No importa cuantas veces nos corten nuestras trenzas, así como la naturaleza vuelve a renacer así nuestra trenza volverá a decir soy indio.

En días pasados en la hermana República de Colombia, un grupo de agentes de la policía nacional de ese país detuvieron a siete hermanos indígenas, quienes afectados por la situación económica que actualmente atraviesa la nación ecuatoriana, meses atrás habían salido en busca de trabajo, los detenidos son todos menores de edad, oriundos de las diferentes parroquias del cantón Otavalo.

Lo preocupante es que, luego de haber sido detenidos, los menores fueron llevados a un centro carcelario en donde fueron víctimas de una serie de maltratos y humillaciones por parte de los agentes, pero lo más intolerable de este hecho es que luego de burlase de su origen indígena, los policías deciden que para “merecer” estar en ese lugar las personas deben tener el cabello corto, por lo que haciendo alarde de su autoridad proceden de manera cruel y abusiva a cortarles la trenza que es un símbolo de nuestra identidad indígena.

El Alcalde de Otavalo, sociólogo Mario Conejo, criticó fuertemente a las autoridades colombianas y mencionó que este es un atropello al pueblo ecuatoriano pero sobre todo otavaleño. Expresó además que no había otra explicación ante este acto más que la ignorancia, pues para irrespetar la identidad de un pueblo y hacer mofa de él, deben ser personas totalmente ignorantes pues en pleno siglo XXI es absurdo que se den estos hechos, aún más sabiendo que muchos de sus compatriotas son bien recibidos en nuestra ciudad por nuestra gente.

Es repudiable la actitud de estos individuos que dicen hacer cumplir la ley, por lo que me pregunto: ¿Para cumplir las leyes de este mundo debo decapitar mi identidad? ¿Acaso el hecho de hablar otro idioma o vestir diferente no nos hace merecedores de respeto en cualquier parte del mundo? Aquí viene nuevamente la inquietud de saber si los derechos humanos se hicieron solamente para todo aquel que no sea indio.

En este mes en el que se celebra el llamado “descubrimiento de América”, para nosotros el inicio de nuestra conquista, expresamos al mundo que los indígenas merecemos el respeto de todos en cualquier rincón del universo, porque la sangre indígena tiene 513 años de ser reprimida pero jamás hemos sido vencidos.

“Ñukami kani, kaymi kani, Kashnami kani, runacunaka kirushna mi canchy, pankakunata anchuchinga, malkikunatapash, shynapash ñukanchik sapikunaka kutinpash wiñarinami”. (Soy yo, esto soy, así soy, los indios somos como un árbol, nos quitarán las hojas, también las ramas, y sin embargo nuestras raíces volverán a renacer).

Paloma que vuelas por los aires, lleva mis versos por el mundo, esta es mi raza milenaria que nunca, nunca, fue vencida…….............…(wiñaypak)