¡Por fin alguien puso la pica en Flandes! Después de -aunque tímidos- exitosos ensayos con el maíz amarillo duro, un ministro de Agricultura da un decidido paso para ganar competitividad y generar trabajo sostenido en el agro, aunque el camino elegido de compensaciones que alcanzan S/ 50 millones al año, no sea el mejor y termine siendo un programa diminuto y contraproducente para la magnitud que este producto puede alcanzar si se da un paso más decisivo hacia la competitividad.

En efecto, el ministro puede redondear su labor, exigiendo se reglamente la Ley Marco para el Desarrollo Económico de Sector Rural, Ley 28298 promulgada por el presidente de la República el 21 de julio del 2004, con la cual dará todas las facilidades para que grupos de agricultores se integren competitivamente capitalizando sus propiedades y logrando, con el respaldo de su propio patrimonio, llevar adelante esta iniciativa con economías de escala, gerencia, tecnología y financiamiento SIN NECESIDAD DE COMPENSACIONES o SUBSIDIOS y lograr extender por lo menos 100,000 hectáreas que atenderán sólo las necesidades de maíz amarillo duro internas en el país, pasando a promedios de 10 TM/Ha o más, muy por encima de los promedios actuales, con rentabilidad y con precios competitivos para quienes compran este insumo en el mercado y más aún si deseamos exportar, con la ventaja -además- de ser el mejor maíz amarillo duro del mundo, mucho mejor por supuesto, que el maíz importado. Con ellos, se habrán logrado consolidar alrededor de 300,000 puesto de trabajo directos estables. ¡Bravo! señor ministro, UN PASO IMPORTANTE, falta el inmediato que lo hará perdurable: publicar el Reglamento de la Ley 28298 que ya dejó listo en la PCM el anterior Premier, repito sin necesidad de compensaciones o subsidios que a nada conducen.

Ahora bien, esta acción se facilita porque EEUU ya no está tan interesado en exportar su maíz, pues todo lo quieren dedicar a la producción de etanol y bien que se aproveche esta oportunidad; pero lo mismo se debe hacer con el trigo y el algodón; entonces ministro, pasará a la historia como el mejor ministro de Agricultura de los últimos 50 años, habrá creado más de 1’000,000 de puestos de trabajo directos estables con competitividad y dejará un agro capitalizado. Se necesitará un poco más de decisión y carácter, pues a algunos pocos importadores no les gustará, pero la gran mayoría de los peruanos se lo agradecerá. Para ello -reitero- es fundamental que la Ley 28298 quede reglamentada y entre en vigor.

Así el TLC tendrá más sentido, pues se mejorará sustantivamente la balanza comercial, sustituyéndose importaciones de manera competitiva y hasta proyectándose a exportar, generando trabajo para los peruanos y mercado de consumo interno que hará que nuestra economía crezca con extensión del bienestar en los sectores rurales. Esto es pasar de buenos resultados macro-económicos a buenos resultados micro-económicos que son los que realmente cuentan, mejorando consecuentemente los resultados macro-económicos generándose el círculo virtuoso del desarrollo con bienestar.

Esto no es populismo, ni regresar a las décadas de los 70 a los 90, como algún trasnochado macro-economista que debe reciclarse, alguna vez escribió en El Comercio cuando se promulgó la referida Ley (Página Económica de la edición del 28/07/2004); esto es extender el bienestar con modernidad, capitalizando la propiedad y haciéndola producir competitivamente. En una frase: esto es quitarle el misterio al capital, dando el gran paso y no quedándonos en el título del interesante libro de un ilustre internacionalizado economista peruano que tanto rédito le ha dado.

¡Ahora ministro: complete la faena y pase a la historia con letras color tierra productiva peruana.
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