Lima Airport Partners, LAP, la concesionaria tramposa del Aeropuerto Jorge Chávez, deberá, a su turno, cuando esté en el banquillo de los acusados, responder de todas las irregularidades que también le asocian a la quiebra manejada de Aerocontinente y al nada extraño repunte acaparador de Lan, empresa chilena que tiene el 90% del mercado de pasajes en nuestro país. Ciertamente de patriota no se le podrá acusar nunca, en cambio de quintacolumna y cómplice, hasta que se muera.

Sin duda hizo bien otro ministro en tomar clases de inglés. Su visión de futuro le aprovisionó de la bola de cristal just in case of PPK fuera, alguna vez, el jefe del gabinete. ¡Y no se equivocó! Pero tendrá que responderme, en público, en privado, del modo que fuere, cómo así hoy se alínea al lado de los que privilegian a ciertas empresas y tratan al Perú como si fuera una chacra privada a merced de la voluntad de patrones abusivos. ¡Baldón inolvidable que su juventud no podrá borrar nunca aunque renuncie en 5 semanas! ¡Qué vergüenza!

¿Y el Perú, está por casualidad, como destino, propósito, responsabilidad, reto o por lo menos como curiosidad no rentable ni fenicia o de negocio volandero pero pingüe, en este nuevo gabinete? Me temo que la respuesta ya la han dado algunas críticas certeras: ¡más de lo mismo! Y, de repente, un poco peor el sancochado.

¡Aquí no pasó nada! Tómese nota que Olivera ya dio su “bendición” al nuevo conjunto ministerial. Por algo será que el susodicho ha emprendido este camino. Gratis ¡de ninguna manera! En el Perú, todo cuesta y bastante caro. Dentro de poco van a privatizar el aire, el Mar de Grau, lo poco que queda de patrimonio y así enajenados hasta la médula, tendremos que seguir protestando nuestro patriotismo que no se vende, que no se alquila, que no ceja, que se cae para volver a levantarse y hacer del Perú madre y no madrastra de sus sufridos hijos.

Y, from now on, in English!

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!