Hay que recordar que la USO, considerando la posición estratégica de la refinería y velando por la soberanía nacional, de tiempo atrás ha demandado el mantenimiento y la ampliación de ésta.

Siendo conscientes de la necesidad energética del país, el mismo Gobierno contrató dos estudios (uno con K. W. Kellogs y otro con Shell Global Solution), que precisaron que se debía ampliar su capacidad de carga de 75 mil barriles de petróleo diario a 140.000 BPD, para producir bases petroquímicas y sacar combustibles que cumplan con las especificaciones ambientales internacionales. Uno de los aspectos de esta viabilidad es la posición geográfica de la refinería, que le daría facilidad para exportar e importar los productos. De haberse atendido estas recomendaciones se estaría cumpliendo, además, con los acuerdos de Kyoto, firmados por el Gobierno Nacional.

Con base en estos estudios, el Gobierno se comprometió a concretar el PMD y acordó con la USO su realización, en la Convención Colectiva de Trabajo 2000-2001. Sumado a este compromiso, en septiembre del 2001, la Junta Directiva de Ecopetrol, en sesión especial en la refinería de Cartagena y con el doctor Yanovich, como integrante de la misma, dio vía libre al Plan Maestro. Esta decisión la anunció al país el entonces Presidente Andrés Pastrana, señalándolo como una de las grandes inversiones de su gobierno. El gobierno, de Álvaro Uribe, también asume como propia la realización de este proyecto de ampliación de la capacidad de la refinería y se compromete con los posteriores acuerdos que se suscribieron con la USO, entre los cuales el más importante fue el que produjo el levantamiento de la huelga.

Al anunciar la privatización de la refinería, no sólo se están rompiendo e irrespetando los Acuerdos con la USO sino que se está condenando a Colombia a una mayor dependencia de terceros países.

Hay que enfatizar que el Gobierno ha reconocido que Ecopetrol cuenta con los recursos económicos para adelantar este proyecto, sin embargo la someten al rigor del acuerdo Stand By firmado con el Fondo Monetario Internacional.

La privatización es gradual y persistente. Parte del debilitamiento de la empresa y llega hasta su liquidación. Esta estrategia ya la hemos visto con otras empresas del Estado. Desconocer la integralidad de Ecopetrol, como lo hemos hecho conocer a todos los gobiernos, es sacrificar la misma. El pueblo colombiano tiene la palabra.