Gracias a la valentía, habilidad, y fuerza del agredido, y luego de una lucha cuerpo a cuerpo durante 20 minutos, el asesino pudo ser sometido. Luego de una hora y con el apoyo de su esposa, Nelson Alcívar consigue traer a la policía desde Lumbaqui para entregar al sicario.

El Miércoles 21 a las 11h00 el sicario es traslado a los calabozos en Lago Agrio desde el hospital a donde había sido referido por el Centro de Salud de Lumbaqui el día anterior. A las 15H45 del mismo miércoles, con su abogado, Alcívar presenta la denuncia formal ante la Fiscalía, sin conocer que a las 14h00 el sicario ya había sido liberado por el Intendente General de Policía.

Sorprende la «agilidad» del Intendente para resolver este caso y dejar en libertad a un presunto asesino, sin haber iniciado un proceso de investigación ante semejante hecho. ¿A quién beneficia el asesinato de Nelson Alcívar? ¿A quién le interesa desaparecer una de las voces más críticas y combativas del campesinado amazónico frente a las permanentes arbitrariedades de las compañías petroleras?

Y es que, al conocer este hecho, no podemos dejar de recordar la incesante lucha de Alcívar frente a la OCP y la OXY, su resistencia para aceptar las jugosas ofertas que varias veces le hicieron para que abandone su lucha y la dirigencia de la Red Amazónica, ofrecimientos que fueron realizados pretendiendo aprovechar la precaria situación económica del dirigente campesino, que como el resto de sus conciudadanos en esa parte del país, ha sufrido los embates de una política antisoberana de los sucesivos gobiernos que han abandonado a su suerte a los compatriotas de la frontera, frente a la voracidad de las petroleras. Tampoco podemos olvidar la activa participación, que junto a su organización y a su pueblo ha tenido en las distintas acciones de protesta de las provincias de Sucumbíos y Orellana.

No hubiera sido el primer asesinato de un dirigente que se opone a la acción de las petroleras, a las fumigaciones realizadas dentro del Plan Colombia o a las políticas antipatrióticas de quienes detentan el poder en su doble rol de voceros del país y empleados de las transnacionales. Tenemos ya historia en esa parte de la Patria, la que se alimenta no sólo de sangre de compatriotas sino también de valentía, rebeldía, compromiso y firmeza.

Ahí están, en esa región postergada, quienes defienden y aman en realidad a nuestro país.

Expresamos la solidaridad de ALTERCOM a este ejemplar luchador por la Soberanía y la Dignidad del Ecuador y a su familia. Sabemos que este hecho no lo amedrentará sino que lo fortalecerá, como pasa con los valientes.