Cuando Alan García y el APRA llamaron a un frente social, se supuso que en verdad abarcaría a las principales fuerzas sociales, entre frentes regionales, agrupaciones de independientes, asociaciones que respondieran a los intereses de las mayorías, pequeña industria y los menos favorecidos que bajo la política económica gubernamental están fuera del desarrollo y cerca, muy cerca de la pobreza.

En realidad, lejos de ver la conspicua asistencia en la presentación, valía recordar que fue también García quien planificó un gran frente, cuando todavía los políticos convulsionaban sin ideas, lejos que cualquier argumento frontal y valedero para un gran consenso, peleándose entre ellos y mirando de cuando en cuando, las encuestas comprándose el favor de las preguntas y las respuestas, el APRA había puesto el dedo en la llaga. El Perú requería de un gran frente.

Después, Paniagua empezó, inquieto de perder la oportunidad, a fabricar otro frente, el republicano, donde conjugarían las tiendas de la derecha asolapada en el manto de Belaunde para replicar al frente aprista y así también se habló de otro gran consenso, Frente Amplio de Izquierda, que agrupara a las minúsculas minorías de lo que fue la Izquierda Unida.

Pero ver la presentación del Frente Social fue más que decepcionante, hasta el punto de ridículo. Era una fiesta y jolgorio de camaradería entre militantes, simpatizantes y las personalidades más connotadas. Eso no podía ser un frente sino un almuerzo, festín o algo por el estilo, trasluciendo hasta dónde se hace uso de las relaciones para empezar una empresa que perdió el rumbo antes de empezar. ¿Dónde quedaron las organizaciones de base?, ¿dónde están los representantes de las mayorías?, ¿los frentes regionales? Nada, sólo los bailantes de la actual política peruana que apenas si han de tener futuro en un Frente como ese.

La iniciativa del APRA fue inteligente, se urgía un gran Frente de sectores olvidados y no de personalidades. Se urgía representantes de la ingente cantidad de desamparados que se agitan desde las regiones para tener su oportunidad y no una falaz fiesta de encuentro como lo fue la presentación de un gran frente de cóctel social.