El ciudadano árabe común no puede comprender los cambios que están ocurriendo en la arena internacional como resultado de la guerra en Irak. Entre los cambios más sobresalientes que nosotros, los árabes, nos negamos a ver y entender, está el surgimiento del eje Moscú-Berlín-París para enfrentar la tiranía estadounidense. Pero no debe creerse que la guerra en Irak es la única causa de la creación de ese eje, ya que representa también el derrumbe de la teoría de dominación unipolar por parte de Estados Unidos, que aspiraba en vano a atizar la guerra entre Rusia y los países de Europa Oriental.
La aparición del eje Moscú-Berlín-París ha provocado, por una parte, un conflicto en las Naciones Unidas y en la OTAN. Por otra, la resistencia del eje ha alentado el surgimiento de otros ejes en China, la India, América del Sur y en diversos países africanos, con excepción de África del Norte. Vincular la negativa rusa a una guerra en Irak con los intereses petroleros de Moscú en el Medio Oriente constituye una justificación falsa. La verdad es que, actualmente, el criterio de destruir el imperio norteamericano es unánime a escala internacional. ¿No es acaso la misma unanimidad la que puso fin a la existencia del imperio soviético? Y para lograr su objetivo, los mencionados ejes prefieren no enfrentarse a los ejércitos estadounidenses, sino entablar otros tipos de guerras pacíficas (populares, mediáticas…).
El eje Moscú-Berlín-París ha dado muestras de una gran eficacia al comenzar por el problema iraquí y al anunciar su determinación de enfrentar las tiranías estadounidense y británica. Dicho eje es capaz de restaurar el equilibrio en la política internacional y en la existencia de las Naciones Unidas. Pero, ¿por qué los países árabes, que son los más oprimidos por los Estados Unidos, no han pensado en unirse al eje Moscú-Berlín-París? Simplemente porque los líderes árabes tratan de ganar tiempo y se limitan al papel de testigos que les fue asignado por Estados Unidos. Los regímenes árabes deben aprovechar esta oportunidad que ofrece Europa. Deben unirse a este eje histórico, el único que puede frenar la dominación estadounidense.

Fuente
Alshaab.com

«محور موسكو - برلين- باريس», por Tarek Massaroua, Alshaab.Com, 28 de febrero de 2003.