“Se cumplen cuatro años de la
ocupación y puesta en producción de Cerámica Zanon y eso marcó un antes y un después en muchas vidas obreras. Mejor aún, cuando sabemos que los trabajadores unidos y organizados no tenemos techo para luchar contra este sistema de vida que oprime y explota a millones de familias obreras”,
declararon los obreros en un comunicado de prensa.

La inserción de Argentina en el modelo neoliberal durante la década del 90, dejó estragos en la economía y como saldo, un empobrecimiento progresivo de la población con un ejército de trabajadores desocupados.

En un contexto donde los altos índices de desocupación se traducían en despidos masivos, vaciamientos y cierres de empresas que ya no encontraban rentable mantenerlas abiertas; hace cuatro años atrás, el primero de octubre de 2002, 262 trabajadores de 331 comenzaron una larga lucha por no perder sus fuentes de trabajo. Cuatro años después, los ceramistas de FaSinPat (Fábrica Sin Patrón), ex Cerámica
Zanon, se transformarían en una referencia del movimiento obrero incluso a escala internacional.
Durante la mañana del 29 de septiembre de 2001, Luis Zanon dueño de la planta más importante, en Latinoamérica, de
fabricación de cerámicos en porcellanato, mandó a apagar los seis hornos en producción y envió a cada uno de los 331 trabajadores un telegrama de suspensión.

La pérdida de la fuente de trabajo ya era un hecho. Ante ello, muchos obreros se organizaron y montaron durante meses una carpa aledaña a la planta hasta conseguir reactivar la fábrica, pero esa vez sería hasta conseguir trabajar bajo control obrero.

Tras la espera de una resolución judicial que no llegaba y varias asambleas de por medio decidieron ocupar la planta exigiendo la inmediata reactivación. Desde ese entonces, los ceramistas ya planteaban que querían hacer de Cerámica Zanon una fábrica al servicio de la comunidad. Y aún hoy, sostienen como bandera la estatización bajo control obrero con un plan de obras públicas al servicio de la comunidad.

Tras la ocupación y la denuncia de los trabajadores, la justicia laboral investigó la causa y sentenció en noviembre ese mismo año, la remoción del directorio por cierre ilícito de la planta, irregularidades y ocultamiento de balances. Luis Zanon recibió una condena por lock out ofensivo y los trabajadores fueron autorizados a hacer guardias custodiando la planta.

En marzo de 2002 decidieron ingresar a la planta y reactivar la producción de las primeras líneas. Encendieron el primer horno y alcanzaron a producir, ese primer mes 20 mil metros de cerámicos, el dos por ciento de la capacidad instalada. Al
presente la producción supera los 350 mil metros mensuales.

A cuatro años de autogestión, los ceramistas resistieron seis intentos de desalojo, abrieron más de 210 puestos de trabajo, realizaron convenio marco con universidades y la comunidad mapuche, e hicieron de Cerámica Zanon una fábrica verdaderamente al servicio de la comunidad.
Las donaciones ya forman parte del organigrama de la fábrica y cuenta con un departamento de evaluación donde reciben los pedidos de donaciones de organizaciones. En caso contrario, ellos toman la iniciativa.

Sin esperar a legalidades, los ceramistas decidieron poner en práctica, desde que comenzaron a producir, la idea de hacer de Zanon una fábrica que contemple las necesidades de la comunidad. Entre algunas de las iniciativas que llevaron adelante se encuentra la construcción de un centro de salud en el Barrio Nueva España en Neuquén, la donación de dinero para comprar calefones para un comedor y durante las inundaciones que sufrió la provincia de Santa Fe donaron 50 mi metros cuadrados para la reconstrucción del hospital de niños. Hace un mes atrás varias cajas de cerámicos fueron enviadas a la Junta interna del Hospital Garrahan, en Buenos Aires, para refaccionar parte del mismo dada las condiciones de precariedad edilicias.

“Las acciones han sido posible con la lucha política en conjunto con los sectores de la comunidad demostrando la capacidad de los trabajadores organizados en darle mejores condiciones a la clase trabajadora. No será un día de festejo pero si no lo podemos dejar pasar por que fue un acto de libertad que buscamos hacerlo día a día con demás trabajadores del mundo”, arguyeron los ceramistas.

Sin embargo, al presente, aún no está regularizada su situación legal a causa de los hostigamientos de los poderes judiciales y políticos que se empeñan en no reconocer la labor de los ceramistas.

En agosto de este año, tras las maniobras judiciales del Juez de Concurso, Rafael Barreiro, la Sala “E” de la Cámara de Apelaciones en lo Comercial y Laboral de la Capital Federal falló anular el procedimiento y ordenó al magistrado decretar la quiebra.

Ahora resta que reconozca la cooperativa de los trabajadores y se expida a favor del pedido de continuidad laboral presentado por los obreros, contemplado en el artículo 190 de la ley de Concursos y Quiebras. En caso contrario podría pronunciarse a favor del remate.

A cuatro años de gestión los obreros se plantan ante las autoridades y les expresaron que si es necesario van a dar la vida para mantener esa fábrica bajo control de sus trabajadores. “La exigencia es al gobierno provincial y nacional quienes se han pronunciado sobre este conflicto diciendo que la salida depende de una decisión política y no tienen voluntad para reconocer la lucha ceramista”.

ANRED