El diario socialista francés Le Monde, en su edición del 30 de agosto de 2005, publica un artículo titulado «Un atentado-suicida en Beersheba rompió la tregua establecida para la retirada israelí de Gaza».

La información se presenta como factual y objetiva: la ruptura de la tregua es imputable a un kamikaze palestino que, según precisa el artículo, actuaba por encargo conjunto del Jihad Islámico y de las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa. El atentado dejó el saldo de un muerto (el propio kamikaze) y una veintena de heridos.

Sin embargo, un poco más adelante, el artículo indica que el kamikaze actuó como «reacción» a un raid efectuado por Tsahal: inmediatamente después del fin de la evacuación de Gaza, el ejército israelí había intentado asesinar a dirigentes de esas organizaciones. Cinco personas resultaron muertas durante un choque en Tulkarem.

En resumen, a solicitud del gobierno de Sharon, el Jihad Islámico había aceptado no aprovecharse de la debilidad momentánea de los israelíes durante la fase de retirada y respetar una tregua total, compromiso éste que mantuvo. Al terminarse la retirada, cuando los israelíes no estaban ya en una posición de debilidad, violaron su palabra, atacaron a dirigentes palestinos y mataron a cinco personas. El Jihad, como repuesta, ordenó entonces el atentado de Beersheba. No obstante, para Le Monde, que no cuestiona los hechos, no fue el raid asesino de Tsahal, sino la respuesta kamikaze, lo que rompió la tregua.