Desde los días en que Ernesto “Ché” Guevara, en nombre de la revolución cubana, decía sus verdades al mundo, pocas veces alguien (y menos un presidente) se había atrevido a cuestionar los procedimientos aplicados o impuestos por Estados Unidos.

Hugo Chávez sostuvo en sus manos el documento de Resolución Final y anunció al mundo entero que “el documento fue entregado cinco minutos antes ¡Sólo en inglés! A nuestros delegados y se aprobó con un martillazo dictatorial, que denuncio ante el mundo como ilegal, irrito, nulo e ilegítimo”.

Recordó la votación de un documento en 1974, titulado “Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados”, que concretó el Nuevo Orden Económico Internacional, siendo aprobada por mayoría aplastante de 120 votos a favor, 6 en contra y 10 abstenciones.

“Esto era cuando se votaba en Naciones Unidas” dijo Chávez, “Porque ahora aquí no se vota, ahora aquí se aprueban documentos como este documento que yo denuncio a nombre de Venezuela, como irrito, nulo e ilegal, se aprobó violando la normativa de las Naciones Unidas ¡No es válido este documento! Habrá que discutir este documento. El Gobierno de Venezuela lo va a hacer conocer al mundo, pero nosotros no podemos aceptar la dictadura abierta y descarada en Naciones Unidas, estas cosas son para discutirlas y para eso hago un llamado muy respetuoso, a mis colegas los Jefes de Estado y los Jefes de Gobierno”.

Chávez fue más allá y mientras representantes de países aplaudían por debajo de las mesas, como para no ser vistos por los representantes de Estados Unidos, dijo: “Oíganme una cosa, señor Presidente, si nosotros vamos a aceptar esto, es que estamos perdidos ¡Apaguemos la luz, cerremos las puertas y cerremos las ventanas! Sería lo último: que aceptemos la dictadura aquí en este salón”.

El marco

A esta asamblea de la ONU con una imposición de Estados Unidos quienes orientaron la agenda hacia el tema del terrorismo y la creación de la Comisión de derechos Humanos, la cual permitiría a los ése país, sancionar a otros países por supuestas violaciones en este ámbito debido a que la creación de dicha instancia no dependerá de la Asamblea General.

De los mandatarios latinoamericanos no hay mucho que decir (son sobrevalorar la intervención del presidente venezolano) Podemos calificarlos como “discursos formales” desvinculados de los grandes retos que confronta la región y carentes de propuestas concretas. Como resultado es de preverse que los discursos no tendrán ninguna repercusión en la comunidad internacional.

Ignorantes en la Casa Blanca

Serían como discursos que –en términos beisbolísticos- se “embasaron por bolas”. Lo mismo que unas declaraciones, publicadas el 15 de Septiembre por la web del circuito radial venezolano “Unión Radio” y también rubricadas por la española EFE.

En ella se lee que, el director de los programas de la ONU para el Milenio, Jeffrey Sachs, criticó la “ignorancia” del presidente estadounidense, George W. Bush, y la forma en que Estados Unidos intentó impedir que la cumbre de Nueva York aportase resultados.

En una entrevista publicada por el diario “Die Tageszeitung”, Sachs denunció que “El Gobierno de EEUU ha intentado de una manera muy agresiva impedir un buen resultado en la cumbre. La falta de resultados fue notoria en la lucha contra la pobreza, pues Estados Unidos cree que esa lucha no tiene sentido y que, por tanto, no debe formar necesariamente parte de la estrategia de futuro”.

Como reflexión final dijo que “la idea de que Estados Unidos es el país que marque los tiempos pertenece al pasado, pues cada vez hay más países dispuestos a no esperar, a seguir su propia agenda. Citó como ejemplo el Protocolo de Kyoto para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, que ya ha sido ratificado a pesar de que Washington se resiste a firmarlo”.

Prioridad para Venezuela

El país presentó una propuesta general “La democratización de la ONU, a través de la propuesta de eliminar el derecho a veto que tiene el Consejo de Seguridad”. Ya que en algunos puntos de la reforma de la organización, subyace una intención imperialista y contraria a la soberanía y autodeterminación de los pueblos.

La voz de la República Bolivariana de Venezuela, resultó un llamado de dignidad de los pueblos del mundo que exigen respeto, que dejaron de leer la cartilla que dicta la Casa Blanca, que hacen al imperio cada vez menos espeluznante y más evidente en cada intento.