El derecho es la ciencia social de la explotación que tiene que ver con los asuntos de la propiedad. Por lo que le queda al derecho internacional marítimo diremos que se refiere a los intereses de las naciones en materia de mar territorial, zona contigua, mar jurisdiccional, zonas de protección económica, etc. Hay muchas otras acepciones que lindan con el eufemismo por lo que es conveniente fijarnos solamente en las principales. El derecho internacional para establecer la autoridad o poder de un Estado sobre el mar se basa primeramente en la configuración geográfica de dicho Estado y en sus posibilidades, también geográficas, para expandir dicha autoridad o soberanía a un cierto número de millas náuticas que va desde menos de una decena hasta varios cientos de millas, contadas desde su litoral.

El tamaño reconocido por el derecho internacional de la porción de mar territorial que toma como suya un Estado depende, como ya se mencionó, de su configuración geográfica y de las posibilidades de la proyección de su dominio hacia la inmensidad del océano. La geografía peruana en su relación con el Océano Pacífico permite al Perú fijar el territorio nacional marítimo hasta, por lo menos, 200 millas náuticas desde el litoral y de recorrido paralelo a todo punto de la Costa de norte a sur o viceversa. Esto, que se llama Mar Territorial del Perú, es reconocido inmediatamente por el derecho internacional por varias razones:

a.- El Perú, como Estado ribereño o colindante con aguas marinas, tiene irrefutable derecho a declarar y reclamar un territorio marino como suyo e incorporarlo en la Carta Nacional;

b.- El océano frente al Perú no contiene a otras naciones o islas de otro país que lo obliguen a fijar fronteras marítimas o a limitar, hacia el Oeste, la extensión de su Mar Territorial;

c. El Perú no tiene que acordar con otras naciones delimitaciones de espacios marítimos ni observar el principio de la equidistancia entre intereses marítimos de los Estados.

Ese privilegio geográfico del Perú de no compartir el mar con otros Estados es el que le otorga esa indiscutible autoridad sobre las 200 millas de aguas adyacentes a sus costas que declaró como suyas a fines de la década del 40 del Siglo XX. Ese privilegio es fundamental en el derecho internacional que lo reconoce por ser la base de su dominio absuluto en el mar y por no tener ingerencia en los intereses de otros Estados y, además, por la potestad peruana que también ampara el derecho de tener dominio sobre el mar.

Adicionalmente, el derecho internacional reconoce el Mar Territorial del Perú porque es anterior a las conferencias o convenciones que se discuten en Naciones Unidas porque estas se han generado a partir de la siguiente década. La legislación internacional defiende los derechos de un Estado como el Perú sobre las 200 millas de mar territorial porque ellas existen ab initio e ipso jure, cualquiera que sean las características geomorfológicas de las 200 millas de plataforma continental del fondo marino e independiente de los posteriores acuerdos en Naciones Unidas. Nuestras 200 millas siempre fueron legales e irrefutables.

Pero se quiere imponer otro derecho internacional, aquel que se llama Convención del Mar o simplemente Convemar por medio de la cual se eliminaría nuestro derecho a poseer el Mar Territorial de 200 millas adicionado a nuestro territorio continental para reemplazarlo por un ridículo mar "jurisdiccional" de 12 millas en el que ni siquiera se podría hablar de soberanía sino que nos convertirían en gendarmes para hacer frente al contrabando en cualquiera de sus formas y para proteger a las "naciones hermanas" de la presencia de naves enemigas.

La Convemar, usando un lenguaje hipócritamente sentimental, dice que el Perú debe sacrificarse en beneficio de la humanidad sin decirnos que tras la entrega de las 188 millas marinas restantes el sacrificio de un pueblo pobre como el Perú sería para satisfacer la voracidad de grupos monopólicos o transnacionales quienes se beneficiarían con la miseria de los peruanos. Con el nuevo orden internacional de la Convemar:

a.- Los grupos monopólicos o transnacionales se intalarán con barcos madrinas o plataformas a partir de "la milla 13", es decir fuera de la "jurisdicción" de 12 millas que nos asigne la antiperuana Convemar;

b.- El Perú no podrá ejercer autoridad sobre esas empresas porque la Convemar eliminó nuestra soberanía en esa gran extensión del mapa del Perú;

c.- Las transnacionales o monopolios instaladas en las 188 millas del mar que nos quitó la Convemar extraerán del suelo marino minerales, gas natural, petróleo y otras riquezas gratuitamente y sin permiso de nadie y en las cantidades que les venga en gana; los peruanos no ganaremos ni un dólar de esa exacción;

d.- El Perú no podrá obligar a ninguno de esos monopolios al pago de impuestos y cánones por el usufructo de las riquezas del lecho marino y las aguas dentro del mar que nos quitó la Convemar;

e.- Los monopolios depredarán los recursos ictiológicos del Mar de Grau;

f.- El Perú no podrá impedir que a partir de "la milla 13" se instalen plataformas militares ni que un país que siempre le ha sido adverso e inamistoso construya una de observación y ataque en el sur del Perú porque ese será mar de libre disponibilidad.

Todas estas desventajas y otras más podrían ser realidad si el entreguismo y antipatria traiciona al pueblo peruano suscribiendo la antiperuna Convemar. La barata cháchara de los defensores de esta conspiración contra el Perú pretende convencernos que a través del mar estamos interconectados con el resto del mundo, lo que oculta que ese mar lo hemos reservado para los peruanos porque contiene recursos aún inimaginables para nostros pero muy bien establecidos por los satélites de las naciones desarrolladas. Esa es una ventaja de un país privilegiado por la naturaleza que no dejaremos que se nos arrebate.

Es vergonzoso que se apele a la generosidad peruana para que en aras de la solidaridad y humanidad abandonemos nuestro Mar Territorial y viniendo esto de huestres peruanas ello emana un tufo traidor porque ese nuevo órden jurídico no nos favorece. Perder territorios es una frase que ha sido excluída de las mentes peruanas.

Los peruanos nos sentimos orgullosos con nuestras 200 millas.