No existe fundamentación alguna, ni ideología o doctrina alguna que pueda pretender justificar tan aberrantes acciones.

En esta lista del horror nos toca muy de cerca las huellas sangrientas de Posada Carriles y su cómplice Orlando Bosch, autores intelectuales de la voladura en pleno vuelo del avión de la Aerolínea Cubana, vuelo 455 el 6 de octubre de 1976 que mató a 73 personas. Posada y Bosch dirigieron este crimen desde Venezuela.

El Departamento de Justicia trató de deportar a Bosch de EE.UU. en 1989. En la orden de deportación, el asistente del Procurador General de Justicia de los EE.UU. Joseph D. Whitley, dijo lo siguiente: "Por 30 años, Bosch ha estado decidido y nunca a renunciado a promover la violencia terrorista. Sus acciones han sido las de un terrorista, contra las leyes y la decencia humana, amenazando e infligiendo violencia sin ninguna consideración por la identidad de sus victimas." Esas palabras también son ciertas para Posada, su socio del crimen. Sin embargo, el ex Presidente George Bush anuló la orden de deportación en 1990 y Bosch vive libre en Miami.

El propio Posada declaró al diario New York Times en una entrevista el 12 y 13 de Julio de 1998, que dirigió la colocación de bombas en hoteles de La Habana en 1997. Un turista italiano de 32 años, Fabio Di Celmo, fue muerto en una de esas instalaciones.

Posada fue declarado culpable en Panamá por intentar asesinar al Presidente cubano Fidel Castro en el paraninfo de la Universidad Panamá rebosante de personas en noviembre del 2000, utilizando 33 libras del super explosivo C-4. El premio fue el vergonzoso y sospechoso "indulto" otorgado por la exPresidenta Moscoso, compartido con los otros tres conspiradores, Pedro Remón, Gaspar Jiménez Escobedo y Guillermo Novo Sampol, que luego viajaron a Miami. Ellos están implicados en varios asesinatos en los EE.UU. incluyendo la bomba en el automóvil que terminó con la vida, en Washington DC, del ex canciller chileno Orlando Letelier y la ciudadana americana Ronnie Moffitt, en 1976.

Posada Carriles, pidió asilo en EE.UU. a través de su abogado en Miami, pues estuvo escondido en Centroamérica por siete meses después del indulto en Panamá. Hace unos días el juez William L. Abbott decidió no deportar al terrorista Luis Posada Carriles para ser juzgado ni en Venezuela ni Cuba, países cuya justicia lo reclaman.

Para Noam Chomsky, científico estadounidense, el terrorismo puede ser definido como la amenaza o al uso de la violencia, por lo general con fines políticos, en contra de civiles no-combatientes. Considera al problema del terrorismo internacional "como uno de los más serios en la actualidad, razón por la cual debe ser abordado de manera urgente por los Estados civilizados".

Chomsky expone que una definición más precisa se encuentra en el Código Penal de Estados Unidos, que cataloga el "acto de terrorismo" como una actividad que abarca un acto violento o un acto peligroso para la vida humana, que tiene el propósito de:

  1. Intimidar o ejercer coerción sobre la población civil;
  2. Influir la política de un gobierno por medio de la intimidación o la coerción; o
  3. Afectar la conducta de un gobierno por medio del asesinato o el secuestro.

Existen diferentes variedades de terrorismo:

Existen variantes como el terrorismo internacional, cuando el acto o las actividades de apoyo implican cruzar fronteras nacionales. El terrorismo a gran escala (wholesale terrorism), dirigido contra grupos grandes.

El terrorismo a pequeña escala (retail terrorism), enfocado hacia los individuos. También el terrorismo de Estado y el terrorismo individual.

En el tema del antiterrorismo no puede haber excepciones, pues no existen terrorismos rojos o azules, de derecha o izquierda, buenos o malos, anti o pro norteamericanos. Todos terrorismo debe ser cortado con la misma tijera. Panamá pudo haber entrado a los anales del horror terrorista si hubiera funcionado el atentado en una universidad colmada de personas situada en pleno centro urbano, junta a una de las más transitadas avenidas, colindante con un gran centro hospitalario. Afortunadamente nos libramos de este infortunio, pero por desgracia volvimos a engrosar las filas del descrédito cuando se liberó a una banda de asesinos.

Adital