Las primeras elecciones legislativas luego de la caída de los talibanes tendrán lugar el 18 de septiembre de 2005 en Afganistán. Un candidato a estas elecciones locales ha cobrado de repente envergadura nacional al denunciar el nuevo sistema económico que rige el país.

Bashar Dost fue ministro del Plan en el gobierno pro occidental de Hamid Karzai. En su opinión, la economía afgana se encuentra en estos momentos en manos de 1 935 organizaciones no gubernamentales que pretenden ayudar al país y mantienen una armada de consultores occidentales cuyo nivel de vida difiere sustancialmente del de la población. Además, cada programa debe ser ratificado por el gobierno o por la misión de la ONU. En ambos casos, las ONG pagarían en secreto una «comisión» del 20% a los encargados de la toma de decisiones para contar con su aval. Para conservar su posición monopolística, las ONG impedirían la reconstrucción efectiva de una economía local y de servicios públicos.

Bashar Dost elaboró una lista no pública de 420 ONG cuya acción considera beneficiosa para Afganistán y de otras 1, 515 a las que acusa de no ser más que parásitos que malversan la ayuda internacional e instauran la corrupción, lanzando una campaña que reclama su expulsión inmediata.